VW Golf R32 4Motion DSG

El rugido de la bestia

Con la llegada de la V generación del Golf, muchas cosas han cambiado en Volkswagen. Antes tener un GTI, significaba ser afortunado -y sigue siendo así- en cualquier carretera por lo que representan estas siglas, en cuanto a sensaciones al volante. Aunque siempre hubo un G60, un VR6 y un V6 que no consiguieron un reconocimiento tan fugaz como el de la versión inferior. Algo que empezó a cambiar con la llegada tardía de una versión limitada de la cuarta generación del Golf, el primer R32 con 241 cv. Un coche que hizo ruido, pero no todo el esperado debido a su ya desfasada apariencia por la ya inminente llegada del Golf actual.

Después llegó el nuevo GTI sorprendiendo con su cifra de potencia, y con la intención de que, por primera vez, las deseadas letras se convirtieran en el tope de gama de su compacto. Pero la última generación de su modelo más exitoso no podía quedarse sin una versión tan brutal como la que nos ocupa.
A pesar del tiempo que lleva comercializándose, y tras la salida de la factoría de Wolfsburg de la unidad 25 millones -desde que naciera el primer Golf allá por junio de 1974-, las siglas R32 significan exclusividad -no olvidemos que es el más alto de gama- y por ello es difícil cruzarse con alguno, al igual que también lo es no despertar curiosidad a su paso. Y es que si la versión 2.0 TFSI de 200 cv ya era llamativa, la parrilla cromada de nuestro protagonista no deja indiferentes a los apasionados de los actuales supercompactos, verdaderos devoradores de kilómetros cuyo hábitat ideal son la retorcidas carretras de montaña.
Como rivales en este terreno encontramos al BMW 130i y al Audi A3 3.2 V6 quattro S-tronic. Respecto al primero la diferencia de potencia es evidente a favor del Serie 1, con 15 cv más, a pesar de una cilindrada algo menor. Además el BMW mantiene intacta la tracción trasera frente a la 4Motion que pega el Golf al asfalto. Sin embargo, el Audi tiene un bastidor menos radical y más confortable -burgués-, y una imagen exterior e interior más refinada. Por lo demás los dos modelos del mismo grupo comparten concepto y, por supuesto, el reconocido cambio automático y secuencial de 6 velocidades y doble embrague.1Nombre: FICHA TÉCNICAMotor: V6 / 3.189 c.c Potencia máx.: 250 cv a 6.300 rpm Par máx.: 320 Nm a 2.500 rpmCombustible: Gasolina inyección directaTracción/cambio: Total permanenteFrenos: Discos ventiladosNeumáticos: 225/40 R18 Carrocería: 3 puertasLarg-Anch-Alt: 4.246 – 1.759 – 1.465Peso en vacio: 1.538 kg Maletero: 275 l. / 1.230 l.Nº plazas: 5Velocidad máx: 248 km/hAceler. 0-100: 6,2 segundosConsumo mixto: 9,7 litrosEuroNCAP: 5Precio: 36.570Ficha Jato: http://www.autocity.com/coches/nuevos/volkswagen/golf/3.2_dsg_4motion_r32/3_puertas/berlina_con_portón/index.html
Pasamos a darte todos los detalles de este prodigio del vuelo rasante. ¡Despega con nosotros!

Descaro brillante

El R32 es un coche de estética más racing en comparación con el resto de sus hermanos de gama. Destaca la parrilla central cromada -al igual que el Golf Variant, el Jetta, el Passat, el Touran y el Touareg-, las llantas de aluminio de 18 pulgadas y 10 radios dobles, montadas en los neumáticos 225/40, y los faldones que bordean la carrocería de nuestro agresivo protagonista pegándolo al suelo. Sin olvidarnos del tono azulado de los cristales que cierran el habitáculo, así como el de los retrovisores.

La trasera merece una mención especial, con los grupos ópticos oscurecidos, un spoiler de gran tamaño sobre la luneta, las siglas R32 a la izquierda del logo de VW -igual que en la rejilla delantera-, y lo más importante: la doble salida de escape central, también cromada e integrada en un difusor negro, que emite un sonido determinante y sugerente a la hora de ponerse al volante de este bólido, y completa la imagen deportiva del compacto con más carácter de la marca alemana, con permiso del monstruoso Golf GTI W12.

Un capricho con carácter y estética muy deportivos que no pasa desapercibido en ningún momento y mucho menos para los más jóvenes, los más apasionados de los compactos radicales.

Cuando abrimos la puerta y nos sentamos en los cómodos asientos deportivos, observamos que en esencia todo es igual -como ocurre con su imagen exterior-, pero con algunos detalles especialmente deportivos.

El diseño del salpicadero, realizado en plásticos de calidad y blandos al tacto conserva su importancia y ergonomía, sólo aumentada por ligeros remates similares al aluminio y el volante de cuero multifunción más deportivo -igual que el del GTI– con las letras R32 en su radio achatado, y las levas del cambio DSG incorporadas. El resto del habitáculo continúa sin grandes cambios, con los asientos deportivos Recaro con la R de esta versión del Golf bordada en los reposacabezas delanteros y el pedalier en aluminio. Como opción existe la posibilidad de conducir sentado en unos impresionantes backets que acentúan aún más la rebeldía del compacto alemán.
El espacioso habitáculo del modelo de Volkswagen tiene como peculiaridad en esta variante una capacidad de maletero menor que en el resto de versiones, debido a la adopción de la tracción integral 4Motion. En cifras se conforma con 275 litros (350 en un Golf  con tracción delantera) que se convierten en 1.230 (1.305 litros en un dos ruedas motrices), si abatimos el banco trasero y aprovechamos el espacio hasta el techo.
Nuestra unidad de pruebas contaba entre su equipamiento con elementos como: faros bixenón, cambio DSG, climatizador bizona, radio con cargador de 6 CD’s en la consola central y lector de MP3, preparación Isofix de los asientos y techo solar, además de los elementos de seguridad activa y pasiva.

Sonido alagador

Al sentarnos en el asiento y girar la llave del contacto, el motor 3.2 V6 de 250 cv demuestra su carácter, dándonos una bienvenida emocionante. El sonido ronco del 6 cilindros de Volkswagen hace sentir a su conductor un orgullo especial al conducirlo.

El R32 acelera de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos gracias al cambio DSG que incrementa las sensaciones al volante, de tal manera que alcanzar los casi 250 km/h de velocidad punta no es problema para el afortunado poseedor del compacto alemán.
Cuando una carretera de montaña se cruza en nuestro camino la alegría se hace notar por medio del sonido -cada vez más brutal- de este gasolina embriagador, cuyo acelerador parece no tener fin. La sonrisa se dibuja en la cara y los asientos se encargan de que la posición al volante sea perfecta en todo momento.
Las sensaciones están a flor de piel y las reacciones del rey absoluto de los Golf son de lo más extremas. Las curvas se suceden con un comentarista de lujo: el rujido de este devorador de asfalto que no se conforma con velocidades de vértigo en el paso por los virajes, sino que además hace gala de detalles que enamoran, como los dobles embragues del DSG que regalan los oidos a su orgulloso piloto, tanto en la posición S (que aguanta las 6 relaciones del cambio casi hasta el corte) como con el selector o las levas situadas tras el volante (que nos llevan de forma fulgurante a la marcha deseada) -cuando queremos sentirnos los dueños de nuestros actos-, y además reduce el consumo del conjunto de 1.538 kg.
Parece mentira como semejante avión se sujeta sin la más mínima insinuación de despegue. La tracción 4Motion es la encargada de que los 320 Nm de par motor hagan volar a ras de suelo con total seguridad al Golf, ayudada por los controles de estabilidad y de tracción (que sólo se necesitan en situaciones muy extremas). La suspensión de tarado deportivo, rebajada 20 mm respecto a una versión normal y 5 menos que en un GTI, no se convierte en ningún martirio cuando el firme no es el deseado, a pesar de las 18 pulgadas de sus llamativas llantas.
La salida a carretera abierta se convierte en un verdadero sufrimiento, ya que con esta descomunal versión del mítico Volkswagen, los 140 km/h se alcanzan en a punta de gas. Una pena teniendo en cuenta los límites de velocidad y la invitación de algunos tramos a sacar todo lo que lleva bajo el capó este llamativo compacto. 
Al frenar, los discos ventilados de 345 mm de diámetro delante y 310 detrás demuestran su eficiencia y clavan el coche al mínimo roce del pie derecho con el pedal, de recorrido muy corto. Algo importante ya que semejante potencial necesita frenos que no se fatiguen facilmente. Pero como buen V6, el R32 sabe lo que significa ir tranquilo y el cambio DSG se convierte en un ejemplo de suavidad y progresividad cuando dejamos la palanca en la D.
En definitiva un lujo para los amantes de la deportividad y un capricho para los incondicionales del, ya más que treintañero, Golf. El precio para disfrutar de este alarde de prestaciones y adrenalina es de 36.570 euros. Un precio en el que todavía faltan por incluir extras que nuestra unidad no montaba, aunque tampoco los echamos en falta.

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