Volkswagen Golf Cabrio GTI

Al iniciar la prueba con este Golf Cabrio GTI teníamos una impresión –con el paso de la semana, una impresión equivocada- que estábamos ante un coche lúdico, una vuelta de tuerca del fabricante Volkswagen que por primera en 36 años de historia del modelo asociaba Golf, Cabrio y GTI en una misma carrocería con más corazón que cabeza. Siete días después, al devolver el coche, todos los prejuicios se habían evaporado, y no por arte de magia sino por esa manera tan alemana de seducir y transcender: cuando quieres reaccionar, otra vez más, eres presa del hechizo del Golf, en esta ocasión con su carrocería Cabrio y unas siglas GTI acuestas que pesan mucho en la historia deportiva de la marca, un compendio en el que los límites los pones tú. ¿Arrancamos?

a favor- Conjunto TSI/DSG- Puesta a punto del chasis- Rango de utilización altoen contra- Sin asientos calefactados de serie- Boca de carga estrecha- Menos ágil que el 5 puertas
Siete son las generaciones del Golf y siete son las veces que Volkswagen ha ido solapando el Golf venidero en sus carrocerías más conversadoras con el saliente Golf de turno en sus versiones más extremas. En otras palabras, probamos este Golf Cabrio GTI, basado en el Golf VI, cuando ya se comercializa el Golf VII de 3 y 5 puertas, reconocido como Coche del Año 2013 en el Mundo.

Esta convivencia no le resta ni un ápice de encanto y personalidad a nuestro Golf Cabrio GTI. La siempre moderada evolución en los diseños de la marca entre generación y generación, y los pequeños detalles exteriores que mantienen inamovible su denominación de origen GTI, juegan a su favor: ahí están como siempre la parrilla de nido de abeja con perfiles rojos y el logo ‘GTI’ integrado, unas llantas opcionales ‘Detroit’ de 18 pulgadas y una zaga con un nuevo difusor con doble salida de escape cromada y los característicos grupos ópticos traseros oscurecidos.Su diseño GTI, por muchas generaciones que pasen, sigue siendo reconocible, también con la carrocería Cabrio
Volkswagen, que estuvo casi una década sin vender la carrocería descapotable de su Golf, confronta de manera más o menos directa a dos modelos dentro de su gama: este Golf Cabrio y el Golf Eos, ambos basados en la plataforma del Golf VI. Entre ellos hay varias diferencias: el techo (capota textil frente a duro retráctil), la longitud total (4,25 por 4,42 metros) por el alargamiento del voladizo trasero en el Eos y la capacidad de maletero (en el Golf Cabrio inalterable de 250 litros y en el Eos variando, según la posición del techo, entre los 380 y 205 l).

En la última prueba que realizamos al Golf Cabrio de acceso (motor gasolina TSI 122 cv) ya hablábamos de un descapotable que iba más allá de ser un 2+2 clásico, con muchas posibilidades como primer vehículo para todo el año. En este GTI estas sensaciones de polivalencia se mantienen: por equipamientos de confort (climatización bizona de serie y asientos calefactados y cortavientos como extras muy recomendables por 800 euros ambos) y de seguridad (barras antivuelco tras los asientos traseros que emergen automáticamente, refuerzos específicos en el parabrisas delantero, un chasis más robusto en zonas clave o los siete airbags, todo de serie), por espacio en el habitáculo (respecto al Golf VI cerrado casi no se deja centímetros, únicamente pierde la poco aprovechable plaza central trasera) y por la elevada calidad de construcción e insonorización de la capota de lona, este GTI es un Golf descapotable igual de cómodo que otros modelos compactos de la marca de techo permanente.Tras un uso continuado y en diferentes entornos, nos parece apto como primer vehículo para todo el año, contando con las limitaciones de su maletero
Centrémonos en la capota de lona, evocando el espíritu de los descapotables clásicos, pero añadiendo la funcionalidad y practicidad de su accionamiento electrohidráulico que abre y cierra nuestro Golf Cabrio GTI en 11 y 9,5 segundos, respectivamente, pudiendo realizarse la maniobra en movimiento si no circulamos a más de 30 km/h. La maniobra de transformar el Golf Cabrio GTI de coche de invierno a coche de verano es de lo más sencilla, tirando de un pulsador situado bajo el freno de mano y sin necesidad de liberar el techo del parabrisas como ocurre en otros descapotables. Por cierto, la capota no cambia de color: únicamente está disponible en negro, conjugando de lujo con el color rojo eléctrico que luce nuestra unidad de prueba.Transformar el Golf Cabrio GTI de coche de invierno a coche de verano es de lo más sencillo
Por dentro, el lenguaje GTI queda muy a la vista –tapicería en tela con diseño a la ‘escocesa’ tradicional de la familia GTI, los cromados en pedales y volante, o los pespuntes GTI en los propios asientos-, ofreciendo un perfecto equilibrio entre deportividad y confort. La calidad de rodadura, sin llegar a ser la del Golf VII, es muy alta y al mismo tiempo la suspensión se siente firme que no molesta y el perceptible burbujeo del turbocompresor que monta el motor 2.0 TSI de inyección directa gasolina nos invita a dar rienda suelta a los 210 cv de potencia de la criatura.
Nos ponemos en marcha, y el par motor máximo de 280 Nm sale a relucir rápidamente si hundimos el pie en el acelerador, sin apenas lapso de tiempo desde que la caja de doble embrague y seis relaciones DSG engrana la marcha automáticamente al eje delantero. Si elegimos el modo secuencial, con levas tras el volante, sentimos más si cabe la progresividad de este motor que estira hasta que los 210 cv llegan a 5.300 rpm, sin apenas pérdidas de tracción reseñables por el diferencial electrónico de deslizamiento limitado XDS que mejora la adherencia en perfecta comunión con el ESP.La dupla 2.0 TSI con el cambio DSG de seis relaciones es magnífica: el motor es progresivo, empuja en cualquier circunstancia, y el DSG es rapidísimo
En un turismo que supera la barrera psicológica de los 200 cv de potencia, la sensación de tenerlo todo bajo control está muy presente. Destaca una dirección informativa y precisa y una puesta a punto de un chasis deportivo específico que rebaja la altura de la carrocería respecto al suelo (22 mm delante y 15 mm detrás). Sin ser un dechado de agilidad en los cambios de apoyo, el Golf Cabrio GTI se agarra con firmeza y mucho aplomo en curvas más abiertas, donde los refuerzos que ha sufrido la estructura por la capota se hacen menos perceptibles. Aun así sus números absolutos son extraordinarios: 237 km/h de velocidad punta y 7,3 segundos de 0 a 100 km, gastando oficialmente 7,7 l 100 km/h, una cifra muy alejada de la realidad a poco que nos excedamos con el gas. En definitiva, un descapotable con un alto rango de utilización y con avanzadas dotes dinámicas y prestacionales por el que hay que desembolsar casi 35.000 euros.

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