El cinturón de seguridad

Eficacia probada

A pesar de que el cinturón de seguridad es el dispositivo de seguridad más eficaz que existe en la prevención de lesiones en caso de accidente, parece que los españoles no somos conscientes de ello, ya que según revela un reciente estudio elaborado por el RACE, menos de la mitad de los ocupantes de la parte delantera de los vehículos lo utilizan en ciudad.
Solamente tras la implantación de su uso obligatorio, en 1992, se registró una utilización del cinturón de seguridad elevada, con un porcentaje superior al 70%, pero a partir de ahí su uso ha descendido progresivamente hasta llegar a los niveles actuales. Desgraciadamente parece que los altos índices registrados en un principio eran más debidos al miedo a una posible sanción que, a la verdadera conciencia de peligro que supone viajar sin cinturón de seguridad. Aún peor, ni siquiera la primera razón, el miedo a la sanción, ha conseguido crear el hábito, que debería darse de forma casi inconsciente, de abrocharse el cinturón de seguridad cada vez que nos sentamos en el interior de un coche con el que vamos a desplazarnos. Parece haber una cierta resistencia por parte de un gran grupo de usuarios que todavía no está convencido de los beneficios que el cinturón de seguridad supone, e incluso algunos se empeñan en no usarlo.
La eficacia del cinturón de seguridad a la hora de reducir el riesgo de muerte y la gravedad de las lesiones está sobradamente probada. Se considera que la eficacia del cinturón de seguridad es de un 50% en la reducción del riesgo de muerte considerando todos los tipos de accidente en conjunto. Esto quiere decir que de cada 100 ocupantes muertos en accidente de tráfico que no llevaban puesto el cinturón, al menos 50 se podrían haber salvado de haberlo llevado puesto. A simple vista puede no parecer mucho, pero seguro que esas 50 personas que seguirían vivas gracias al cinturón notarían la diferencia.
Según el Consejo Europeo de Seguridad Vial, en 1996 se consideraba que con un porcentaje de uso del cinturón del 95%, podrían evitarse en Europa casi 7000 muertes al año. En el Reino Unido, un año después de la obligatoriedad de uso del cinturón de seguridad, se observó un 23% menos de muertos y un 26% menos de lesiones en accidentados de tráfico. En estudios realizados en Suecia se ha observado a lo largo de los años que los picos altos en las cuotas de utilización del cinturón se corresponden con picos bajos en el número de muertes de ocupantes de vehículos.

El cinturón de seguridad es eficaz principalmente por dos razones: evita que el ocupante se golpee contra el interior del coche y evita que salga despedido del vehículo en caso de accidente. Solamente por no salir despedido del vehículo se reducen en un 23% el número de muertos en accidente. La argumentación de que es mejor salir despedido del vehículo en caso de accidente no es sostenible, pues al salir despedido el ocupante golpeará con violencia contra el suelo, será aplastado por el propio vehículo o puede ser arrollado por otro.

Recomendaciones para un uso correcto del cinturón de seguridad
Sin embargo, para que el cinturón de seguridad sea verdaderamente eficaz, es necesario prestar unos segundos de atención a la hora de colocarlo sobre el cuerpo del ocupante. Lo más importante es que la parte de abajo del cinturón quede justo por encima de los muslos, bien apoyada sobre el hueso de la cadera, y no sobre el abdomen. El abdomen es una parte blanda del cuerpo, que no puede soportar las fuerzas generadas en una colisión del mismo modo que lo hacen las partes resistentes del cuerpo, como son los huesos. De ahí la importancia de colocar bien la banda inferior sobre la cadera.

El efecto submarino o submarining del cinturón se produce precisamente cuando la porción del cinturón sobre la cadera se desliza a consecuencia del movimiento y de las fuerzas provocadas por el ocupante durante la colisión, y penetra en el abdomen con el consiguiente riesgo de lesiones internas. Para evitarlo, además de la correcta colocación del cinturón, los asientos se diseñan con cuñas interiores que evitan este efecto. Otro requisito importante para mejorar la eficacia del cinturón es que vaya lo más ajustado posible al cuerpo. Cuanto más pronto entre en contacto el cinturón con el cuerpo, más pronto podrá comenzar a frenarle y lo hará con más suavidad. Los huecos introducidos en el recorrido del cinturón por ropas abultadas (ni que decir tiene por las pinzas, hace tiempo prohibidas) repercuten negativamente en la eficacia del cinturón de seguridad. Por ello, tras abrochar el cinturón en la hebilla y colocarlo en la posición correcta, conviene tirar ligeramente de la banda pectoral hacia arriba para asegurar un ajuste más ceñido. La misión de los pretensores del cinturón es la de eliminar las holguras en el cinturón y ceñirlo al cuerpo en el momento del choque.
También es importante ajustar la altura del anclaje superior del cinturón (en aquellos vehículos en que sea posible). Si su posición es demasiado elevada, además de que rozará el cuello, aumentará la distancia de separación del cinturón respecto al cuerpo. Si queda demasiado baja puede favorecer el efecto submarino o quedar demasiado a la izquierda del hombro, con lo que este podría escapar del cinturón. Lo correcto es situarlo a una altura tal que el cinturón apoye ligeramente sobre el hombro y quede bien centrado respecto al mismo. Por último las mujeres deben colocarse la cinta entre ambos pechos para no darselos en caso de accidente.

Hay que decir que el cintur?n también es eficaz para las embarazadas, ya que al proteger la integridad de la madre se está protegiendo al mismo tiempo la del feto. En este caso hay que ser especialmente precavidos a la hora de colocar la porción baja del cinturón, asegurándose de que la cinta quede bien por debajo del feto. Así el bebé quedará alojado en el hueco dejado entre los lazos superior e inferior del cinturón. Existe en el mercado un accesorio para el cinturón de seguridad especialmente diseñado para asegurar el correcto posicionamiento del cinturón de seguridad en las mujeres embarazadas. Este accesorio sólo debe usarse si está correctamente homologado.

En definitiva, el cinturón de seguridad es beneficioso para todos los usuarios del automóvil, incluidos los de las plazas traseras. Es hora ya de que nos demos cuenta de ello y olvidar las excusas para no utilizarlo. Uno de los criterios más comunes expuestos por los usuarios a tiempo parcial es que en carretera sí lo usan, pero no en ciudad ya que, según ellos piensan, las velocidades son demasiado bajas como para hacerse verdadero daño. Resulta curioso, por no decir lamentable, ver cómo algunos taxistas se abrochan el cinturón para llevarte del aeropuerto a la ciudad y al llegar a ella se lo desabrochan.

En las recientes olimpiadas de Sidney, en halterofilia, el ruso Andrei Chemerkin, en la categoría de más de 105 kg. levantó 260 kg. de peso. Supongamos que hubiese levantado 300 kg. y que él pesase 100 kg. Eso supondría que el hombre más fuerte del mundo sería capaz de levantar tres veces su propio peso. Si expresamos el peso en función de la aceleración de la gravedad, representada por la letra g, la relación entre el peso levantado y el peso propio sería de 3g.

Ahora bien, en el choque frontal de un vehículo contra un muro de hormigón, a 13 km/h se producen aceleraciones máximas equivalentes a 20g. O lo que es lo mismo, ni el hombre más fuerte del mundo puede contener (y por mucha diferencia) con su propia fuerza el golpe contra un muro a tan sólo 13 km/h!.

Igualmente lamentable resulta el hecho de que en muchos casos las plazas traseras disponen de cinturón pero este se haya escondido y a buen recaudo debajo o detrás de los asientos, de donde a veces resulta casi imposible sacarlo. El cinturón no es un elemento de adorno, sino como su propio nombre indica, de seguridad, y debe estar a disposición de todos. En el caso de las plazas traseras existe el agravante de que una persona de peso medio sin sujetar, puede suponer para el ocupante situado delante de él un peso de varias toneladas con las que tiene que cargar a sus espaldas en caso de accidente.

Desengese, el cintur?n de seguridad es necesario desde el momento en que el vehículo se pone en movimiento.

Texto: Centro Zaragoza, Instituto de Investigación sobre Reparación de Vehículos, S.A.

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