Citroën C4 Picasso e-HDi 115 cv Exclusive

Desde principios de siglo, bajo las siglas Xsara Picasso, el monovolumen compacto de Citroën se ha convertido en uno de los fijos en la terna de opciones de cualquier cliente que se planteé la compra de un vehículo familiar, espacioso y con un precio atractivo para los bolsillos de los padres de familia. En 2007, Citroën esculpió sus siglas más cubistas en una nueva carrocería de nombre C4 Picasso, que imitaba el concepto original -cinco amplias y cómodas plazas más un maletero de gran volumen- pero con un reposicionamiento comercial más alto, despegado de cualquier etiqueta low cost: sin ser un monovolumen caro, el C4 Picasso era la respuesta a la plaga de familiares modernos que arreciaban en la competencia.

a favor- Espacio y modularidad interior- Equipamientos de primera- Consumos y confort de marchaen contra- Sistema de pantallas confuso- Ergonomía del volante- Ajuste entre piezas
En esta segunda generación, el salto es igual o más grande. El Citroën C4 Picasso 2013 es un monovolumen con mayúsculas. Brillante por su calidad de construcción, atrevido como Picasso el pintor por unas líneas exteriores que compactan más si cabe su figura general, con su tradicional confortable conducción optimizada, y en esta ocasión con una personalidad más definida que nunca para diferenciarse claramente de familiares muy reputados como Volkswagen Touran, Renault Scenic, Ford C-Max o Kia Carens.La personalidad que desprende su diseño exterior, uno de sus nuevos atractivos
El C4 Picasso, que solo está disponible con cinco plazas –las 7 plazas quedan para la carrocería más grande Grand C4 Picasso, 1.500 euros más cara a igualdad de equipamiento-, se fabrica en la factoría que PSA tiene en Vigo, donde se ensambla a partir de la nueva plataforma modular EMP2 que el grupo francés irá implantando progresivamente en su gama de vehículos compactos –en Peugeot lo estrenó el premiado 308-, aligerando el peso de las carrocerías y por lo tanto los consumos. En el caso del C4 Picasso, la nueva plataforma, además de ahorrar costes, ha moldeado la nueva generación siendo respetuosa con los principios básicos del modelo: puesto de conducción elevado y una batalla alargada recortando centímetros de ambos voladizos, delantero y trasero.
El C4 Picasso solo está disponible con 5 plazas, dejando la carrocería de 7 para el Grand C4 Picasso, 1.500 euros más caro
MÁS CORTO Y BAJO
Con estas modificaciones, el nuevo Citroën C4 Picasso es 4 cm más corto que antes, con 4,43 metros de longitud, recorta también la altura en 2 cm, con 1,61 m, y mantiene la anchura de 1,83 m del modelo saliente. Su batalla de 2,78 metros es muy similar a la de sus alternativas, pudiendo configurar un espacio realmente amplio, con tres grandes asientos traseros de idéntico tamaño, suelo plano en la plaza central, y diferentes opciones de configuración: reclinables los respaldos en dos niveles, abatibles conformando una superficie totalmente plana, y modulables longitudinalmente en 13 centímetros, lo que permite ganar espacio de carga del maletero, entre 537 litros (en el modelo saliente, 500 l.), 630 l. desplazados los asientos hacia delante, y 1.709 l. con la fila trasera abatida al completo.
Por supuesto que las plazas delanteras también son muy amplias y cómodas, destacando por una postura elevada que ofrece una alta manejabilidad al conductor y, a pesar de que la chapa ha ganado espacio a la superficie acristalada, la luminosidad del interior sigue siendo muy considerable, sideral si se monta el enorme techo panorámico (720 euros). La postura de conducción es elevada y la visibilidad muy buena en todas las direcciones
De serie con el acabado tope de gama “Exclusive” que nos acompaña, los butacones delanteros forrados en cuero incluyen función masaje, calefacción, una extensión de la banqueta para estirar las piernas del copiloto, y ajustes en anchura de los reposacabezas de las cinco plazas, todo reunido en el paquete “Pack Lounge”. Además de los 2.800 euros de sobrecoste respecto al acabado intermedio “Intensive”, este paquete no es compatible con que el asiento del acompañante sea abatible, perdiendo la posibilidad de obtener un espacio longitudinal de 2,5 metros. El C4 Picasso “Executive” también incluye de serie el portón eléctrico, quizás, no tan necesario como en otros monovolúmenes, ya que a pesar de su gran tamaño pesa poco y manualmente se podría maniobrar bien con él.
De cualquier manera hay algo extravagante en el C4 Picasso. Citroën ha sido ambicioso con un diseño exterior muy moderno, sobrepasando los cánones más conservadores del segmento y de la trayectoria del propio modelo, que el tiempo dirá si ha servido para atraer o espantar clientes. No es rebatible que la ergonomía interior ha sido demasiado pretenciosa, limpiando de botones una consola central que aglutina un buen puñado de funciones -hasta la climatización- en dos pantallas -en el acabado “Executive”-, una superior de 12 pulgadas HD y otra inferior táctil de 7”, mientras que el volante se sobrecarga con un total de 12 botones.
Cuesta acostumbrarse a esta distribución. La pantalla superior que hace las veces de cuadro de instrumentos queda lejos, dada la profundidad del propio salpicadero y al estar situada en la parte central. Se puede configurar de diferentes maneras, proyectando varias funciones al unísono, con un efecto de pantalla partida. Mientras, la inferior tiene un manejo lento, los reflejos son muy intensos, y resulta raro que la climatización, por ejemplo, no esté a un solo paso: la simple pulsación sobre un botón concreto se suple interactuando con esta pantalla que, si es manejada por el conductor en marcha, puede distraer más de la cuenta.
El motor turbodiésel de 1.560 cm3 (e-HDi) y cuatro cilindros en línea desarrolla una potencia de 115 cv a 3.600 rpm y ofrece un par motor de 270 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm, que, asociado al cambio manual de seis velocidades (este motor también se puede combinar con el cambio manual pilotado ETG6), destaca por una buena respuesta en su radio de giro motor óptimo, una suavidad intachable, y unos consumos que en la peor de las circunstancias –cargados con mucho equipaje- se mantienen siempre muy contenidos.
Homologa 4 l/100 km., con una cifra real que mezclando kilómetros urbanos y por carretera no sube de 6 l., y que en autovía a velocidades de 140 km/h se conforma con 5,4 l/100 km., un resultado ejemplar en un C4 Picasso e-HDi que empuja con suficiencia en la mayoría de situaciones, alcanzando unos cruceros de 189 km/h y una velocidad punta de 0-100 km/h de 11,8 segundos. Respecto al diésel 2.0 de 150 cv (BlueHDi), 1.640 € más costoso, es más ahorrador (dos décimas), menos rápido (algo más de dos segundos) y menos veloz (21 km/h). El pago de esos 1.640 € dependerá del uso final, siendo una mejor opción el BlueHDi de 150 cv si son frecuentes los viajes largos hasta arriba de ocupantes y carga.El motor diésel empuja con especial fuerza a partir de las 1.750 rpm y es más suave y ahorrador que otros motores de la competencia
ESTABLE EN CARRETERA, ‘MANIOBRABLE’ EN CIUDAD
Por último, hay una cualidad que se mantiene intacta -si no mejora- en un monovolumen de Citroën: la altísima capacidad de sus suspensiones para absorber todo tipo de irregularidades. Un familiar que asegura un confort de marcha (son 29.250 euros los que estás pagando con nuestra unidad) a prueba de bombas, sin mermar la estabilidad. Sin hablar de un vehículo ágil, el C4 Picasso se puede conducir rápido con seguridad y dominio de la situación, circunstancia a la que ha contribuido la nueva dirección asistida eléctrica (en sustitución de la anterior electrohidráulica) que destaca por su agradable tacto y sobre todo por una desmultiplicación muy elevada, cualidad ideal para maniobrar en ciudad con total comodidad. Como buen monovolumen la superficie acristalada es generosa, garantizando al conductor una buena visibilidad en todas las direcciones que permite tener bajo control todo el perímetro. La última gran cualidad es el finísimo funcionamiento del Start-Stop, que a menos de 20 km/h detiene el motor con mucha suavidad, volviéndolo a encender con la misma delicadeza, sin brusquedad alguna, y prontitud.
Con el C4 Picasso, Citroën vuelve a lograr un altísimo confort de marcha

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