Aston Martin Lagonda Wagon

En 2004, el periódico inglés The Times publicó que la gigante berlina Lagonda de Aston Martin, en producción entre 1976 y 1989, era uno de los peores 50 coches de toda la historia de la automoción. Aquel veredicto se debe con toda probabilidad a la escasa penetración que tuvo el modelo para todo lo que, desde el seno de la marca británica, se esperaba y por los repetidos fallos electrónicos. En 1947, cuando los coches eran chatarra -plataformas de acero sobre estructuras multitubulares- con, en lo mejor de los casos, motores hipercomprimidos para extraer las máximas prestaciones haciendo caso omiso a eso a que ahora los expertos denominan eficiencia, Aston Martin adquirió Lagonda (registrada como marca de automoción en 1906) y en 1976 empezó a producir, en Inglaterra, un sedán de cuatro puertas y más de cinco metros de longitud que fue tan impactante por su aspecto y desarrollos electrónicos como por su precio.
Tan exclusivo, tan inimitable era aquel Lagonda que apenas se vendieron en todo el mundo en sus 14 años de vida 645 unidades, a un precio de unos 300.000 euros de entonces. El porqué de este precio se debe a ser el primer automóvil de producción en serie en el mundo que utilizó ordenadores electrónica- y un panel de instrumentos digital. El coste de todo el desarrollo informático del Lagonda superó en cuatro el presupuesto del resto del coche, un pedazo de V8 de 5.3 litros (280 cv) incrustado en ese infinito capó, que ayudaba, y mucho, a que su peso final superase las dos toneladas y que sólo pudiese alcanzar velocidades puntas entorno a los 230 km/h.
A diferencia del monstruo del Lago Ness, el Lagonda, desaparecido en combate hasta que el año pasado se refundó y fue presentado por Aston Martin en el Salón de Ginebra, sí que existe, no es una sombra. Es una realidad de tal magnitud que la firma británica tuvo que cortar de raíz su producción por el ínfimo margen de beneficio que le proporcionó. Y es que la cantidad de fallos electrónicos que tuvo el coche le colocan en la lista negra del Times y es considerado por muchos bloggers como uno de los coches menos fiables de la historia. De todas formas, el dinero lo resuelve todo y algunas personas, amantes de los diamantes con ruedas exclusivos, se arriesgaron a mucho más que lo que hasta aquí os estamos contando.
El Lagonda imponía con su frontal afilado y su baja altura por fuera, con su poderoso motor y su lujoso interior por dentro. Tenía su estilo propio, era como un puzzle de tres piezas-módulos, cuadriculados, que sumaban más de 5,3 metros de longitud: capó+cabina+maletero. Años después del final de su producción, en 1998, un millonario hongkonés quiso hacerse con un Lagonda exclusivo en todo el mundo: el primer y único Lagonda Wagon, un familiar de dimensiones sobredimensionadas (5,4 metros). Ross Engineering recibió dicho encargo, alterando la percepción lateral para esculpir una zaga completamente nueva. Se pensó en un pilar D, pero no aportaría la suficiente rigidez para instalar un portón pivotante sobre el techo. Por ello el Lagonda Wagon cuenta con un pilar casi único en el mundo, el pilar E, sobre el que se asienta la apertura híbrida del maletero; al estilo de un portón actual: apretando un botón dicho portón se abría automáticamente. Un detalle de lujo, pero no el único. Ya que incluía un doble sistema de aire acondicionado y con un panel de instrumentos digital que podríamos considerar futurista. Era un avanzado a su tiempo.
Este exclusivo Lagonda, año 89, que a nadie se le olvide, también sufrió una revisión mecánica, introduciendo la inyección electrónica del combustible, mucho más efectiva y capaz de ofrecer una potencia de 309 cv a las 5.000 rpm, una barbaridad para la época pero que eran necesarios para mover las más de dos toneladas de peso (2,2), aproximadamente 200 kg más que la segunda generación del Lagonda sedán. Acelera de 0-100 km/h en 7,8 segundos y su velocidad punta es de 230 km/h. Con una originalidad sin parangón, el Lagonda Wagon es un coche irrepetible; para lo bueno y para lo malo.
Como último apunte sobre la historia de este fastuoso coche, algo que ya mucho de ustedes conocerán: el Aston Martin Lagonda Concept, que vio la luz en 2009 en el Salón de Ginebra, reconvirtiendo su figura de sedán en SUV de lujo. El estudio sigue en curso, según aseguran a día de hoy desde Aston Martin, montando la unidad sobre un propulsor de doce cilindros en V en posición delantera que tracciona a las cuatro ruedas y desarrollaría 500 cv de potencia máxima. Por dentro está preparado para cuatro ocupantes que podrán disfrutar del mayor lujo y exclusividad del mercado. Valga un detalle, en aquel salón pudimos ver unos asientos acabados con cojines de pelo de conejo. En cuanto a la figura exterior, se queda a medio camino de un BMW X6 y un Mercedes GL, aunque en su momento los responsables de marketing de Aston Martin aseguraban que en el boceto inicial se basaron el Lagonda LG6, fabricado en 1939. En fin, un modelo de líneas duras y agresivas, pero más vanguardista que nunca. ¿Volverá?

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