Hyundai ix20 1.4 CRDI, siempre hacia adelante

Ahora lo acaba de demostrar con el nuevo ix20 que, contrariamente a lo que pueda parecer por esa denominación ix, no es un crossover o todoterreno, sino un monovolumen urbano. Si se trata de buscarle un referente comparativo el precedente puede estar en el Matrix, pero esta nueva creación tiene más de apertura de segmento que de relevo en los que ya está presente.

El ix20, por tanto, entra en una tipología de berlina que, pese a las incógnitas que suscita la crisis, está en fase expansiva como una respuesta a las demandas familiares entre vehículos urbanos que, en los formatos conocidos, han dejado poco campo a esas características.

El atributo sobresaliente de este Hyundai ix20 está en un aprovechamiento del espacio interior fenomenalmente conseguido para una berlina que se postula con cuatro metros justos de longitud, además de una sobresaliente distancia entre ejes, que es el testigo medible de sus capacidades potenciales.

Este coche empieza a convencer de ese atributo con el sólo acceso al interior. Los marcos de las puertas adoptan unas dimensiones más que suficientes como para que la entrada a bordo se haga con absoluto relajo, tanto a los asientos delanteros como traseros.

Estando ya dentro ubicarse en las plazas es tarea fácil y el valor añadido del confort toma fuerza. La posición de conducción está reglada perfectamente con un asiento que fija adecuadamente la zona troncal del cuerpo sin desdeñar una ubicación levemente elevada para mejorar la perspectiva de campo visual.

La separación entre filas tiene la distancia precisa para que los ocupantes de las plazas traseras tengan la suficiente capacidad de movimientos como para no viajar encogidos. En esta zona, siempre dos mejor que tres, pues aunque el formato del coche abogue por cinco plazas, la de en medio queda inhabilitada, por estrechez, para un adulto; todo lo más: un niño y no muy crecidito.

Atrás del todo queda un maletero, con una capacidad acreditada en 440 litros, de lo más alto del segmento y con la particularidad de una bandeja dividiendo compartimentos, con lo que queda un doble fondo apto para una sobrecarga especial o, incluso, alojar una rueda de repuesto estándar.

Como monovolumen que es la modularidad forma parte de la esencia del coche y en el ix20 está francamente bien resuelta. De pasada, por lo reiterativo que ya es, aunque se agradecen, los famosos huecos portaobjetos, por lo general bien repartidos y útiles para esos cachivaches a los que tan difícil resulta encontrar acomodo en berlinas más clásicos. Llamativo, por lo útil, es lo fácil que se abaten respaldo y banqueta de los asientos traseros y como el todo contraído se camufla en el suelo dejando un espacio completamente plano.

La información de conducción tiene también el punto favorable de una sencillez y accesibilidad que la hace sumamente intuitiva en el acceso visual y manual. Todo se recoge al instante con un simple golpe de vista y la familiarización con botones y otros instrumentos lleva de tiempo, todo lo más, un simple repaso.

Las formas exteriores adoptan un dibujo muy agradable de ver. No es un coche bonito, porque la filosofía práctica se impone sobre cualquier otra consideración, pero hay que destacar que las utilidades buscadas no han menoscabado la estética.

Por delante, la vista se detiene en una parrilla hexagonal, unos faros en forma de gota de agua, muy penetrantes hacia la parte alta del lateral y un capó en pronunciada caída.

La visión lateral queda marcada con una subida sin disimulos de los marcos del parabrisas y el trazado muy geométrico de los de las puertas. La línea de cintura se eleva suavemente y los pasos de rueda apena dejan espacio a los voladizos. Las llantas multirradio elegidas le otorgan al coche un aire muy atractivo

Por detrás, el clásico portón con una boca de acceso grande para facilitar la carga, unos pilotos que muerden buena parte de la zona lateral, junto a unas defensas prominentes y un sucinto alerón en la parte superior como concesión aerodinámica.

El ix20 reduce parcialmente su nota en el análisis que se hace del motor. Para la ocasión se ha elegido el diesel de 1.4 litros con potencia de 90 CV, que convive con otro de la misma cilindrada, pero caballaje reducido a 77 unidades de potencia. Se trata, pues, del registro de potencia más alto.

La orientación numérica de esta potencia predispone ya a que cualquier faceta deportiva en este coche se desdeñe de inmediato, pero resulta que lo concreto, a la hora de conducir, queda, incluso, algo por debajo de las espectativas.

El motor se comporta con excesiva parsimonia. Demanda conducciones a regímenes de giro altos para mantenerle, siquiera, con un mínimo de brío. Sí, por encima de las 2.500 revoluciones, se atiene aceptablemente a las exigencias del acelerador, pero por debajo, las recuperaciones se hace bastante premiosas. Conseguido el registro adecuado giro se mueve con cierta soltura y mantiene, con bastante justeza, en las velocidades máximas legales.

En condiciones de conducción más exigentes, es decir a plena carga, el recurso de palanca puede llegar a ser constante para mantenerle con esa reserva de fuerza que facilita la confianza en maniobras como adelantamientos.

La medición del consumo está mediatizada por estos condicionantes del propulsor. Ciertamente, a bajos regímenes el gasto es muy competitivo y se sitúa en términos numéricos en el entorno de los seis litros cada cien kilómetros, pero el excesivo recurso de palanca y de regímenes de giro altos rompen esa medida para tornarse en unos, bastante menos atractivos, casi nueve litros.

Este motor peca también de algo de sonoridad ronca y pasada de decibelios en frío, aunque luego se torne más comedida cuando coge temperatura.

El complemento con una caja de cambios manual de seis velocidades tiene como efecto más llamativo la capacidad que tiene para estirar al máximo cualquier desarrollo. La palanca cumple con nota la función de engranar con rapidez y precisión.

Pocas tachas se le pueden poner, sin embargo, al test dinámico, pues este coche revela una ingeniería muy cuidada. El chasis está muy equilibrado y facilita una rodadura bastante plana, algo a lo que también contribuye el equipamiento de serie de unos neumáticos de 17 pulgadas. Las suspensiones se revelan algo blandas y con una muy leve propensión a los balanceos. En las trazadas el buen equilibrado de los trenes rodantes transmite seguridad y aplomo en lo apoyos.

La dirección apunta una alta precisión y sabe colocar al coche en todo momento en los ángulos adecuados de entrada y salida de curva. Tiene, además, el mérito añadido de una muy bien medida resistencia que facilita el movimiento de volante en los aparcamientos y no transmite blandura en carretera a altas velocidades.

El precio de venta merece el comentario de una subida nominal no desdeñable, aunque con el acompañamiento de unas calidades ajustadas a ese incremento. Desde hace ya tiempo esa estrategia de Hyundai estaba presente y a nadie escapaba, pero en el ix20 ha dado una señal de rotundidad indiscutible.

Su gama de tarifas ya está en el tramo alto de la competencia, pero justo es reconocerlo, la marca ha acompasado perfectamente esos saltos cuantitativos con los cualitativos, aparte de un equipamiento de serie profuso, aunque falte un sistema start and stop, que tampoco se echa de menos cuando, con lo que tiene, las emisiones de CO2 dejan exento el pago del Impuesto de Matriculación.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,100 m

Anchura 1,765 m

Altura 1,600 m

Distancia entre ejes 2,616 m

Vía delantera 1,541 m

Vía trasera 1,545 m

Peso 1.270 kgs

Capacidad depósito 48 l.

Capacidad maletero 440 l.

Coef. aerodinámico N.D.

Posición motor Delantero, transversal

Alimentación Inyección directa diesel por

conducto común con turbo de

geometría variables e intercooler

Cilindros 4 en línea (16 válvulas)

Cilindrada 1.396 c.c.

Potencia máxima 90 CV a 4.000 r.p.m.

Par máximo 220 Nm a 1-750-2.750 r.p.m.

Velocidad máxima 167 km/h

Aceleración 0-100 14,5 seg.

Consumo medio 4,5 l./100 kms

Emisiones CO2 119 g/km

Impuesto de Matriculación Exento

Dirección Cremallera. Servoasistida

eléctrica

Diámetro de giro 10,4 m

Frenos Discos ventilados (DEL.)

Discos (TRAS.)

Suspensión delantera Independiente McPherson

Suspensión trasera Eje torsional

Tracción Delantera

Neumáticos 205/50 R 17

Transmisión Manual de seis velocidades

Equipamiento de serie ABS con EBD, control de

estabilidad ESP, airbag frontales.

laterales y de cortina, sistema de

retención en pendientes y de

orientación en los cambios de

velocidad

Precio 18.290 euros (Sport)

19.490 euros (Style)

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Gasolina:

ix20 1.4 Classic 1.396 c.c. 90 CV 14.990

ix20 1.4 Comfort 1.396 c.c. 90 CV 16.490

Diesel;

ix20 1.4 CRDI Classic 1.396 c.c. 77 CV 15.990

ix20 1.4 CRDI Comfort 1.396 c.c. 77 CV 17.490

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Citroen C3 Picasso 1.6 HDI 1.560 c.c. 90 CV 16.950

Ford Fusion 1.6 TDCI 1.560 c.c. 90 CV 15.900

Kia Venga 1.4 CRDI 1.396 c.c. 90 CV 18.050

Nissan Note 1.5 dCi 1.461 c.c. 86 CV 18.790

Opel Meriva 1.3 CDTI 1.248 c.c. 95 CV 18.240

Renault Grand Modus 1.5 dCi 1.461 c.c. 85 CV 15.100

Angel Alonso

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