Mille Miglia 2012

Mille Miglia, Le Mans, Indianápolis… son nombres de culto en la historia del automovilismo. La mayoría de las carreras de más prestigio se han ido adaptando a los tiempos y siguen siendo hoy día puntuables para diversas categorías FIA, pero otras, como las Mille Miglia, han cambiado de formato y han pasado a ser ahora toda una fiesta de los coches clásicos. Ya no es una carrera de velocidad como tal, pues toma de formato de “rally de regularidad”, pero los organizadores lo han sabido hacer tan bien que expilotos, famosos de diversa índole, directivos de marcas de automóviles o patrocinadores de gran nivel han convertido a esta prueba en una de las citas más glamourosas de cuantas rodean al mundo del automóvil.

El evento fue el pasado fin de semana, en tres días de ruta que se disputaron del jueves 17 al sábado 19. Como siempre la ciudad de Brescia fue el punto de salida y de llegada, y la capital Roma el punto intermedio de paso. Los principales patrocinadores son la lujosa firma de relojes suizos y joyas Chopard, la empresa de “rent a car” Sixt, la casa de moda para hombre Stefano Ricci y el Banco di Brescia; a los que se suman multitud de colaboradores. Entre las marcas de coches, hemos observado que cada vez se vuelcan más con la Mille Miglia, y no dudan en desempolvar sus mejores piezas y sacarlas de los museos para participar en tan prestigios prueba. Lujo, belleza, moda… son las actuales Mille Miglia.
No es fácil que admitan la inscripción de un particular cualquiera, pues para las 375 plazas en las que se fija el límite se recibieron este año nada menos que 1.355 solicitudes. Y muchas de ellas tienen cierto “enchufe”, ya que marcas como Ferrari, Alfa Romeo, Jaguar, Mercedes o BMW participan de forma activa. En esta edición también el Grupo Volkswagen se ha volcado con la bella carrera italiana, pues ha inscrito nada menos que 17 coches de sus marcas Volkswagen, Audi, Bentley, Bugatti y Porsche.

En las Mille Miglia se dejan ver personalidades como Luca Cordero di Montezemolo (el jefe de Ferrari), políticos, pilotos, artitas, modelos… incluso algunos se animan a participar, como el presidente de Fiat, John Elkann, quien tomó la salida con un Fiat 8v del 54 acompañado de sus esposa Lavinia Borromeo. O el octogenario piloto Sir Stirling Moss (Jaguar C-Type de 1952) junto a su habitual copiloto Norman Dewis, quienes formaban uno de los mejores equipos de la época en la que la Mille Miglia era una de las carreras automovilísticas más prestigiosas del mundo.Personalidades y famosos se dan cita en este evento.
Hoy día, desde 1977, la Mille Miglia se celebra como prueba de regularidad para clásicos. Existe una clasificación oficial, y algunos equipos se toman muy en serio el resultado, pero lo cierto es que una buena parte de los inscritos acuden a la cita por su belleza, por el ambiente, por el glamour y por la historia con el único objetivo de disfrutar de esta espectacular fiesta automovilística. Lo más impactante son los numerosos automóviles cuyo valor supera –en algunos casos ampliamente- el millón de euros, pero, aunque quizá ganar en este tipo de formato de “regularidad” puede que no sea lo más importante, sería injusto no citar a los que este año coparon el podio de la carrera. El duo argentino formado por Claudio Scalise y Daniel Claramunt (Alfa Romeo 6C 1500 GS de 1933) obtuvo la victoria por delante de los italianos Cane-Galliani (BMW 328 Mille Miglia Roadster de 1939) y Moceri-Cavalleri (Aston Martin Le Mans de 1933).

El recorrido de mil millas (unos 1.600 km) siempre comienza en Brescia, pasa por Roma, y vuelve otra vez a Brescia; aunque las ciudades intermedias de paso varían en cada edición. En esta ocasión se ha pasado entre otros lugares por Verona, Ravenna, República de San Marino, Siena, Florencia, Bolonia o Modena. El principal requisito para participar hoy día es el de poseer un automóvil fabricado hasta 1957 y que haya participado en alguna de las 24 ediciones de las auténticas y originales Mille Miglia (evidentemente, no esa unidad concreta, sino el mismo modelo); y tras ello pagar los 7.260 euros que este año se cobraban en concepto de inscripción.
Finalmente, no podemos pasar por alto lo que fue en su día (desde 1927 hasta 1957) la Mille Miglia, por lo que lo resumiremos brevemente. En los años anteriores a 1950 –fecha en la que se creó el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno- la victoria en las Mille Miglia era una de las metas más preciadas por los fabricantes y por los mejores pilotos del mundo. La prueba se celebró por primera vez en 1927, y, con el paréntesis de la 2º Guerra Mundial, se disputó en 24 ocasiones hasta 1957, año trágico en el cual el español Alfonso de Portago (nuestro primer piloto de Fórmula Uno) estrelló su Ferrari y causó un accidente en el que murieron trece personas; lo que supuso el fin de la Mille Miglia.La carrera de velocidad se dejó de celebrar en 1957 a causa de un desgraciado accidente.
El nombre de esta carrera hacía referencia a las mil millas (unos 1.600 km) que se recorrían en el trayecto Brescia-Roma-Brescia. Eran unos años en los que se corría con la carretera abierta al tráfico, y ya en anteriores ocasiones hubo algún que otro fatal accidente. Los mejores pilotos del panorama internacional disputaban la prueba italiana con el mayor apoyo de las marcas. Fangio, Von Trips, Collins o Fagioli lo intentaron, aunque se tuvieron que conformar con el segundo o tercer escalón del podio. Sí que llegaron a la cumbre de la Mille Miglia otros pilotos de la fama de Stirling Moss, Alberto Ascari, Rudolf Caracciola o Tazio Nuvolari; mientras que, por marcas, Alfa Romeo (11 victorias) y Ferrari (7 victorias) dominaron su palmarés.

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