El mito GTi

Inicio

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Los comienzos del Golf
Hace veinte años Volkswagen se encontraba en un momento de transición, tras una larga etapa de gloria del Escarabajo cuya popularidad, como es lógico, comenzaba lentamente a declinar. A partir de 1970, todos los esfuerzos de planificación se concentraron en el Golf, conocido en su etapa de desarrollo como proyecto EA 337. Tras solo cuatro años, en 1974, el vehículo estaba listo.
El nuevo coche con motor refrigerado por agua y tracción delantera tenía que reemplazar a uno de motor trasero refrigerado por aire que durante más de cuarenta años había sido un auténtico dogma de fe. Era una situación crítica, y mucha gente en Wolfsburg mostraba una indudable ansiedad ante el inminente lanzamiento.
Sin embargo, el nuevo modelo fue un éxito inmediato. Ligero y dinámico, con un práctico portón trasero, el Golf se constituyó en la más válida opción para los clientes del Escarabajo, que abandonaron su ‘doctrina’ tradicional para aceptar las nuevas tendencias. Incluso existía la opción de dos diferentes mecánicas. El motor base era de 1.1 litros con 50 CV de potencia. La segunda, con un litro y medio de cilindrada y 70 CV de potencia, superaba todas las prestaciones ofrecidas por el Escarabajo.
Tanto para el Equipo de Dirección de Wolfsburg como para el público en general, estas mecánicas eran las más adecuadas para la comercialización. El mercado mundial del automóvil se encontraba inmerso en la crisis petrolera, y en algunos países incluso se había prohibido la circulación de automóviles los domingos. Una velocidad máxima de 150 km/h podía considerarse, dentro de un mercado concienciado por la necesidad del ahorro de combustible, una cifra límite. Una empresa automovilística no podía, al menos oficialmente, pensar en producir un vehículo de las características del GTI.

Versión GTI

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Nace la versión GTI
El nacimiento del Golf GTI se produjo de una forma absolutamente casual. No fue planificado, sino que constituyó un acto casi de insubordinación, cuando un ingeniero de desarrollo de Wolfsburg preparó un Golf potenciado, que comenzó a proporcionar excelentes resultados en las pruebas diarias: alcanzaba las zonas de conducción crítica con mayor facilidad, suministrando las respuestas de comportamiento de bastidor y de tren de rodaje de forma más rápida y drástica. Todos los que llegaron a conocer este veloz prototipo reconocieron su máximas virtudes.

Y así, la desobediencia de una persona dio lugar a un vehículo cuyas prestaciones comenzaron a tener muchos admiradores entre el personal de Volkswagen. En 1975, finalmente, se autorizó el inicio del desarrollo del proyecto EA 195, con el visto bueno de la recientemente constituida Comisión Estratégica de Wolfsburg.
Paralelamente, ya se había seleccionado el motor a utilizar en el nuevo deportivo, mecánica que también estaba siendo considerada para su utilización en el Audi 80 GTE: Era el motor de cuatro cilindros con número de orden EA 827, al que se aumentó la cilindrada de 1.5 a 1.6 litros incrementando el diámetro de los pistones. También se modificó la culata y se le instaló el nuevo sistema Bosch K-Jetronic de inyección mecánica, modificaciones a través de las cuales se alcanzó una potencia de 110 CV.
El nuevo vehículo deportivo tenía un peso en vacío de sólo 800 kg, con una potencia de 110 CV. Esta relación requería un bastidor deportivo que tuviera suspensiones rígidas, pero que también ofreciera confort a los conductores. El Golf GTI aunó el equilibrio justo entre seguridad y confort. Los ingenieros de VW redujeron el despeje de la carrocería delante y detrás y utilizaron muelles de suspensión blandos y amortiguadores duros, con barras estabilizadoras en ambos ejes. Con este equipamiento, a pesar de la elevada potencia, el GTI se convirtió en un subvirador de ‘buen carácter’, que proporcionaba la máxima confianza a sus conductores.
En el otoño de 1975, fue presentado por primera vez en el Salón del Automóvil de Frankfurt con su denominación definitiva: Golf GTI. Una abreviatura de ‘Gran Turismo de Inyección’. Sin embargo, las tres letras eran tan pegadizas que se convirtieron en una denominación por si mismas. GTI era dinamismo, frescura y entusiasmo. Y el sonido metálico y descarado del escape de los primeros Golf GTI estaba completamente de acuerdo con la denominación.

Primeros éxitos

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Los primeros éxitos
El nuevo diseño deportivo de Volkswagen provocó el entusiasmo de los aficionados en el Salón de Ginebra de ese año. La producción en serie, sin embargo, no comenzó hasta la primavera de 1976. Hasta ese momento, se habían invertido 6,6 millones de DM en desarrollo, una cifra muy reducida, aún a comienzos de los setenta. Tal como consta en los archivos de VW, se realizó una inversión posterior de 3.1 millones de marcos en herramientas para la producción. Una inversión global que puede considerarse una nimiedad, considerando la popularidad que llegaría a alcanzar el ‘recién nacido’.
El primer GTI presentaba un carácter deportivo pero sin grandes alardes, acorde con las modas de la época. No tenía ningún accesorio cromado y sus parachoques y marcos de las ventanas estaban pintados en color negro mate. El radiador, a su vez, estaba rodeado por un marco rojo y el símbolo GTI resaltaba en la parte delantera y trasera. El volante deportivo y el pomo de la palanca de cambios con forma de bola de golf contribuían a acentuar su ‘raza’ deportiva. La caja de cambios en esta primera versión tenía sólo cuatro marchas hacia delante.

Equipamiento y lujo eran, para los estándares actuales, prácticamente inexistentes. Los asientos delanteros ofrecían excelente soporte y dureza. Todos los avanzados equipamientos de hoy en día, desde el sonido a través de compact-disc al Climatronic, ni siquiera habían sido inventados en 1976. Incluso la gama de colores de carrocería -si se la podía denominar así- se limitaba al Rojo Marte y Plata Diamante. No existieron otros colores hasta mucho después. El más famoso fue, sin duda, el negro, comercializado cuando el Golf se había convertido en un objeto casi de culto para los jóvenes del fin de esa década.
El secreto del éxito no radicaba tanto en la carrocería sino en las prestaciones: con una relación peso potencia en vacío realmente excelente (800 kg/110 CV), el Golf GTI aceleraba de 0 a 100 en 9,2 segundos y desarrollaba una velocidad máxima de 182 km/h. Aún más, el motor mostraba una elasticidad excelente en relación a otros deportivos. Si bien el 1.6 litros alcanzaba un par máximo de 140 Nm a 5.000 rpm, el motor proporcionaba un notable empuje a partir de las 1.500 rpm, por lo que se podía conducir con poco esfuerzo.
La demanda por el nuevo modelo superó cualquier previsión. Volkswagen había dispuesto 5.000 unidades para el primer año, pero la producción se detuvo en las 6.067, y sólo por falta de sistemas de inyección. En 1977 la producción funcionaba a pleno rendimiento y el GTI se había convertido en un ganador, tanto en la carretera como en las cifras de venta. Paulatinamente comenzaron a aplicarse nuevos desarrollos, como la caja de cinco marchas en 1979. A partir de 1981, incorporaron las carrocerías de cuatro puertas y en 1982 se inició la producción con el motor de 1.8 litros.
Mientras tanto, el motor de cuatro cilindros EA 827 también había sido desarrollado. Se obtuvo mayor capacidad a través de un diámetro de pistones ligeramente mayor, modificando el codo del cigüeñal y alargando la carrera. La ganancia en potencia fue modesta, sólo dos CV, pero el par se incrementó a 153 Nm. Este incremento en potencia sirvió para que el motor pudiera soportar el peso añadido del creciente número de componentes que se iban agregando al equipamiento.
La edición especial ‘Pirelli GTI’ de 1983 estaba equipada con este motor. Esta versión en particular, que constituyó el ‘techo’ y, al mismo tiempo, el punto final a la primera generación de Golf GTI, es hoy una pieza de máximo valor para los coleccionistas. Algo similar a lo que ocurre con el modelo inicial, dotado con caja de cuatro velocidades.

II generación

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Segunda generación, 1984
El modelo Golf de segunda generación, presentado en 1984, era más confortable, más grande y de mayor peso que el anterior: un automóvil dirigido concretamente a contentar las crecientes demandas de los usuarios. Pero el GTI no respondió plenamente a las expectativas. Por un cambio introducido en el motor para mejorar el par, la nueva carrocería requería 9,7 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h en relación a los 9,1 anteriores. Había potencia suficiente, pero los clientes querían más.
Con la presentación del GTI 16V al año siguiente, las cifras de prestaciones crecieron cualitativamente; 8,4 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y una velocidad máxima de 209 km/h contentaron a los miles de aficionados al GTI. Para ellos, el mundo volvía a girar sobre su eje natural.

Al año siguiente, sin embargo, las primeras mediadas anticontaminantes echaron un freno al desarrollo del GTI. Con la incorporación del catalizador, el motor de 112 CV se quedaba en 107 y la potencia de 139 CV del 16V caía a 129. Un golpe severo en la constante búsqueda de mayores prestaciones para los aficionados al Golf que, sin embargo, fueron capaces de comprender la necesidad de protección del medio ambiente y se beneficiaron de las rebajas fiscales (en Alemania) para los coches dotados de catalizador.
Muy poco después Wolfsburg puso en el mercado un nuevo y potente modelo: en 1990 se presentó el Golf GTI G60, la versión de producción en serie más potente. Estaba equipado con un compresor que proporcionaba una potencia máxima de 160 CV. A pesar del catalizador controlado por sonda Lambda, el GTI G60 alcanzaba una velocidad máxima de 220 km/h.

III y IV generación

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III y IV generación
Un millón de y una nueva generación: En noviembre de 1990 el Golf GTI número 1.000.000 salía de la línea de GTI producción. Durante el verano siguiente, Volkswagen presentó la nueva generación Golf III, de la que derivan los actuales modelos GTI, más voluminosos, con más detalles de confort y lujo y dotados de los máximos niveles de seguridad.

También se volvió a trabajar en el desarrollo de motores, incrementando nuevamente el diámetro y carrera, con lo que el motor de cuatro cilindros tiene ahora una cilindrada de 2.0 litros. El GTI de dos válvulas por cilindro tiene una potencia de 115 CV, llega a los 100 km/h en 10,4 segundos y desarrolla una velocidad máxima de 196 km/h. El GTI de 16 válvulas desarrolla 150 CV, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 8.7 segundos y su velocidad máxima es de 215 km/h.
Está de más decir que el actual GTI es el mejor de los últimos veinte años. Paralelamente a la evolución de los motores, carrocería y bastidor también han sido constantemente desarrollados hasta llegar a los elevados niveles técnicos que ofrecen. La carrocería pequeña de la primera generación ha ido cambiando hasta llegar a la actual, con un formato más sólido y voluminoso.
A través de estos cambios también se ha llegado a los máximos niveles de seguridad pasiva. En realidad, el bastidor actual poco más tiene en común con el de hace veinte años que las características básicas de los vehículos de tracción delantera. Algo similar a lo que ocurre con el equipamiento de serie, hoy mucho más completo y sofisticado. Sin embargo, el carácter del GTI de 1976 ha sido civilizado, resultando ahora un coche mucho más eficaz pero no tan deportivo. En 1996, el GTI cumple todos los requerimientos solicitados por una nueva generación de compradores, que buscan una conducción dinámica en un coche que marca pautas para una forma de vida exclusiva.

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