Kia Picanto 1.0 X-Tech

Hace tiempo que ya nadie, ni los expertos más sesudos ni el gran público, duda de la calidad de los automóviles coreanos. Menos de Hyundai/Kia, uno de los grandes fabricantes mundiales por volumen de ventas y en Europa uno más al interiorizar tan bien las reglas del juego: desarrollar coches bien construidos, estéticos, eficientes y tecnológicamente avanzados. Kia nos vuelve a demostrar que todo esto no es casualidad, incluso con el modelo más pequeño y económico que vende en España, el Picanto.
Por debajo en tamaño de los Rio y Venga, el Kia Picanto es un simpático y práctico urbano de 3,60 metros de longitud del segmento A, con versiones de tres o cinco puertas y un maletero de 200 litros que en términos generales destaca por su funcionalidad para los desplazamientos urbanos y su excelente capacidad de maniobra. Su motor de 66 CV, en comunión con su peso pluma (855 kilogramos), también lo validan como un modelo aseado para circular por carreteras de circunvalación sin problemas a velocidades de tres dígitos.Destaca por su funcionalidad para los desplazamientos urbanos y su excelente capacidad de maniobra
Para la semana de prueba contamos con un Picanto muy representativo al posicionarse por equipamiento y precio en el corazón de la gama: acabado intermedio X-Tech, carrocería de cinco puertas, y motor gasolina tricilíndrico 1.0 de 66 CV con cambio manual de cinco marchas, por 11.000 euros (PVP). Por debajo quedan las carrocerías de tres puertas, únicamente disponibles con los acabados más bajos Basic y Concept (desde 8.672 euros), y por encima se sitúan los Picanto cinco puertas con el motor de cuatro cilindros más potente (1.2 de 85 CV) y con los acabados más copiosos (Sporty y Trendy) que se disparan en precio hasta los 12.820 euros (de elegirlo con cambio automático de cuatro velocidades).

a favor- Agrado de conducción en ciudad- Dotación de serie X-Tech- Relación tamaño/espacioen contra- Insonorización mejorable- Restyling conservador- Precio alto sin descuento
Lanzado al mercado en 2011, primo hermano del Hyundai i10, el Kia Picanto se ha actualizado este año 2015 para hacer frente a la plaga de rivales que han aparecido (o profundamente actualizado) casi por generación espontánea en los últimos años: Peugeot 108, Citroën C1, Toyota Aygo, smart forfour, Renault Twingo, Suzuki Celerio, Seat Mii, Volkswagen up!, Skoda Citigo, Opel Karl o Nissan Micra (estos dos últimos algo más largos).
Los cambios son mínimos tanto en la carrocería como en el habitáculo. Por fuera, destacan una parrilla algo más ancha y unos paragolpes más estilizados (el trasero con la parte inferior en color negro). También se apuesta por la iluminación diurna tipo LED y un nuevo diseño de llantas de 14 pulgadas de diámetro, que en conjunto mejoran su atractivo (aunque entre sus rivales los hay más atrevidos, la verdad).

Por dentro, Kia también es continuista. Como su predecesor, el Picanto 2015 está rematado con plásticos duros, y tanto en la organización de sus mandos como en la lectura de su instrumentación es conservador, destacando la sencillez y la funcionalidad. Eso sí, como todo restyling, algo nuevo tiene que ofrecer, y en su caso, es un curioso volante en piel con mandos de control y una moldura en gris en su parte inferior que se proyecta también en toda la zona central del salpicadero, avanzando en calidad general percibida.Ni rasto de plásticos blandos en un interior que mejora en calidad percibida
El gran salto del Picanto 2015 es en materia de equipamientos, donde ofrece de serie en el acabado X-Tech elementos novedosos como el control de crucero y el limitador de velocidad, un plus para conducir fuera de la ciudad. Y en cuanto al día a día sigue siendo un turismo gratificante, contando con lo imprescindible en un coche de su segmento: climatizador, cuatro elevalunas eléctricos, cierre centralizado, sensores de luces (no de limpias), retrovisores exteriores plegables eléctricamente, asistente de arranque en pendientes o bluetooth.Control de crucero y limitador de velocidad, un plus para conducir fuera de la ciudad
Una de las cualidades del Picanto es lo bien aprovechado que está el espacio interior en relación a su tamaño. Favorecido por unas puertas traseras con un generoso ángulo de apertura, la fila posterior es más accesible y sus cotas son muy amables incluso para adultos de talla media-alta. Delante hay bastantes huecos para vaciarse bolsillos, resultando fácil encontrar una postura ideal (casi) para cualquier tamaño de conductor, que se encontrará con una banqueta de mullido (excesivamente) blando y un dominio del entorno total (buena visibilidad hacia todos los ángulos, ajuste triple del asiento y regulación en altura del volante).
EN MARCHA
El motor de nuestra unidad es un gasolina, tres cilindros, atmosférico, inyección indirecta, 998 cm3 y 66 CV de potencia, con apenas 94 Nm de par a 3.500 rpm. Ni tecnológica ni prestacionalmente es la mecánica más avanzada del sector, pero cumple con su competido: mover al Picanto con soltura en ciudad. Combinado con un cambio manual de cinco relaciones y el sistema de arranque y parada automático Stop&Go, la otra aspiración es conseguir un gasto de carburante ajustado, algo que consigue con unos 5,3 l/100 km de media durante nuestra semana de prueba.
Como buen tricilíndrico dentro de un coche pequeño y popular, es un motor que se deja notar en exceso en un interior mejorable a nivel de insonorización, sobre todo en fases de máxima aceleración. En cuanto a su respuesta no es un mísil, pero le favorece los 855 kilos de peso que tiene que mover. Eso sí, a la hora de encarar una pendiente en carretera, si lo que quieres es ganar velocidad, anticípate con el cambio (haciéndole girar a un régimen superior a 3.500 rpm) porque no es su terreno preferido (158 km/h de velocidad máxima y 14,6 segundos de 0 a 100 nos pone en la pista de ello).A la hora de afrontar un repecho, hay que adelantarse con el cambio para encontrar la mejor respuesta del motor
Dinámicamente en conjunto es un coche lógico dentro de su categoría: suspensiones muy confortables, dirección muy asistida y ligera, y una capacidad de maniobra en espacios cortos muy alta gracias a los 4,8 metros de radio de giro que ofrece. Fuera de la ciudad, es un turismo estable y cómodo, que no pierde la compostura, mientras que a la hora de afrontar curvas, las oscilaciones de la carrocería sí que son más perceptibles, obligando a tomártelo con más calma.
Como buen urbano es un vehículo ratonero y fácil de manejar en espacios cortos

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