BMW Serie 1 Cabrio 135i

Un capricho adictivo

Con el buen gusto de siempre, el aroma a descapotable clásico; capota de lona, dimensiones contenidas, rozando el suelo, líneas musculadas y un motor de muy señor mío, el 135i, de 306 CV de potencia, BMW tiene en este Serie 1 Cabrio la perla de la corona, la unidad que cierra el círculo. Una obra maestra de prestaciones idénticas a su hermano mayor, el Serie 3 Cabrio. Una obra maestra, con alguna carencia inexplicable, que por 51.300 euros se convierte en un pequeño capricho al alcance de unos cuantos privilegiados. Que lo disfruten, nosotros ya lo hicimos.

a favorSu motor de 306 CVAroma a descapotable clásicoEl Kit ‘M’en contraSin encendido automático de lucesDifícl acceso a plazas traserasPoca habitabilidad
Y es que la marca bávara quiere competir con esta unidad con el Audi A3 Cabrio, también de cuatro plazas (2+2), características similares y un precio sensiblemente inferior. Sin embargo, si uno está empeñado en decorar su garaje con alguna pieza con denominación BMW, nos encontramos ante el vehículo perfecto a¡El Serie 1 es hasta 10.000 euros más barato que el Serie 3 Cabrio con prestaciones similares!!! Algunos podrán pensar que estamos ante un nuevo experimento, pero ni mucho menos. El resultado final es un BMW de armas tomar.
El ADN, el encanto, de este vehículo reside en su capota de lona. El espíritu de antaño. Descapotables puros, limpios de cubiertas rígidas y menos plásticas. Melenas al viento. Con la capota de color negro, el aspecto del Serie 1 es brutalmente bello. El diseño exterior es uno de sus argumentos. Las primeras apariencias, con BMW, nunca engañan. El techo en cuestión tiene un mecanismo electro-hidráulico para replegarse completamente en 22 segundos, incluso circulando siempre que no se superen los 40 km/h.
La motorización probada -135i- equipa de serie el Kit M que se distingue por elementos de decoración para la carrocería y el habitáculo. También ayuda. También se paga. El bolsillo tiene que ser amplio, desde luego, pero las sensaciones que tendrás al subirte al Serie 1 135i y apretar a fondo su acelerador son excepcionales, de líder del segmento. En eso, no hay duda.

Una capota a la antigua usanza

Una carrocería de época. Este destape convierte al Serie 1 en un vehículo extremadamente lúdico y de amplias posibilidades. Basado en la versión coupé, con el que comparte idénticos trazos, el Serie 1 Cabrio más alto de gama el 135i, el que hemos probado- presenta ciertas variantes con respecto a las versiones más económicas: la entrada de aire del frontal es mayor, el paragolpes está modificado, barras cromadas en la parrilla como las salidas de escape, los estribos laterales más pronunciados y, en la zaga, un difusor de aire.

El clásico lastre de los 2+2, la falta de espacio, persiste en el Serie 1 Cabrio. Lógico, la habitabilidad no es el argumento por el que uno se acerca al mercado de los descapotables. El maletero crece, sí, gracias a que las plazas traseras imposibles para adultos en viajes largos- se comunican con el maletero, convirtiéndolo en un 305 litros con la capota colocada- más que suficiente para dos maletas de equipaje.
Con unas plazas traseras de difícil acceso si la capota está puesta, en las plazas delanteras apenas encontramos diferencias con la versión coupé. Es el paquete M lo que nos permite hablar de salto de calidad, gracias a unos asientos deportivos magníficos, un volante de tres radios específico con todos los mandos a nuestro alcance, el apoyapies de metal, llantas de 18 pulgadas Sofisticación alemana con tintes de monoplaza (en este caso, biplaza) deportivo. Un fallo incomprensible, y más por un precio de 51.300 euros: no tiene conexión automática de luces.
Pero lo que distingue a este Serie 1 del resto es su capota blanda, a la antigua usanza. Apuesta valiente la de la marca bávara. Desde la consola central se cierra y se abre. Con las ventanillas subidas, la operación tarda 22 segundos (12 necesita el Audi TT), algo lenta. Se agradece que el mecanismo pueda utilizarse en movimiento (hasta los 40 km/h). Sin embargo, el gran inconveniente de esta capota, que estéticamente nos permite hablar de un descapotable escultural y hermoso, es que durante la operación debemos mantener pulsado el botón de la consola centra, de lo contrario, la acción se interrumpe.
Que nadie dude de este cabrio por su aislamiento acústico o térmico. El Serie 1 Cabrio 135i ni mucho menos se puede considerar ruidoso ni caluroso con la capota puesta. Casi está al nivel de los descapotables de techo rígido plegable. La capota de lona cierra a la perfección este descapotable y el climatizador funciona de maravilla. No hay vibraciones en el habitáculo. El resultado final, a nivel de diseño, es redondo, y la conducción sin techo es maravillosa; precisamente de nuestras sensaciones al volante toca hablar a continuación.

Brutalmente potente

Más pesado que el coupé, unos 125 kilos, como consecuencia de los refuerzos que sufre el chasis para mitigar el techo rígido, las impresiones de conducción del 135i no defraudaron. Potencia a raudales. Carácter deportivo, de coche de carreras. Toda una bestia descapotada que pasa de 0-100 km/h en 5,5 segundos gracias a sus 306 CV. La respuesta del motor es siempre suave, sin titubeos ni vibraciones. Siempre que hundamos el pie sobre el acelerador, tanto a bajas como a altas velocidades, la aceleración será brutal y el sonido del motor prodigioso.

Con unas suspensiones no excesivamente duras, el 135i está pensado para sacar provecho a sus prestaciones a altas velocidades, pero también para disfrutar de una conducción más acompasada y económica, una conduccón más urbana. En carreteras mal asfaltadas no es un coche que rebote, mientras que en firmes de buen estado, su dirección precisa y exacta hará las delicias del conductor.
La eterna interrogante con los BMW, y más en este descapotable tan ligero: ¿La tracción trasera afecta a la conducción? Pues salvo que a las salidas de curvas cerradas aceleremos como bestias descontroladas, el control de tracción actúa siempre con eficacia. No se puede hablar, en tal caso, de un coche ingobernable.
Con el extra del cambio automático de seis velocidades, que incorpora levas al volante para imitar todavía más la conducción deportiva, el gasto de combustible no es una locura, como se pueda pensar. En ciclo mixto se fija en 9,7 litros/100 km. Y, de todas formas, es lógico pensar que aquél que compre este BMW no tendrá el mayor inconveniente en gastar un poco más o un poco menos de gasolina. El usuario tradicional de este coche lo que quiere es sacar el máximo de unas prestaciones superlativas y de primer orden. Un BMW más adictivo que nunca. Un destape magestuoso.

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