Nissan Leaf

Conceptualmente, el Nissan Leaf podría ser bautizado como el primer eléctrico familiar. Antes de que sufra una ligera actualización a mediados de 2013 (más autonomía y cambios estéticos), conducimos durante una semana este eléctrico comercializado con vistas a una utilización más o menos convencional. Con menos limitaciones de tamaño, autonomía y potencia que modelos como Peugeot iOn/Citroën C-Zero o Smart Fortwo electric drive, este Leaf fue desarrollado desde cero como un vehículo eléctrico (no como el Renault Fluence ZE, que partiendo del Fluence con motor térmico perdía espacio de maletero por la colocación de las baterías) con dos principales beneficiarios: el pasaje y la carga. ¡Vamos a analizarlo más en profundidad!

a favor- Prestaciones notorias- Capacidad interior y maletero- Acabados y equipamientos sofisticadosen contra- Tiempo de recarga estándar- Autonomía real en carretera- Dirección a alta velocidad- Precio para particulares
Por diseño, el Leaf recuerda a un monovolumen futurista. Sus formas redondeadas, especialmente el techo, contrastan con líneas más anguladas y agresivas en defensas, capó y faros. Por dimensiones, son 4,45 m de longitud, 1,77 m de ancho y 1,55 m de alto, presenta cotas incluso superiores a las de un compacto generalistas de cinco puertas y motor térmico. De hecho, gracias a la colación de las baterías bajo el piso, en las plazas traseras tres adultos viajan holgados y el maletero puede cubicar 330 litros.

Ya por dentro, el Leaf presenta una limpieza en sus acabados extraordinaria lo que implica una adaptación inmediata por parte del conductor y una vida a bordo de lo más confortable para el resto de los ocupantes. Dos son las mayores novedades percibidas en el habitáculo: la palanca del cambio es un joystick con diseño de seta muy funcional; y la instrumentalización digital en azul y blanco tras el volante dividida en dos zonas, una superior más sencilla con la velocidad como dato predominante y la inferior más grande con dos gráficos predominantes que muestran la carga de la batería, su temperatura y autonomía.Gracias a la colocación bajo el piso de las baterías, en las plazas traseras hay mucho espacio y en el maletero 330 litros de capacidad
Otra de las buenas noticias en este Leaf llega de la mano del equipamiento de serie. Destacando elementos avanzados como los faros de LED, conexiones USB, acceso y arranque sin llave, navegador con pantalla a color táctil y hasta una cámara trasera de ayuda al aparcamiento. Además, se incluye como opcional en nuestro Leaf una placa solar sobre la parte final del techo que sirve para recargar la batería convencional de 12 voltios (ver foto).
El único equipamiento opcional en este Leaf es una placa solar sobre el techo que recarga la batería convencional
El Nissan Leaf tiene un motor eléctrico de 109 cv de potencia y 280 Nm de par motor instantáneo con prestaciones satisfactorias y autonomía de sobra sin un uso prolongado por carretera. El Leaf puede funcionar de dos modos “D” o “Eco”. De esta segunda manera se alarga su autonomía pero también su potencia se limita a 68 cv y su aceleración disminuye considerablemente. Sin embargo, en “D” sale a relucir todo su potencial, respondiendo con el brío característico de los eléctricos. Acelera de 0 a 100 en 11,9 segundos, pero los 50 los alcanza en apenas cuatro, con lo que a la salida de un semáforo muy pocos le hacen frente. En el velocímetro digital, en carretera abierta y una importante inercia, la velocidad punta llega a marcar los 160 km/h.

Ya en marcha, la primera gran diferencia de este Leaf con otros modelos eléctricos recientemente probados es que su motor eléctrico no actúa como freno-motor en fases de desaceleración y por lo tanto no se aprecia esa sensación tan típica (y extraña) de otros eléctricos en los que cuando dejamos de acelerar el coche va frenado. Por lo demás, el comportamiento dinámico del Leaf destaca por un confort y suavidad de marcha sobresalientes. A velocidades bajas parece como si estuviésemos flotando sobre el asfalto, y a velocidades de carretera, únicamente los típicos ruidos aerodinámicos perturban en el interior. Por el contrario, no es el mejor coche para realizar una conducción deportiva: aparte de porque las baterías se descargarían más rápidamente, ni una dirección blanda ni un volante sólo regulable en altura ni un freno de tacto esponjoso, acompañan a la causa.Por ciudad, a velocidades permitidas, conducir el Leaf es cómo flotar sobre el asfalto
Las baterías de ion litio utilizadas por el Leaf se recargan de dos maneras: en un enchufe doméstico que puede tardar unas diez horas si llegamos con la carga por los suelos; y una recarga rápida a través de una toma trifásica que necesita de postes específicos, algunos de ellos instalados en concesionarios de Nissan: en 30 minutos se recarga el 80% (ver foto).
CONCLUSIÓN
De cualquier manera, el Leaf parece un vehículo puente hacia el definitivo coche eléctrico que pueda ser utilizado con normalidad, sin estrés por ver cómo decae la autonomía disponible, y con unos precios más acordes a la realidad del mercado. Por costes de amortización, el Leaf convence para el mercado de flotas o incluso para un particular en régimen de leasing. Pero si aun así hay algún cliente particular que se decante por él, debe saber que necesitará no menos de 30.000 euros ya con IVA y ayudas gubernamentales incluidas (esto último es mucho pedir en estos tiempos) para adquirir este Leaf, una excelente opción eléctrica como segundo vehículo de lunes a viernes.

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