Jaguar XF 2.2D Premium Luxury

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La marca británica Jaguar remodeló el pasado mes de septiembre su gama XF con un restyling y con la introducción de una mecánica diésel de acceso. Nos referimos al motor diésel de cuatro cilindros, una opción totalmente necesaria hoy día si se desea alcanzar un volumen considerable de ventas, ya que son muchos los clientes que pretenden una berlina de lujo distintiva con todas las comodidades, pero que no necesitan unas prestaciones extraordinarias y por el contrario sí valoran mucho la autonomía y los consumos contenidos. Además, los grandes rivales del XF los A6, Serie 5 y Clase E- ya tenían un motor de estas características, por lo que la llegada de este 2.2D de 190 cv era imprescindible.

Puede que algunos todavía piensen que un motor diesel de cuatro cilindros es poco para un automóvil del tamaño y nivel del Jaguar XF, pero quienes sigan anclados en esa idea será porque no siguen con asiduidad los tremendos avances de la tecnología. Evidentemente los tetracilíndricos de hoy continúan un pasito por detrás de los actuales motores de seis cilindros en refinamiento, sonido y prestaciones puras; pero si nos acordamos de los V6 de hace unos años las cosas ya andan muy igualadas, y además consumen bastante menos. Por ejemplo el primer Jaguar XF recurría al motor 2.7 D de 207 cv, versión que en Autocity probamos en 2008, y comparando todas las cifras con las del 2.2 D, la balanza se inclina a favor del modelo actual.

El XF 2.2D era necesario para completar la gama y para luchar frente a sus rivales

Ahora la gama diésel del Jaguar XF la completan las versiones 3.0D de 240 cv y 3.0D S de 275 cv; ya que la anterior 3.0D de 211 cv ha sido jubilada al nacer esta nueva opción. A igualdad de equipamiento, las versiones de 240 y 275 cv son unos 8.000 y 12.000 euros más costosas respectivamente, las cuales además consumen 1,4 l/100 km más. Respecto a la competencia, las cifras del A6 2.0 TDI automático de 177 cv son las más ‘peligrosas’ para el XF, ya que cuesta casi 5.000 euros menos y ofrece unas cifras ligeramente mejores tanto en consumo como aceleración; aunque el equipamiento del alemán no es tan completo en algunos apartados. El BMW 520d automático de 184 cv le aventaja con 4 décimas menos en aceleración y 2 décimas menos de consumo, pero ya cuesta casi lo mismo que el XF. Y finalmente, frente al E250CDI de 204 cv con cambio automático las prestaciones y el precio del británico son ligeramente mejores.
Una vez ubicado el nuevo XF 2.2 dentro de su propia familia y frente a sus rivales, vamos a analizar su gama y lo que ofrece. Sus tres rivales alemanes sí montan de serie cajas de cambios manuales, pero no así el Jaguar, que obligatoriamente va asociado a la caja automática ZF de 8 velocidades. De hecho, hace ya unos años que todos los Jaguar son automáticos. En cuanto a equipamientos, la gama del XF 2.2D comienza con el acabado Classic (45.900 ), sigue con el Luxury (49.330 ) y finaliza con el Premium Luxury (55.480 ). A este último corresponden las fotos de la unidad probada por Autocity.La gama XF ha recibido un ligero restyling que mantiene su tremendo atractivo
Estéticamente el Jaguar XF era ya precioso cuando salió al mercado hace 4 años, por lo que ahora simplemente se le ha dotado de unos detalles más modernos (como los faros con leds diurnos en forma de J), nuevas llantas y tapicerías, y poco más. Su carrocería de 4,96 metros de longitud, 1,88 metros de anchura y 1,46 metros de altura sigue gozando de un estilo muy deportivo y exclusivo que le hace casi más parecido a un CLS que a un Clase E. El interior , por su parte, goza de un ambiente lujoso y cuidado que resulta incluso más atractivo que el de sus rivales alemanes. Mantiene su original selector de cambio en forma de ruleta que emerge cuando se da el contacto, y presenta en general unos acabados exquisitos que combinan pieles y maderas de muy buen aspecto, sobretodo en la versión Premium Luxury de las fotos.

Eso sí, desde el acabado Classic la presentación es impecable. Por ejemplo, con este nivel básico los asientos no van cubiertos totalmente con cuero, pero combina una tapicería mixta con algunas partes en otro tipo de piel que resulta atractiva y está muy bien terminada. Igualmente incluye la pantalla de 7 pulgadas a color, aunque el navegador sólo viene de serie en el equipamiento más alto. Un buen equipo de audio, volante multifunción de cuero, faros bi-xenón, asientos de ajuste eléctrico, llantas de aleación con neumáticos 235/55 R17 y todos los elementos de seguridad necesarios son también de serie desde el equipamiento más básico. Las versiones más completas incluyen también el navegador, la tapicería totalmente de piel, las llantas de 18 pulgadas, el salpicadero cosido en cuero, etc. Como opciones interesantes podemos citar la suspensión adaptativa (1.240 ), el control de crucero activo con sistema de frenada de emergencia (1.595 ) o llantas de hasta 20 pulgadas entre otras cosas y paquetes opcionales.
Al acceder al puesto de conducción del nuevo XF rápidamente nos damos cuenta de que estamos ante un coche de lujo. Arrancamos mediante el botón y seleccionamos la directa mediante su ruleta de cambio. Luego, para pasar de una marcha a otra, si lo preferimos podemos manipular las levas de cambio que se sitúan en el volante, por lo que su conducción puede ser tan cómoda como divertida. La insonorización del habitáculo es muy buena, tanto que hay que afinar mucho el oído para percibir que bajo el capó gira un cuatro cilindros diésel.

Tiene unas prestaciones notables, gasta poco y resulta cómodo y estable

El par motor que genera este propulsor de 2,2 litros es de 450 Nm, lo que unido a su eficaz caja de cambios le proporciona un empuje para acelerar desde parado o para recuperar en el momento de los adelantamientos fantástico. Pocos conductores echarán en falta más potencia, y buena prueba de ello es que los registros de aceleración de 0 a 100 km/h y de velocidad máxima son muy buenos: 8,5 segundos y 225 km/h. Pero lo mejor de todo es que los consumos que se pueden obtener con este coche son bajísimos, conformándose con 5,4 l/100 km de media, así como el nivel de emisiones de CO2, que no pasa de 149 g/km.
A la comodidad del refinamiento del conjunto motor-cambio se suma la brillante puesta a punto del chasis. No se percibe un tacto deportivo, pues la suavidad de las suspensiones en la primera parte del recorrido lo pueden encasillar como de comportamiento burgués. Sin embargo, si nos excedemos en alguna curva, frenada o cambio brusco de trayectoria, el XF reacciona con una nobleza extraordinaria y sin apenas sobresaltos. Parece que resulte imposible descolocar a este automóvil, que si en principio da la impresión de suave, en que se complican las cosas hace gala de una estabilidad magnífica. Es por tanto muy cómodo y muy efectivo. Dirección y frenos competan un conjunto sobresaliente, y ninguno de los tres rivales alemanes pueden superar al XF en este apartado.
En definitiva, una opción necesaria que, aunque algunos puristas la puedan cuestionar, resulta la más adecuada en el mercado actual y en los tiempos que corren. Con una sobresaliente caja de cambios automática de 8 marchas como aliada, y con un sistema Start&Stop que reduce los consumos y las emisiones (sobre todo en ciudad), el nuevo Jaguar XF 2.2 D de 190 cv (desde 45.900 ) se muestra como una alternativa muy a tener en cuenta frente al trío alemán de lujo. Argumentos objetivos no le faltan, y otros más subjetivos como la belleza o la exclusividad tampoco.

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