Fiat Panda 1.2 Dynamic

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MULTICONCENTRADO

El nuevo Fiat Panda es un automóvil con muchas pretensiones en poco espacio; es un multiconcentrado de cuidados equipamientos, buenas opciones mecánicas, y un gran aprovechamiento del espacio; todo ello concentrado en 3,54 metros de largo, 1,58 metros de ancho y 1,54 metros de alto. También el precio es ‘pequeño’, pues por los 8.700 euros que cuesta el 1.2 Dynamic que hoy probamos pocas otras opciones existen en el mercado.

  Es el último en llegar al segmento de los minimonovolúmenes, donde reinan los Daewoo Matiz, Hyundai Atos y Opel Agila; aunque también puede ser enfrentado a los utilitarios más pequeños: Renault Twingo, el veterano Peugeot 106 o su propio ‘hermano’ Fiat Seicento.
Sus virtudes principales son claras, convirtiéndose en el coche ideal para ir a hacer los recados cotidianos, ya que su facilidad de conducción, suavidad de marcha y agilidad (el motor 1.2 de 60 cv es más que suficiente para desenvolverse en el tráfico urbano con soltura y rapidez), le otorgan el título de ‘rey de la ciudad’. Eso sí, si pretendemos una gran comodidad, amplitud en el habitáculo y cualidades dinámicas para carretera; mejor será decantarnos por el segmento inmediatamente superior (el de, por ejemplo, el Fiat Punto), pues por algo menos de 2.000 euros de diferencia entramos en unos niveles de seguridad, imagen y confort significativamente más altos.
 
Enrique Marco, Autocity
15 de Enero de 2004
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DISEÑO Y EQUIPAMIENTO

De formas muy cuadradas, el nuevo Fiat Panda despierta el interés de los viandantes a su paso. Es alto y estrecho, y mide poco más de tres metros y medio de largo. Por regla general, las opiniones de los más modernos, pragmáticos y sin prejuicios son favorables; aunque las de los entusiastas del mundo del automóvil ya no son tan positivas. En cualquier caso podemos hablar de un diseño ‘simpático’ y que para ciertos menesteres resulta realmente práctico.
Podemos citar varios aspectos a destacar, y que sorprende en un vehículo de su categoría y precio. El salpicadero es de diseño acertado, con una gran consola central que aloja una palanca de cambios de accionamiento muy cómodo; mientras que la sensación de calidad de los materiales la podemos calificar como aceptable. Como coche apto para los recados, la facilidad y el confort para la entrada y salida en él es sobresaliente, gracias en parte a la posición de conducción algo más elevada que en un ‘coche normal’, y a la considerable altura del techo.
Ahora bien, en el lado negativo también podemos citar algunos problemillas, como el ‘intrusismo’ de la consola central en el espacio destinado para las piernas del condutor, por lo que la rodilla derecha a poco que se quiera acomodar tocará con la gran consola. De igual modo -y estamos hablando para tallas habituales- quien tenga como costumbre llevar los codos algo flexionados (una postura muy habitual) notará como el izquierdo le va pegando en la ventanilla o en el guarnecido de la puerta. Así las cosas, debido a estos dos detalles, nos da la impresión de estar dentro de un coche estrecho.
La fila trasera tiene una función (opcional) destacable: su banqueta se puede desplazar longitudinalmente. De este modo se puede adecuar el asiento a las necesidades de carga. Eso sí, cuando la ponemos en la posición más adelantada las rodillas de los pasajeros traseros van demasiado pegadas al respaldo de los asientos delanteros. La capacidad del maletero varía entre 206 y 236 litros dependiendo de la posición de los asientos, aunque si se abaten se puede crear un vano de carga de hasta 775 decímetros cúbicos, un valor muy aconsejable para quien callejea por la ciudad con paquetería de tamaño medio.
Por último, el equipamiento de nuestro protagonista, el Dynamic, trae de serie ABS, airbag para conductor y acompañante, paragolpes pintados en el color de la carrocería, cuadro de mandos con cuetarevoluciones y ordenador de viaje, volante regulable y servodirección Dualogic entre otras cosas. Las llantas de aleación y el aire acondicionado son opcionales.
CONDUCCION

El hábitat natural del nuevo Fiat Panda es la ciudad, y callejear con el 1.2 Dynamic es un placer. Primero por la suavidad de todos sus mandos. Segundo porque el manejo del cambio es muy placentero gracias a la ubicación de la palanca y al perfecto guiado de su selector. Y tercero por el empuje más que suficiente del motor de 1.242 cc y 60 cv, que mueve con soltura los 860 kilos del vehículo. La potencia del motor sobre el papel no dice nada, pero combinada con su reducido peso y su eficaz cambio de marchas, hace que las prestaciones sean más que dignas incluso para carretera (155 km/h de velocidad máxima, aceleración de 0 a 100 km/h en 14,0 segundos, y un consumo medio de 5,4 l/100 km).
Pero si por motor el Panda 1.2 es apto para carretera, por comportamiento dinámico no lo es tanto. En ciudad sus reacciones son extremadamente dulces y agradables, pero esa suavidad se hace excesiva en carretera. Suavidad en las suspensiones, suavidad en la dirección (aunque vaya seleccionado el modo más duro con el extra Duallogic), y un habitáculo que para muchos kilómetros nos resultaría pequeño. No es ésto una crítica a la construcción del Panda, ya que cumple perfectamente con su misión de coche urbano, pero es que con una altura de la carrocería como la que tiene y unas suspensiones tan blandas, es irremediable que su comportamiento en carretera no sea de lo más recomendable.

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