Citroën C-Zero

Ya ha sonado el pistoletazo de salida en la vertiginosa carrera que los fabricantes de automóviles están disputando por lanzar cuanto antes un vehículo eléctrico a gran escala. Hasta la fecha se han realizado diversas pruebas (como con el Smart EV o el Mini E) en la que se han utilizado flotas de empresas, clientes seleccionados o instituciones, pero la carrera más importante es la que tiene como meta el lanzamiento de un modelo eléctrico para todos los públicos ¡veremos quien llega antes y quien lo hace mejor!
En principio Citroen está bien posicionada, y ya anuncia para finales de 2010 su modelo C-Zero. Cierto es que en la marca francesa prevén que la mayoría de los clientes sean administraciones públicas o flotas comerciales, pero también es una realidad que este coche servirá para la utilización diaria de cualquier particular. Muchos pensarán que este coche sólo será práctico para quienes residan en viviendas con garajes individuales y cerrados donde enchufar su coche para recargarlo, pero la verdad es que en España ya se están modificando algunas leyes de las comunidades de vecinos para que cualquier propietario de una plaza de garaje comunitario pueda instalarse un enchufe con su propio contador.
El nuevo Citroen C-Zero cumple con todo lo necesario para los trayectos diarios; con la ventaja de que no gasta nada de carburante, no emite ni un gramo de CO2 y no hace ruido. Se trata además de un coche de cuatro plazas 5 cm más grande que un C1. Tiene una distancia entre ejes de 2,55 metros y una longitud total de 3,48 metros, por lo que es significativamente más grande que un Toyota IQ o que un Smart. Además su habitáculo puede acomodar a cuatro personas y su maletero tiene una capacidad de 170 litros. Y de equipamiento no va nada mal servido, ya que de serie incluye 6 airbags, ABS, ASR, ESP o climatizador entre otras cosas.
En la parte técnica nos encontramos con un motor síncrono con imanes permanentes que desarrolla una potencia de 64 cv y un par de 180 Nm, de modo que puede acelerar de 0 a 100 km/h en 15 segundos y alcanzar los 130 km/h, unas prestaciones más que suficientes para el día a día. Su caja de cambios tiene una única velocidad y transmite la potencia a las ruedas traseras, y en la práctica se conduce igual que un coche automático. Eso sí, en lugar del indicador de nivel de carburante se sitúa un indicador de carga de batería.
La alimentación del motor corre a cargo de unas baterías de iones de litio ubicadas bajo los asientos. Están compuestas por 88 células de 50 Ah (16 Kwh de energía) y la corriente se transmite a 330 voltios. Para la recarga hay dos formas, una enchufando el coche a la red convencional, para lo cual necesitará estar conectado seis horas, y otra a unos enchufes especiales trifásicos de 400 v, caso este en el que sólo se necesitarán 30 minutos para acumular el 80% de la carga.
Estaremos atentos a las evoluciones de este y otros modelos de este tipo, los cuales, sin duda alguna, son el futuro. No es que vayan a sustituir por completo y en poco tiempo a los vehículos tradicionales, ni mucho menos, pero en la segunda parte de 2010 iremos viendo como se van introduciendo en el mercado y poco a poco irán ganando cuota respecto a los gasolina, los diésel y los híbridos. ¡La ‘electrificación’ del automóvil ha comenzado!

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