Terrafugia Transition

El primer coche-avioneta

Terrafugia, una empresa norteamericana ubicada en Boston, ha homologado el primer vehículo que puede circular por carretera y también volar. Este aparato mitad avioneta y mitad coche ya se puede reservar (depositando 10.000 dólares) y las primeras unidades comenzarán a entregarse a finales de 2011 (por un precio que rondará los 150.000 euros). La idea no es ningún disparate y, de hecho, Terrafugia espera obtener un éxito notable los primeros años y pasar así a fabricar entre 300 y 400 unidades al año. De momento esta homologación la ha conseguido en Estados Unidos, por lo que habría que esperar a conocer el listado completo de los países en los que puede tanto volar como circular por carretera.
El Terrafugia Transition tiene cuatro ruedas y un habitáculo de dos plazas. Mide 6 metros de largo y 2 metros de alto, mientras que su anchura varía ostensiblemente si va en modo vuelo o en modo carretera. En el primero de los casos, con las alas desplegadas tiene una anchura de 8 metros, pero cuando las recoge se queda en 2,30 metros de anchura. Evidentemente la acción de plegar las alas se realiza de forma electromecánica.
La mecánica viene firmada por Rotax y desarrolla 100 cv. Es una buena potencia para un aparato que sólo pesa 440 kilos, aunque como peso máximo declara 650 kilos; de modo que entre los dos pasajeros y el equipaje no podrán exceder los 210 kilos. En el aire alcanza los 185 km/h, y gasta 18,9 litros a la hora; de forma que con su depósito de 87 litros puede permanecer volando algo más de cuatro horas y media, recorriendo así unos 800 kilómetros.
Evidentemente, además del permiso de conducir automóviles, será necesaria la licencia de avioneta, y para este modelo concreto se ha concebido un curso específico de 20 horas de vuelo. Las ventajas del Terrafugia Transition saltan a la vista, pues no es necesario adquirir una avioneta y pagar los pertinentes alquileres de hangares en el aeródromo, ya que con el Transition, después del vuelo basta con pulsar el botón de recoger las alas y, sin levantarse del asiento, poner rumbo a nuestro domicilio. Ahora bien, que nadie se haga demasiadas ilusiones, que eso que estarán pensando algunos de poder despegar en plena autopista para evitar los atascos ¡está terminantemente prohibido! Es válido como coche y también como avioneta, pero cada cosa en su espacio y con sus respectivas reglamentaciones.

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