Peugeot 407, coche del año

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DIGNO HEREDERO

El 407 recoge el testigo del 406, que fue considerado como una de las mejores berlinas de su generación, para convertirse en un digno heredero. Su estampa, su prestancia, su comportamiento y seguridad han impactado en la nutrida legión de rivales que le han acosado en este 2004 que toca a su fin.
El Peugeot 407 se ha alzado esta vez con nuestro premio, poniendo de relieve que pese a no ser la última novedad del año, sí ha sido de las más importantes y la que más pesa en la balanza final de 2004, haciendo valer su imagen elegante, de estilo dinámico y moderno, como el nuevo rostro de la marca del león.

Nuestro jurado habitual se ha decantado en esta trigésimo segunda edición del premio al Coche del Año 2005 en España por el Peugeot 407, en dura pugna con rivales muy diversos que han ido desde los nuevos Ford Focus (2º clasificado), Citroën C4 (4º) y Opel Astra (5º) hasta turismos medios como los Volvo S40/V50 (6º) o turismos de lujo tan singulares como el Audi A6 (3º). Pero a la hora de analizar los distintos apartados que valoramos en nuestro galardón, que van desde el diseño, la tecnología e innovación al comportamiento y la seguridad activa y pasiva, pasando por la calidad, el agrado de conducción y confort, la economía, las prestaciones y respecto al medio ambiente, y desde luego, la relación final entre su valor y el precio, el 407 ha ido arrancando en todos una alta puntuación que, a la hora de evaluar la calificación final, le han llevado a alzarse con la victoria.

  La victoria del Peugeot 407 no puede extrañar a nadie; la nueva gama 407 reúne un conjunto de cualidades muy homogéneo, y es quizá el alto valor medio de todas ellas el factor decisivo de su triunfo. Su comportamiento es muy bueno, altamente eficaz, muy dinámico y muy placentero, no tiene carencias y cuenta con una gama inicial muy completa, lo que ha propiciado la decisión final a su favor. Esperemos pues que el 407 marque de nuevo otro hito más en la consolidación de Peugeot como marca decana del grupo PSA.

El Peugeot 407 ha culminado la evolución de ‘diseño felino’ que inició la marca de Sochaux con los 206 y 307, adaptando el mismo a su gama media/alta, sin renunciar a sus señas de identidad más clásicas; carrocería tres volúmenes de 4 puertas, y tracción delantera con suspensión independiente en ambos ejes.
En realidad este diseño felino ya fue anticipado en los ‘restyling’ del 106 y 306, y hasta en el del mismo 406, pero sin llegar tan lejos faros más rasgados, morro más afilado como sus sucesores, y desde luego, a como lo ha interpretado Gérard Welter (jefe del departamento de diseño de Peugeot) en el 407, con su gran toma frontal de aire en el paragolpes eliminando la tradicional parrilla. Desarrollado sobre la actual plataforma grande del grupo PSA recortada hasta los 2,72 m de batalla, el 407 mide 4,68 m (8 cm más que el 406), ganando también en anchura y altura (1,81 m y 1,45, respectivamente).

Frente al 406, el 407 se siente orgulloso de ver crecer el escudo del león sobre el capó, los faros antinieblas son ahora cuadrangulares, estrechándose y ganando en altura lo que pierden en anchura, y las raquetas limpiaparabrisas desaparecen, ocultas en la base del parabrisas. Todo en el 407 aparece fluido y despejado, como si de una escultura en movimiento se tratase. El resultado es una aerodinámica excelente, con un Cx de 0,29 (0,32 el 406) y un SCx (incluida superficie frontal) de 0,64, aun menor que el del 406 (SCx de 0,65) a pesar de la mayor anchura de carrocería y ruedas.

Sin embargo, la arquitectura general del 407 no deja de ser la de un turismo tradicional en tres volúmenes, con un parabrisas mucho más tendido que el del 406 y el techo más arqueado. La superficie acristalada sigue siendo muy importante, con un limpio diseño de ventanas, donde sólo la delantera cuenta con un paño anterior de cristal fijo, mientras que las traseras son de una sola pieza. Pero lo más llamativo es su pronunciado voladizo delantero, aumentado por razones de seguridad y que hasta supera el trasero, mientras que los flancos presentan unas molduras protectoras a juego con las delanteras y traseras, que rebajan ópticamente su cintura, junto a una zaga cuyos grandes grupos ópticos trapezoidales se prolongan por las aletas, en un diseño sobrio y elegante. La acentuada caída de la luneta y una tapa de maletero corta con un resalte a modo de minialerón en su borde, proporcionan una musculosa imagen trasera, acorde con su agresivo frontal.
Conviene tener presente a la hora de hablar de su estampa, también la del 407 SW, versión ya disponible que rompe también con el anterior esquema del 406 Break. El diseño del 407 SW es si cabe más dinámico que el de la berlina. Con su aire felino a tope, más deportivo que nunca, y su techo transparente, el 407 SW es un familiar distinto al que representaba el 406 Break; algo menos de espacio, más estilo y un aire más deportivo a fin de captar una clientela no tan atraída por la capacidad de los tradicionales familiares como por su versatilidad. El 407 SW comparte bastidor y batalla con la berlina, así como frenos, dirección y suspensiones. El mayor cambio estructural es la adopción de un portón posterior con luneta practicable, junto con un techo panorámico fijo en vidrio transparente (como en el 307 SW). Con 8 cm más de largo que la berlina, todos sobre el voladizo posterior, mide 4,76 m en total, con 4 cm más de alto debido a la presencia de las barras de techo, y sólo un aumento de peso sobre el 407 berlina de 55 kg, gracias a que todos los cristales del coche son laminados y no templados, incluido el del techo.
La habitabilidad del 407 ha ganado algo sobre la ya muy buena del 406, necesitando nada más que leves aumentos en el espacio para piernas de los ocupantes traseros y en altura al techo. Pero la mayor parte del aumento de dimensiones se ha dedicado a preservar la integridad física de los ocupantes en caso de accidente. Tampoco el maletero se ha beneficiado mucho (anuncia 407 litros de capacidad, veinte menos que la del 406, si bien en la práctica su volumen útil es mayor, como reconoce la propia marca al admitir un volumen útil teórico con carga líquida de 468 litros). En el caso del 407 SW, su maletero anuncia 448 litros (VDA, 489 si se miden ‘líquidos’, o sea unos 460/470 reales). Además, el respaldo del acompañante delantero es abatible, despejando un fondo total derecho de 2,7 m, ideal para transportar objetos largos, con trampilla posterior portaesquíes en casi todos los niveles.
En todo caso ambos son muy cúbicos y aprovechables. En la berlina la tapa lleva bisagras pantográficas no invasivas, midiendo medio metro de alto por 1,10 de ancho, con dos huecos laterales con tapa (pudiendo montar en uno de ellos el almacén opcional de CDs). Además, bajo su plano monta una rueda de repuesto normal (y no de emergencia) y en su cubo un hueco portaherramientas. Como en el grande 607, el botón de apertura está en el ‘cero’ del anagrama posterior con la cifra que le da nombre. Los asientos posteriores se pliegan asimétricamente (1/3-2/3) formando un piso de maletero casi plano de 1,70 m de fondo.
La funcionalidad general interior ha sido muy cuidada: portaobjetos con y sin tapa, guantera principal refrigerada y con llave, bolsas en puertas, posavasos, apoyacodos posterior central con portaobjetos y trampilla al maletero, etc. Destaca la insonorización lograda, tanto por supresión de ruidos dinámicos y estáticos como por la mayor presencia de aislantes. El puesto de conducción goza de una buena ergonomía, con volante regulable en altura y profundidad y pantalla informativa en la consola, haciendo de su utilización algo placentero, sensación que se acrecienta al tomar las curvas.
Además, según niveles de equipamiento el 407 abunda en prácticos detalles de refinamiento y confort, desde la función ‘follow me home’ de faros (retraso de apagado para alumbrar una puerta o entrada) a la climatización con desempañado automático, pasando por cortinillas parasol interiores en puertas y luneta, reglaje eléctrico memorizado de posición de volante, asiento y retrovisores, sensores de aparcamiento, activación automática de faros y limpiaparabrisas, programador de velocidad, equipo hi-fi JBL con 10 altavoces, etc. Y en el capítulo de seguridad pasiva, puede montar hasta un total de 9 airbags (4 de serie como mínimo), contando con dirección deformable en caso de impacto (8 cm) y un airbag específico de dirección, para las rodillas del conductor. Y además, apoyacabezas activos, cinturones con pretensor y limitador de esfuerzo, cierre automático de puertas (a partir de 10 km/h), anclajes traseros Isofix para sillas infantiles. También se ha tenido en cuenta la protección a peatones, con espumas de absorción en el paragolpes y mayor distancia del capó.
Pero quizá sean los avances en seguridad activa los que marcan las distancias frente a su antecesor y pone el listón alto frente a su competencia; así, la suspensión delantera Mac Pherson da paso a un esquema de dobles triángulos con pivote de anclaje desacoplado, manteniendo las columnas muelle-amortiguador del eje Mac Pherson, unidas en su anclaje superior al elemento que actúa como triángulo oscilante. El desacople del pivote inferior de mangueta, apoyado sobre dos rótulas, reduce la desviación de la rueda sobre su eje teórico de oscilación, suavizando el esfuerzo de la dirección en tracción y sobre mal piso. Detrás, el eje multibrazo trabaja ahora de forma inclinada en muelles y amortiguadores, con tirantes desacoplados. Ambos ejes montan elementos de aleación ligera para reducir peso no suspendido, y amortiguadores de gas. Finalmente, todos los 407 añaden al ABS de serie también el control dinámico de estabilidad ESP. El resultado es un comportamiento excepcional, como ya pusimos de relieve en la prueba del vehículo.
Otro punto fuerte del Peugeot 407, sustancial en su conquista de nuestro premio como Coche del Año, es su nutrida oferta motriz inicial. Nada menos que cuatro motores de gasolina y dos diesel para empezar, cumpliendo todos la norma Euro 4. Los tres primeros son de 4 cilindros y 16 válvulas (1.8, 2.0 y 2.2) con 117, 137 y 160 CV respectivamente, con el alto de gama reservado al 6 cilindros en V 3.0 con 24 válvulas y distribución variable (216 CV). En gasóleo, los turbodiesel HDI de inyección directa ‘common rail’ se decantan en dos cilindradas; el 1.6 HDI de 110 CV y el 2.0 HDI (34,5 mkg) de 136 CV, ambos con 16 válvulas e inyección ‘common rail’ de última generación a 1.600 bares y turbocompresor de geometría variable, estando dotado el 2.0 HDI también del innovador filtro de partículas (FAP), importante adelanto de Peugeot de cara a la mejora del medio ambiente.
En cuanto a las versiones 407 SW, disponen igualmente de las mismas mecánicas del 407 berlina, incluido el poderoso 3.0 V6, con la única excepción del 1.8 básico de gasolina (117 CV), sólo disponible en berlina.
Sin embargo, sí está disponible en SW el 1.6 HDI (110 CV), gracias a su mayor nivel de par. Y no hay que olvidar que para la próxima primavera tanto el Peugeot 407 berlina como el SW contarán con un turbodiesel V6 HDI, el futuro 2.7 HDI (207 CV) realizado por PSA, que será el diesel más potente de la marca del león y su primer seis cilindros de turismo bajo esta mecánica.
La variedad de oferta del 407 también alcanza a las transmisiones: cajas manuales de 5 marchas (1.8, 2.0 y 1.6 HDI), automáticas Tiptronic de 4 (2.0, 2.2) y la nueva Tiptronic secuencial de 6 relaciones (V6 3.0), y manuales de 6 marchas (2.2 y 2.0 HDI). Todo ello es una muestra más de la alta tecnología que atesora y que permite una gran variedad de prestaciones y rendimientos, que van en gasolina desde los 200 km/h de velocidad máxima con un consumo mixto de 7,9 lts/100 km del 407 1.8, a los 235 y 9,8 respectivamente del V6 3.0, mientras que los diesel HDI (el grueso de las ventas, no lo olvidemos, con más de los dos tercios de las mismas) se conforman con 192 km/h y 5,5 lts/100 km (1,6) y 208 km/h y 5,9 lts/100 km en idénticos registros.
Por último, los niveles de acabado del Peugeot 407 se centran en dos: SR y ST, complementados por dos paquetes de equipamiento ‘confort’ y ‘sport’, con el plus añadido de un ‘confort pack’ y un ‘sport pack’ mejorados en el ST, lo que da un total de cinco versiones de acabado. Así las cosas, el 407 1.8 sólo se ofrece como SR Confort, subiendo a ST Confort en los 2.0, 2.2 y 2.0 Aut.) para culminar como ST Confort Pack (2.0, 2.2, 2.2 Aut. y 3.0 V6 Aut.) y compartiendo la cima con el ST Sport (2.2 y 2.2 Aut.) y ST Sport Pack (2.2 y 3.0 V6 Aut.), con igualdad de precio. En diesel el SR Confort se limita al 1.6 HDI, subiendo después al ST Confort, disponible en 1.6 HDI, 2.0 HDI y 2.0 HDI Aut., mientras que el ST Confort Pack sólo viene con el 2.0 HDI (manual y automático), como el ST Sport, incluido el ST Sport Pack (2.0 HDI manual y automático).
Los mismos niveles de acabado (SR Confort, ST Confort y ST Confort Pack, más ST Sport y ST Sport Pack) y los mismos motores (excepto el 1.8 gasolina) se aplican sobre el 407 SW. Conviene destacar el completo nivel de equipamiento del nivel ST, que roza el sibaritismo en los ST Confort Pack y Sport Pack, con detalles de serie tales como el climatizador bizona, llantas de aleación de 17 pulgadas, ordenador de viaje, instrumentación con termómetro de aceite (algo que no es fácil encontrar hoy), volante multifunción, siete airbag (incluido el de rodillas del conductor), encendido automático de faros y sensor de lluvia para el limpiaparabrisas, ajuste eléctrico de asientos, sensor de presión de ruedas, ABS, ASR, ESP. Y todo dentro de un nivel de calidad percibida que raya a muy buen nivel.
Todo ello ha contribuido, junto a un competitivo nivel de precio, escalonado de 20.150 euros (1.8 SR Confort) a 32.200 (407 SW 3.0 V6 Sport Pack) a que nuestro jurado se decantase por el Peugeot 407 como Coche del Año 2005 en España. Un modelo tan versátil que dispone desde motores turbodiesel de mínimo consumo (1.6 HDI) a un V6 de gasolina con 216 CV y cambio secuencial de 6 marchas. En carrocerías de tres y dos volúmenes (SW), y dentro de poco, también con un V6 2.7 turbodiesel de 207 CV, y con una nueva variante el 407 Coupé para acabar de rematar la oferta de este nuevo ‘número’ Peugeot, destinado a ser una referencia tan sagrada en el mercado como lo fueron las de sus antecesores.
Equipo de pruebas Motor Mundial

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