Isuzu D-Max 2008

Robustez de vanguardia

Hace poco más de un año que el Isuzu D-Max vio la luz en nuestro mercado para sustituir al anterior Rodeo, que se había quedado algo obsoleto respecto a la competencia, principalmente nipona. Ya en su primera generación presentaba un diseño renovado y moderno, con un aspecto tan robusto y dinámico que cautivaba tanto a los que lo necesitaban para trabajar como a aquellos que lo querían para disfrutar de sus ratos de ocio. Para este año 2008, el D-Max presenta pequeños retoques estéticos y mejoras en el equipamiento de confort interior, así como detalles más funcionales y ergonómicos, para ofrecer un producto mucho más atractivo y sugerente.

La gama del nuevo D-Max ofrece soluciones a todo tipo de necesidades con gran variedad de versiones. En cuanto a carrocerías hay disponible Chasis Cabina, Cabina Simple, Cabina Extendida y Cabina Doble; asimismo se puede optar por propulsión trasera (sólo con motor 2.5) o tracción 4×4 desconectable; en lo que a transmisiones se refiere, existe cambio manual y cambio automático, acompañando siempre a dos propulsores diésel, un 2.5 CRD de 136 cv y un 3.0 CRD de 163 cv. Con todo este despliegue compite con los mejores rivales de su categoría como el Nissan Navara, el Toyota Hilux, el Mitsubishi L200, el Mazda BT-50 o el Ford Ranger, como los principales superventas del segmento.
Exteriormente, el nuevo pick-up de Isuzu muestra pequeños detalles que refinan y actualizan su imagen, entre los que destacan la antena de la radio rígida ubicada en la zona central del techo, sustituyendo la antena retráctil de la versión anterior, y una nueva tercera luz de freno con iluminación por led´s que alumbra más y aumenta la seguridad. Pero donde verdaderamente el D-Max ha experimentado las mayores modificaciones ha sido en el interior, adoptando materiales de mayor calidad en las nuevas tapicerías de mejor tacto y mayor resistencia y con detalles plateados de última generación en el salpicadero, la consola central y los paneles de las puertas, en los acabados alto de gama LS. Todos los plásticos han mejorado su calidad y se ha mejorado la ergonomía del puesto de conducción. Los asientos han sido totalmente rediseñados buscando el mayor confort de los ocupantes, dejando un amplio espacio interior similar al de las berlinas familiares.
Como compañía líder en la fabricación de motores diésel alrededor del mundo, Isuzu para su D-Max ha apostado por dos modernos y fiables propulsores diésel, los conocidos 2.5 y 3.0 CRD. El pequeño es un tetracilíndrico de 2,5 litros con inyección directa por common rail, turbocompresor de geometría variable e intercooler que desarrolla 136 cv de potencia a 3.600 rpm y un par motor de 294 Nm entre las 1.800 y las 3.200 rpm. Si se desean mayores prestaciones o mayor capacidad de arrastre se podrá optar por el también tetracilíndrico 3,0 litros que, con las mismas características que su hermano menor, desarrolla 163 cv a 3.600 rpm y un par motor de 360 Nm entre 1.800 y 2.800 rpm.
Al motor de 2,5 litros está asociado un cambio manual de 5 velocidades, mientras que el más potente 3,0 litros se puede optar por éste o por uno automático de 4 relaciones controlado electrónicamente. Para dar respuesta a todo tipo de clientes, el D-Max se ofrece con propulsión trasera, asociado al nivel básico de equipamiento, y con un sistema de tracción total con reductora que permite alternarlas electrónicamente. Sus capacidades todoterreno son muy satisfactorias gracias fundamentalmente a una distancia mínima al suelo de 195 mm en la versión 4×2 y la incorporación en las versiones 4×4 de un diferencial de deslizamiento limitado que mejora el control del vehículo en superficies de baja adherencia. Además, su capacidad de carga en la caja es de las más grandes del segmento, con más de 2 metros de longitud y más de metro y medio de anchura en carrocería simple, mientras que en las versiones de cabina extendida y doble cabina estas medidas son algo menores, pero igual de prácticas.
El bastidor del D-Max ha sido reforzado notablemente para soportar una conducción extrema, adaptando las suspensiones a los distintos sistemas de tracción, siendo de doble trapecio delantero para la versión de propulsión trasera y de paralelogramo deformable con barras de torsión para la tracción total. La suspensión trasera en ambos casos es de ballestas elípticas con eje rígido. De serie ofrece ABS con distribuidor electrónico de la frenada EBD.
En cuanto a los precios, arrancan en los 19.000 euros correspondientes a la versión D-Max 2.5 Chasis Cabina de propulsión trasera y van subiendo con las distintas carrocerías, motores y tipos de cambio hasta alcanzar los 36.045 euros del D-Max 3.0 automático Doble cabina con tracción 4×4 y acabado LS Plus.

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