Volkswagen Golf GTI

Un veterano muy competitivo

Nos subimos al mítico Golf GTI en su versión de tres puertas y cambio manual, a una unidad que venía con uno de los colores de carrocería que mejor le sientan y con sus clásicos asientos deportivos tapizados a cuadros. Es uno de los modelos más deseados del mercado desde hace ya varias décadas, funciona cada vez mejor y conducirlo es una gozada. Sin embrago, como afirmamos en el momento del lanzamiento de esta sexta generación, ahora lo tiene más difícil que nunca. Difícil por varias cosas: difícil porque dentro de la misma marca figura el coupe Scirocco y porque ahora llegan las potentes versiones R de hasta 270 cv; difícil porque dentro de grupo VW entra en competencia directa con los competitivos Seat León FR, Cupra y Cupra R o con el veterano pero elegante Audi A3; y difícil también porque en su categoría encontramos otros productos de otras marcas tremendamente atractivos, como el Renault Megane Sport, el Ford Focus RS o el Mazda 3 MPS entre otros.
Nuestra unidad de pruebas venía con dos opcionales, el techo eléctrico (885 €) y las llantas de 18 pulgadas (590 €), por lo que a los 29.230 euros que cuesta habría que sumarle estos dos extras. No obstante, si somos un poco sibaritas puede que nos apetezcan otros tantos extras, de los cuales ya hablaremos en el siguiente apartado. La verdad es que su precio le complica un poco las cosas, pues resulta sensiblemente más alto que el del León de idéntica potencia (25.300 €) y que el del Megane Sport de 250 cv (27.800 €).
Al margen de si merece la pena o no pagar el precio que conlleva la imagen, el alto equipamiento y la calidad del Golf GTI –lo cual analizaremos en los siguientes apartados- podemos decir que estamos ante uno de los compactos de carácter deportivo más apetecibles y, probablemente, ante el más equilibrado. Sus cifras de prestaciones y consumos son muy buenas, aunque no sean las mejores del segmento. Con el cambio manual este Golf GTI de 210 cv es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y de alcanzar los 240 km/h; mientras que su consumo es de 7,3 l/100 km y las emisiones de 170 g/km.
Y antes de pasar a analizar el comportamiento y lo que ofrece este Golf GTI, decir que todavía encontramos otra dificultad más para este mítico compacto deportivo, y es el excelente aspecto y resultado de su “hermano diésel”, el Golf GTD, modelo que probamos recientemente y tan buen sabor de boca nos dejó. Nadie duda de la eficacia y excelente terminación de nuestro protagonista de hoy, pero existen tantas alternativas cercanas y competitivas, que por ello el mítico Golf GTI se encuentra ante un “sexto asalto” más difícil que nunca… ¿saldrá airoso del combate? Lo veremos a continuación.

Discreto pero deportivo

Estéticamente el Golf GTI de la sexta generación es muy continuista respecto al Golf GTI de la quinta. Comprendemos que gusta porque está bien hecho, y versiones deportivas como esta presentan sugerentes llantas de aleación de 17 pulgadas (de 18 en opción), una salida de escape trasera doble e independiente junto a un difusor aerodinámico, los modernos grupos ópticos con luces de día y de xenón que giran en las curvas, una clásica parrilla delantera con ribetes en rojo, un pedalier de aluminio, unos asientos de corte deportivo o un volante de cuero achatado por su parte inferior.

El resultado convence, aunque con este Golf 3p podemos encontrarnos “en tierra de nadie”. Decimos esto porque normalmente se eligen los 3p por ser más bonitos o los 5p por ser más prácticos, pero en el caso de Golf, hemos de considerar que si no vamos a utilizar mucho las plazas traseras quizá nos encaje más el Scirocco, que goza de una presencia mucho más deportiva y su precio es muy similar (ahora el Scirocco es ligeramente más caro, 600 euros más que el Golf en el caso de las versiones de 210 cv). Eso sí, para algunos clientes la historia tira mucho, y eso de poseer un Golf GTI puede resultar más satisfactorio que tener un Scirocco 2.0 TSI; aunque su motor sea exactamente el mismo. En cuanto a gustos, ya se sabe… pero evidentemente el Scirocco se muestra mucho más agresivo y deportivo.
El equipamiento de toda la gama Golf es muy alto, y en parte es lo que justifica que su precio sea algo mayor a la media de su segmento. Por ejemplo todos los Golf llevan de serie airbag incluso para las rodillas y reposacabezas delanteros activos para prevenir el latigazo cervical; dos elementos que la mayoría de sus rivales no llevan, alguno ni como opción. Por lo demás, decir que en casos como este tope de gama GTI la lista se completa con todo lo imaginable en un vehículo de este tipo.
Ahora bien, todavía queda lugar para los extras, alguno de ellos muy interesantes. El famoso y efectivo cambio de marchas DSG supone un sobreprecio de 1.782 euros, la recomendable suspensión adaptativa electrónicamente DCC cuesta 895 €, las llantas de 18 pulgadas 590 €, la tapicería de cuero 2.100 euros y en cuanto a navegadores hay dos opciones, uno de 785 € y otro de 1.865 euros.

Equilibrio sobresaliente

Hay veces que las cifras no representan con fidelidad la realidad al volante. Es fácil caer en la tentación de decantarse por el vehículo más potente, por eso de presumir de 40, 60 ó 90 caballos más; pero en la práctica el empuje de “un dos litros turbo” bien hecho no difiere tanto entre uno que declara 210 cv y entre los que declaran 250, 270 o 305 cv (bueno, el Focus RS es un 2,5 litros de cinco cilindros, y eso le da algunas ventajas). Cierto es que los registros de aceleración de 0 a 100 km/h están ahí, y algún cliente puede valorar esas decimillas que otros coches más apretados le sacan al Golf GTI, pero la pregunta que debería hacerse todo aquel que esté considerando la compra de un coche de este tipo es: ¿voy a ir muchas veces a un circuito de velocidad? Si la respuesta es no, debemos decir que esas diferencias de caballos importan muy poco, y que la sensación de potencia al volante es similar.

Dicho esto, debemos valorar que influye mucho más en las sensaciones de conducción que el coche sea de tracción delantera, trasera o integral; que tenga autoblocante mecánico, electrónico o que no tenga; que elijamos el cambio automático o nos conformemos con el manual; o que incorpore un sistema de suspensiones muy radical, uno más conservador o uno regulable electrónicamente. Todo esto, junto al sonido que emita su escape, nos harán sentir más diferencias que esos 40 ó 60 caballos antes mencionados, ya que el empuje de un dos litros turbo de 210 cv como este es tal que, o nos medimos cara a cara con otro coche más potenciado en una salida tipo “dragster”, o echamos mano del cronómetro, o de lo contrario nos resultará muy difícil percibir esas diferencias de empuje.
El Golf GTI no es el coche más rápido del segmento, pero sí el más equilibrado. Su combinación de fuerza, capacidad de tracción, puesta a punto de la dirección y tarado de suspensión es tan acertada que al volante del Golf GTI uno se siente un gran conductor, pues ya que desde los primeros compases transmite confianza y se desenvuelve con suma eficacia. Al excelente comportamiento dinámico también hay que sumarle el sobresaliente acomodo al volante, ya que entre lo bien que recoge el cuerpo su asiento deportivo, las múltiples posibilidades de regulación, y el agradable tacto del volante, la sensación global a la hora de conducir el coche es extraordinaria.
En cuanto a otros aspectos que influyen en la conducción, decir que el autoblocante electrónico XDS –si bien no es tan efectivo como uno mecánico- ayuda a lograr la trayectoria deseada en fuertes aceleraciones, junto con sus sistemas de control de tracción y de estabilidad. De la suspensión podemos decir que es un poco dura, algo lógico para un coche de talante deportivo pero también algo incómodo para viajar de forma relajada por carreteras bacheadas. La solución a este “pequeño problema” la tenemos en la lista de opciones, pies el sistema DCC (895 €) nos permite seleccionar entre tres grados de dureza.
Finalmente, como valoración global y al hilo de la duda que lanzábamos en la primera página sobre su posicionamiento frente a sus rivales, podemos decir que el Golf GTI es un duro contendiente, que si bien en principio puede parecer que sólo destaca por su historia, tras haberlo probado y recordar las sensaciones que nos produjeron algunos de sus rivales, es justo afirmar que resulta tan recomendable como cualquier otro, aunque se trate de un rival con algo más de potencia. Su precio algo elevado está justificado con su calidad, con su equipamiento y con su excelente comportamiento. No es que este Golf GTI de la sexta generación sea superior a sus rivales, pero en cuanto a relación calidad-precio se sitúa en la media, ni por encima ni por debajo. La decisión a la hora de la compra se deberá determinar por los gustos personales y por las preferencias de marcas, pues este Golf GTI, sopesando todos los aspectos, puede resultar tan recomendable (ni más ni menos) que los rivales antes mencionados. Como decíamos al comienzo, el Golf GTI lo tiene más difícil que nunca; pero ni mucho menos imposible.

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