New Beetle 1.6

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VOLKSWAGEN NEW BEETLE 1.6
MAS ASEQUIBLE

El alto precio de las primeras versiones-2.0 y 1.9 TDi- del New Beetle ha llevado a Volkswagen a lanzar esta más modesta de 1.6 litros 100 CV, que por 3 millones de pesetas se convierte en la alternativa más asequible.
Por este precio, tenemos un coche seguro y original, dotado de ESP -algo único en su categoría-, manejable, cómodo y apto para el trajín del día a día cotidiano, y muy atractivo como segundo coche. Porque, si lo que el usuario busca es un compacto amplio para 4 personas y su equipaje para un uso eminentemente rutero, hay otras alternativas más interesantes dentro de la gama Volkswagen.

Diseño

Por lo demás, el Beetle sigue siendo un típico producto de diseño, en este caso ‘retro’, aunque moderadamente, ya que no debemos olvidar que se trata de un Golf ‘disfrazado’. Lo malo de ese disfraz es que no resulta muy holgado para un uso familiar. Las cuatro plazas son bastante justas -en especial las traseras- y los 209 litros oficiales de volumen de maletero (185 reales) francamente escasos para su equipaje. Las plazas traseras, sobre todo, resultan incómodas por la excesiva caída del techo, que acaba exponiendo las cabezas de sus ocupantes al sol que entra por la luneta del portón trasero.

En realidad, por definición práctica y real, este Beetle está lejos de la funcionalidad de su viejo antecesor el Escarabajo, que era más práctico. Ahora lo que tenemos es un 2+2 de diseño ‘retro’, bien rematado y con 4 plazas (y sus reposacabezas) utilizables, aunque no de modo permanente las traseras.

Por lo demás, tenemos portavasos, toma de corriente de 12 V y alzacristales eléctricos delanteros (los traseros son fijos). Pero seguimos teniendo una prominente consola con unos mandos de aireación con los que acaba por tropezar la mano al soltar la palanca de cambio, un minúsculo cuentavueltas, un simbólico cenicero apto sólo para fumadores contorsionistas y una inexplicable ausencia de termómetro de temperatura del líquido de refrigeración del motor.
Al volante, y aparte de la gran altura al techo, el puesto de conducción se caracteriza por la vertical posición del volante. El ajuste de altura y distancia (eléctrico en nuestra unidad de pruebas, opcional) se realiza igualmente bien de modo manual, como lo demuestra la maneta del asiento del acompañante. E igualmente es fácil abatir la banqueta trasera para ampliar la exigua capacidad del maletero. Lo peor quizá es lo que estorban los montantes del parabrisas al ir tan retrasado el puesto de conducción (o tan adelantados éstos), creando un ángulo muerto delantero izquierdo que la posición del retrovisor exterior acaba por acentuar. A la derecha molesta menos, también porque este retrovisor (siguiendo una moda muy germana) es más pequeño.

Motor

El 1.6 de 100 CV pertenece a la primera generación de esta planta motriz, con bloque de fundición y culata de aleación (no es un todo aluminio como los de Audi o Skoda). Eso sí, sus cotas son iguales (81 x 77,4 mm), discretamente ‘supercuadradas’, algo que ya no se ‘lleva’, lo que convierte en muy tranquilo su régimen de potencia máxima a 5.600 rpm. El par máximo es ahora de casi 15 mkg (14,8) a 3.800 rpm, y el bien medido acortamiento de los desarrollos del cambio consigue disimular su diferencia respecto al 2.0, de modo que sólo cede medio segundo en el km desde parado frente al 2.0, repitiendo el mismo crono del 1.9 TDi. La velocidad punta se queda en 176 km/h (la máxima oficial son 178), más que suficientes, y la alegría general de su respuesta resulta equiparable a la del 2.0, sobre todo en tráfico urbano y periurbano. En autopista tampoco le va mucho a la zaga, pero aquí si notaremos el mayor régimen sonoro del motor, obligado a girar más deprisa que el de su hermano mayor a la hora de lograr cruceros normales de carretera.

En cuanto a consumos, este Beetle 1.6 sí resulta más frugal que el 2.0, sobre todo en carretera. No en vano son 400 cc menos. Así a 90/100 km/h gasta 6,1 litros/100 km (frente a 6,5 en la prueba del 2.0), subiendo sólo a 6,6 a 120/130 km/h (un litro menos de lo que nos dio su hermano), aunque en ciudad se ha ido a 11,6, un consumo ya bastante alto (aunque el 2.0 llegó a 12 en circuito urbano). Y es que el peso (1.200 kg), determinante en el circuito urbano, apenas si ha variado.

Comportamiento

Finalmente, el comportamiento de este Beetle 1.6 no admite reproche, repitiendo fielmente el de sus hermanos mayores, y en última instancia, el del Golf, cuya plataforma comparte. Al conducirlo es como si condujéramos un Golf disfrazado de ‘abuelo’, un abuelo veterano pero vestido en plan de boutique juvenil. No hay sorpresas en cuanto a cualidades dinámicas, si bien -y como en sus demás hermanos- echamos en falta una amortiguación más enérgica, sobre todo con sus enormes ruedas, que limite las oscilaciones verticales en apoyo en curva sobre mal piso. Pero eso lo sufre hasta el actual Golf, que ha sacrificado en aras del confort la excepcional sujeción de las versiones anteriores.

Ficha Técnica

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