Chrysler Voyager 2005

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CLASICO DE AIRES RENOVADOS

El emblemático monovolumen de Chrysler llega con más y mejores argumentos para afrontar presente y futuro con garantías de seguir a la cabeza en un segmento repleto de bien armados competidores como es de los grandes vehículos familiares. Practicidad, calidad y buenas motorizaciones siguen formando parte del atractivo cóctel que ofrece este norteamericano. Precisamente una de las novedades más destacadas es la incorporación de un nuevo motor diesel “common rail” 2.8 CRD con cambio automático.

  La renovación estética, aunque somera, reflejada en un nuevo frontal, aporta un toque más fresco al buque insignia de Chrysler. El equipamiento también ha dado un paso adelante y dota al Voyager de los últimos avances técnicos en materia de seguridad y comodidad a bordo. Los precios se mantienen en una línea muy competitiva, sin incrementos, proporcionando un producto selecto a cambio de un desembolso que lo hace muy apetecible en cualquiera de sus numerosas versiones y dos carrocerías: Voyager y Grand Voyager.
Jorge Rubio, Autocity.
26 de abril de 2004

Detalles

DETALLES

Como ya apuntábamos, su nuevo motor diesel 2.8 CRD con cambio automático de cuatro marchas (no podrá montar manual) es una de las interesantes novedades que presenta. Procede de Detroit Diesel y se convierte en el diesel de mayor cubicaje y potencia de la familia Voyager. Aporta siete caballos más de potencia (150 cv) que el 2.5 CRD que se traducen en un punto extra de empuje sin menoscabo de un respuesta dulce y progresiva, a pesar de contar con una buena cifra de par, 360 Nm. Sitúa los consumos en unos razonables 10.1 en ciclo combinado que pueden parecer excesivos, pero hay que tener en cuenta la gran masa que mueve y la transmisión automática. Así se conforma una amplia gama de motorizaciones que comienza con 2.4 de gasolina, le sigue el mencionado 2.5 CRD, continúa con el 2.8 CRD y se completa el 3.3 de gasolina.
El comportamiento dinámico sigue condicionado por sus dimensiones y un esquema sencillo de suspensiones, acusando cierta inclinación en los apoyos, pero proporcionando un elevado confort de marcha a sus ocupantes. Algo a lo que contribuye el bajo nivel de rumorosidad perceptible en el interior del habitáculo que se ha conseguido gracias a las soluciones aportadas por lo ingenieros de Chrysler.

En cuanto al diseño, luce ahora un “look” más vanguardista, manteniendo su patrón estético de líneas suaves y formas redondeadas. En el frontal ha adoptado una imagen inspirada en el Cross Fire, con una óptica de cuádruple faro y una parrilla totalmente nueva. También estrena molduras, incorpora nuevas llantas y se viste con tres nuevos colores.
El interior sigue fiel a su vistoso estilo personal, con suelo plano, siete cómodas plazas y apertura eléctrica de los portones laterales. El equipamiento varía según los tres niveles disponibles, pero las mejoras en seguridad son extensibles a toda la gama: airbag suplementarios de cortina en las tres filas de asientos, protector inflable para las rodillas del conductor, nuevo sistema de alerta para el cinturón de seguridad así como anclajes Isofix. Un ordenador de viaje se ha dispuesto en los tres niveles de acabado. También está disponible la asistencia de aparcamiento en la versión mejor dotada, la Limited y de forma opcional en la LX. Un sistema DVD, que también hemos de pagar aparte, termina por completar la amplísima gama de equipamiento de primer nivel que pone a disposición del cliente la nueva Voyager.

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