Nissan Juke Nismo

Ausente del segmento de los compactos tradicionales, Nissan no ha podido renunciar a sus genes deportivos con un extraño pero adictivo Juke Nismo. Desarrollado por la división deportiva de la marca, Nissan Motorsports, el Juke Nismo aterrizó hace un año en España como el Juke más caro (26.480 euros) y potente (200 cv). Tras una semana a prueba con él cualquier parecido con sus hermanos de gama es pura coincidencia. A partir de un modelo de serie, como después ha hecho con el 370Z y a finales de 2014 hará con el GT-R, Nissan se pone en manos de Nismo para desarrollar sus versiones más picantes. Con este Juke Nismo se puede hablar de un GTI encerrado en un cuerpo de crossover.

La puesta a punto de Nismo, preparador de deportivos de la talla del GT-R, coloca al Juke Nismo a la altura de los GTI convencionales (motor turbo, tracción delantera, y potencia alrededor de los 200 cv) del segmento B. Todos tenemos en mente a los Seat Ibiza Cupra, Alfa Mito QV, Renault Clio RS o Ford Fiesta ST, subcompactos de altas prestaciones a los que se asemeja más el Juke Nismo de lo que puedo hacerlo a SUV de su tamaño y proporciones como Opel Mokka o Skoda Yeti. Como alternativa premium –más costosa, menos potente y tres puertas-, el Mini Paceman Cooper S (184 cv).Por comportamiento y rendimiento, el Juke Nismo tiene mucho más que ver con un subcompacto GTI que con un crossover urbano
El hecho de huir de cualquier convencionalismo, de entrada, hacen del Juke Nismo un coche 3.200 euros más caro que el Juke 1.6 DIG-T 4×2, con 10 cv menos de potencia. En su debe, una habitabilidad interior comprometida, como en el resto de Juke (todos de cinco puertas): unas plazas traseras exiguas, con un acceso complicado por tamaño y ángulo de apertura de las puertas, y un maletero de tan solo 251 litros. Y si ahondamos más en un posible uso polivalente, el tarado endurecido de la suspensión y los aditamentos aerodinámicos en los bajos de la carrocería, comprometen maniobras de aparcamientos (¡ojo con los bordillos!) y su confort en asfalto irregular.La puesta a punto de las suspensiones limita el confort en ciudad
ESTÉTICA RACING
A partir de aquí, todo es magnético. Nissan Motorsport, que presume de medio siglo de experiencia en el mundo de la competición, no ha escatimado esfuerzos en modificar cualquier elemento que en el Juke normal pueda resultar anodino. El diseño exterior transmite una fuerza y agresividad más propia de un GTI preparado fuera de fábrica, gracias a un paquete aerodinámico con una imagen más racing: en el frontal, una parrilla inferior modificada que esconde el intercooler, la prolongación del fondo plano (splitter) que aumenta su longitud (de 4,14 a 4,17 metros) o la tira horizontal de LED’s diurnos; en el lateral, los pasos de ruedas ensanchados para dar cabida a unas espectaculares llantas multirradio de 18” y unas pronunciadas taloneras; o una trasera con alerón, difusor y salida de escape XXL que atraerán las miradas de los más curiosos.
Nos subimos a un interior dominado por el color negro y con todos los detalles exclusivos Nismo, que te envuelven en una atmósfera muy especial, sobre todo en el puesto de conducción. Destacan los asientos deportivos con unas jorobas laterales muy pronunciadas en respaldo y butaca y un tapizado en piel vuelta con costuras rojas y el anagrama de Nismo. Sin ser baquets, son excelentes por comodidad y agarre. El volante, de tres radios, también está acabado en piel vuelta en la zona central, dejando la piel convencional para las partes alta y baja del mismo, y con las costuras rojas en perfecta consonancia con el cuentarrevoluciones de fondo rojo o el botón de arranque. Los pedales en aluminio y los umbrales de las puertas firmados por Nismo ponen la guinda al pastel.La atmósfera interior, dominada por el negro, tiene su colofón con unos asientos deportivos exquisitos
El rojo también está presente en el pomo del cambio manual, justamente debajo de una consola central con una pequeña pantalla a color que cambia de aspecto y funcionalidad según el botón seleccionado: “Climate” o “D-Mode”. Con este segundo, se pueden elegir tres modos diferentes de conducción –“Normal”, “Sport” y “Eco”-, modificando la respuesta de la dirección, climatización y acelerador. En el Juke Nismo este Control Dinámico de Nissan es de serie, como también lo son la cámara trasera o el navegador, ambos proyectados sobre una pantalla superior de 5,8 pulgadas. La carrocería pintada en blanco perlado de nuestra unidad de prueba es el único extra (445 euros), echándose de menos el xenón, que no es posible equipar en toda la gama Juke.


EN MARCHA

El motor de inyección directa de gasolina 1.6 turbo, ya existente en la gama Juke, es potenciado hasta los 200 cv, manteniendo la misma transmisión manual de seis velocidades (de tacto sublime) y la tracción delantera. Es una motorización que también mejor la cifra de par motor, hasta los 250 Nm entre 2.000 y 5.200 rpm, con una respuesta plena y progresiva, estirando hasta la zona alta del cuentarrevoluciones con un sonido bronco de lo más sugerente.

a favor- Conducción más deportiva- Imagen más racing- Atmósfera interioren contra- Sobrecoste- Peso lastra prestaciones- Confort urbano comprometido
Al volante, el Juke Nismo es un coche que se siente rápido, con aceleraciones muy fuertes. Sin embargo, sus números no dicen lo mismo: acelera de 0 a 100 en 7,8 segundos, nueve décimas más lento que, por ejemplo, un Ibiza Cupra 1.4 TSI de 180 cv. Tampoco es especialmente veloz, 215 km/h, por los 228 km/h del pequeño GTI español, que consume un litro menos de gasolina cada 100 kilómetros (5,9 por 6,9 l/100 km.). Aunque su centro de gravedad ha sido rebajado, el Juke no deja de ser un coche alto y esos kilitos de más también le pasan factura.

Dicho lo cual se desenvuelve con una soltura que sorprende por ágil y estable. Gracias a un centro de gravedad rebajado, el aplomo del chasis es exquisito. Y sin necesidad de autoblocante, que se puede echar de menos ante alguna pérdida de tracción más de la que querrán los conductores más intrépidos de este potencial GTI. Nismo ha montado una suspensión un 10% más rígida y una dirección con una respuesta más directa y deportiva, que, junto al control de tracción vectorial sensible al par, corrigen cualquier balanceo de la carrocería. Al final, el sabor que te deja es que, a pesar de su cuerpo sobreelevado, este GTI se puede conducir rápido y fácil sin grandes sobresaltos.

Aun sin autoblocante, el aplomo del chasis es tan elevado que las pérdidas de tracción se le perdonan

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