Mercedes Clase A 140 L

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A CLASE

El juego de palabras quiere resaltar que este modelo significó el giro de Mercedes hacia el público joven e implicó a la prestigiosa marca alemana empezar a aprender un nuevo lenguaje: el de los compactos.
Mercedes nos trae a la cabeza automóviles de grandes prestaciones, mayores dimensiones y supremo refinamiento. En cambio, el Clase A nació para demostrar que a la marca de Stuttgart no se le caen los anillos por crear vehículos compactos capaces de concentrar en un espacio reducido la calidad y los excelentes acabados de sus hermanos mayores. Envuelto en su nacimiento por una cicatera polémica en torno a su estabilidad (que los de la Estrella supieron resolver con diligencia, aun cuando no era necesario), en base a unas pruebas faltas de rigor y ciencia pero llenas de alces, el compacto de Mercedes llega ahora a una segunda juventud con la llegada de un hermano 17 centímetros más largo y de pequeños retoques estéticos, apenas perceptibles: nuevos grupos ópticos y defensas, nuevas llantas y algunas opciones de nuevo cuño. En realidad, ¿para qué cambiar algo tan exitoso?

Diseño

UN ALMA, DOS CUERPOS

El gran acierto del model year 2001 del Clase A ha sido la nueva carrocería larga. Ese palmo más de distancia entre ejes ha supuesto una mejora notabilísima de la habitabilidad en las plazas traseras (que tampoco era mala en la batalla corta) y también de la capacidad del maletero. Los asientos traseros se desplazan longitudinalmente y son desmontables por separado, lo que permite dar prioridad a los pasajeros traseros o ampliar el maletero hasta conseguir más de 1,5 m3 de volumen de carga. Existe así mismo la opción de equipar un asiento del pasajero delantero desmontable, lo que aumenta aún más la versatilidad del modelo alemán.
La colocación de las cuatro ruedas en los extremos de la carrocería ha permitido todo este juego de posibilidades a la hora de configurar el interior del Clase A. Igualmente, es la baza que permite que el comportamiento de este compacto mantenga siempre un alto estándar, ya que se consiguen eliminar prácticamente los voladizos. En efecto, se muestra muy solvente en carreteras rápidas y autopistas, y sólo muestra algo de subviraje cuando se le lleva al límite en carreteras viradas. Cabe decir que la versión probada incorporaba unas llantas de aleación de 16 pulgadas con neumáticos de perfil bajo, lo que sin duda le añade un plus de estabilidad. Además, el ESP es de serie, y aunque se puede desconectar, se conecta automáticamente al pasar de 40 km/h, por si las cosas se tuercen.

Motor

MOTOR

El motor quizás sea la parte más escueta de esta versión del Clase A. Aunque se muestra muy voluntarioso y existe la opción de montar un cambio deportivo de relaciones cerradas (que incorporaba la versión probada), 82 CV y 130 Nm de par son pocos para mover con verdadera alegría casi 1.200 kg. Sin embargo, señalemos que en ciudad se desenvuelve con mucho desparpajo y que es ahí donde mostrará su gran talento.
La lista de opciones que puede montar el Clase A nos aturdirá sin solución. Dada la calidad del producto y las excelentes referencias que se pueden atribuir a Mercedes, ni siquiera los casi 19.000 (3,2 millones ptas) nos parecen un precio excesivo; ni a nosotros, ni al público de toda Europa, que lo ha acogido muy cálidamente desde su nacimiento.

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