Defender 90 Extreme

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EL ABUELO LES PONE FIRMES

A pesar del paso del tiempo el Defender ha mantenido inalteradas las aptitudes fuera de carretera que lo han convertido en un vehículo legendario. No obstante los cambios introducidos en los últimos tiempos han sido importantes y han contribuido a superar en parte las características intrínsecas que lo ponían en franca desventaja frente a sus rivales modernos.
El motor diesel de cinco cilindros TD5 posee inyección directa y turbo con intercooler, ofreciendo unos excelentes 122 caballos y un fantástico empuje desde menos de 2000 revoluciones por minuto. Las trasmisiones siguen siendo tan eficaces y fiables como siempre con su tracción total permanente mecánica, pero ahora cuentan con la posibilidad de incorporar un excelente sistema de control de tracción en combinación con el sistema antibloqueo de frenos ABS.

En terrenos complicados la seguridad que ofrece no tiene rival, aunque sus robustas suspensiones ponen el límite por caminos en buen estado. Por carretera lo mejor sigue siendo mantener la calma y esperar el momento de explorar nuevos senderos.
Carlos Lera, Autocity
24 de Octubre de 2001

Interior

INTERIOR

La comodidad en el interior del Land Rover es aceptable en términos generales, a pesar de que la apariencia de los acabados interiores huya premeditadamente de cualquier sofisticación susceptible de generar problemas de fiabilidad. No obstante, en la lista de opciones disponibles se encuentran el cierre centralizado, los elevalunas eléctricos, el aire acondicionado y los asientos calefactados, aunque el precio de estos elementos es realmente elevado, por lo que igual no merece la pena convertir el Land Rover en un ‘Full Equipe’.
Por ejemplo el aire acondicionado supone un desembolso de 1.688’47 euros (280.938 pesetas). Por lo demás las calidades son muy buenas aunque no estamos muy acostumbrados al aspecto ni los materiales empleados. En un coche del que se espera que ante todo sea resistente y práctico como este, es normal que los únicos elementos con acabados en tela sean los asientos (hace unos años ni eso) y que el plástico puro y duro sea el rey. Del mismo modo el salpicadero es simple y omite elementos de información importantes como el cuentarevoluciones, y aunque se pueda alegar que dado el carácter tranquilo del motor no es muy importante, lo cierto es que siempre interesa conocer a qué régimen funciona… sin embargo será difícil eludir su presencia por el ruido que llega del vano delantero, pues la insonorización es escasa.

Ergonómicamente el puesto de conducción tiene un grave defecto, pues tanto los pedales como el volante están desplazados hacia la izquierda respecto al asiento, y dado el gran tamaño del aro es fácil golpearse la mano con la puerta al girar en maniobras. El pasajero es el mejor tratado en el Land Rover 90, puesto que además de lo comentado para el conductor, las plazas traseras son paralelas a la marcha. Esto tiene ventajas para desplazamientos cortos al admitir seis plazas, y también para transportar bultos puesto que los asientos traseros son plegables, pero resulta incómodo y no muy seguro.
El suelo está recubierto con una moqueta sencilla y fácil de extraer para poder realizar una cómoda limpieza a base de manguera, imposible en otros 4×4 más cuidados interiormente.

Motor y transmisiones

MOTOR Y TRANSMISIONES

Las trasmisiones son muy efectivas y su accionamiento manual es preciso y rápido. La reductora entra instantáneamente y la capacidad de tracción es ejemplar, gracias a unos desarrollos muy cortos que convierten la primera en la marcha ideal para trepar paredes. Lo cierto es que en largas el cambio resulta muy cerrado y apropiado para el campo, y en reductoras todo parece más sencillo todavía.
El motor tiene una respuesta eficaz, sin titubeos, aunque se trata de un diesel puro y duro en lo que a carácter se refiere. Su cilindrada es de 2.5 litros, y cuenta con cinco cilindros en línea. Es un motor tranquilo, presumiblemente duradero y de economía notable teniendo en cuenta que el peso en vacío está próximo a los 1.800 kilos en esta versión de tres puertas.

Los 122 caballos son capaces de tirar del coche gracias a los desarrollos, pero sobre todo destaca la fuerza que desarrolla entre poco más de 1.000 revoluciones por minuto y el entorno de las 3.000. El valor máximo es de 300 Newton / metro a 1.950 rpm, aunque en el intervalo comentado se haya siempre por encima de 280 Nm.
En lo que se refiere a los consumos se paga el pato de las cortas relaciones especialmente en carretera, pero en campo sin rodar a regímenes elevados se aprecia muy poca sed.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

La orientación absolutamente campestre del Land Rover hace que por carretera lo más que se le pueda pedir es que circule sin problemas a ritmo moderado, pues al fin y al cabo sus cortas relaciones de cambio y su pesada mecánica no permiten mucho más. Sin embargo dentro de este uso el Land Rover también es seguro, aunque no muy agradable de conducir.
Todo cambia cuando se abandona el asfalto y la marcha se adentra por terrenos escarpados. En este ambiente el Defender convence como muy pocos todo terrenos pueden presumir. Cuanto mayor es la complicación mejor valoramos las posibilidades del todo terreno británico, pues en realidad para circular por caminos y pistas a alta velocidad resulta más estable un todo terreno algo más elástico de suspensiones. Los ejes rígidos con muelles empleados en ambos trenes son fiables y eficaces para terrenos trialeros, pero a medida que aumenta la velocidad se multiplican los rebotes, que afectan directamente a la precisión de dirección y la estabilidad.

Sin embargo los largos recorridos de suspensión permiten una comodidad inaudita en zanjas, baches y paso de obstáculos, que intimidan más de lo que realmente estorban al ‘poderoso’ Defender. La pendiente máxima superable de es de 45º, mientras que los ángulos de entrada y salida son de 51º 30′ y 53º respectivamente, muy lejos de cualquier competidor. La tracción total permanente funciona muy bien y el control de tracción es una incorporación de extraordinaria utilidad. Gracias a él se afrontan con bastante más confianza zonas complicadas, bien sea por el barro o por la inclinación, al evitar que la carrocería se gire sobre sí misma en caso de derrapaje en alguna rueda.
Junto con el control de tracción se ofrece el sistema antibloqueo ABS, un elemento que hasta hace bien poco era considerado contraproducente en un todo terreno pero que en este caso funciona bastante bien. No obstante en algunos momentos resulta molesta su presencia, precisamente por hacer bien su trabajo cuando la intención del conductor es bloquear los frenos. El funcionamiento del sistema de frenado compuesto por cuatro discos no admite quejas.
GALERIA 1

GALERIA 2

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