Skoda Octavia 2.0 TDI

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COMPRA MAESTRA

Si hubiera que elegir el coche ideal entre todos los productos del segmento medio-bajo del Grupo Volkswagen atendiendo a la relación calidad-precio, el Octavia sería el justo vencedor. Tan bien hecho como el Golf pero más grande y amplio, este checo es una auténtica compra maestra.
  Y si además monta el motor TDI de 140 caballos dispondrás de una de las mejores berlinas medias del mercado por comodidad, comportamiento y prestaciones, así de fácil. Es cómodo y agradable, cuenta con un amplio equipamiento de serie en esta versión Elegance y tiene un gran espacio interior además de un impresionante maletero.
El motor, a pesar de llevar poco más de un año en el mercado es ya un viejo conocido. Lo hemos probado en un montón de modelos y en todos los casos el resultado ha sido satisfactorio. No más potente en la práctica que el 1.9 TDI de 130 caballos, añade una suavidad de la que el otro carecía, suena algo menos (aunque sin llegar a ser un virtuoso en este aspecto) y sigue ofreciendo unos consumos de gasóleo muy bajos.
Por dentro espacio en todas las plazas, buenos acabados y un diseño sobrio y elegante son la base sobre la que se coloca la guinda de un maletero excelente y no sólo por capacidad, también por permitir un acceso perfecto gracias a un portón de grandes dimensiones.
Carlos Lera, Autocity
10 de Diciembre de 2004

Espacio y equipamiento

ESPACIO Y EQUIPAMIENTO

La mejora del aspecto interior respecto al anterior Octavia es evidente. Sigue siendo sobrio y quizá por eso todo está en su sitio y ergonómicamente resulta irreprochable. No es muy llamativo, pero sí elegante, y esta característica casa perfectamente con su aspecto exterior. El único elemento que añade una nota de alegría, sin perder en absoluto la elegancia, es el listón de acabado metálico que recorre el salpicadero de lado a lado.
Los asientos sujetan bien aunque el respaldo sea ancho y pensado para tallas de todo tipo, lo que incluye las más grandes, por lo que con mi ‘talla mediterránea’ sobraba un poco hasta llegar a los pétalos que sujetan lateralmente el tronco. No obstante, creo que a la hora de diseñar un coche para todo y para todos es mejor esto que un asiento estrecho en el que las personas corpulentas se encuentren incómodas y molestas a los pocos kilómetros. Destacar que conductor y acompañante pueden regular el apoyo lumbar y la posición en altura de sus respectivos asientos, algo que no suele ofrecerse de serie para el pasajero.
Todos los mandos están en su sitio y destacan por buen tacto y suavidad. Desde un botón hasta la dirección o el cambio, cualquier maniobra es agradable de realizar. También cuenta con numerosos espacios para depositar objetos de diversos tamaños. En la guantera entra cualquier cosa que quepa esperar que entre en un espacio de este tipo, algo que, desde la generalización de los aires acondicionados primero y de los airbags para el pasajero después, resulta cada vez más difícil. Los cajones de las puertas son amplios y en la parte baja del salpicadero, a la izquierda del conductor, hay una caja cerrada basculante para depositar la cartera, el tabaco o cualquier cosa de tamaño similar. Tiene también portagafas en el techo y un hueco con tapa por encima de los difusores centrales de ventilación, y por supuesto las puertas traseras están dotadas de sus correspondientes y amplias bolsas rígidas.
Ya que hablamos de las plazas traseras, hay que destacar el gran espacio con el que cuentan sus ocupantes. Sin reproches en altura, anchura o distancia para las piernas, quizá el único pero es que la plaza central queda alta, con las piernas poco acomodadas y teniendo por respaldo el apoyabrazos central, aunque este inconveniente se puede aplicar a casi todas las berlinas del mercado.
El equipamiento de la versión Elegance, la más cara de las dos disponibles, es profuso en todo tipo de atenciones. Los tapizados son agradables, las combinaciones cromáticas que pueden llegar a encargarse para vestir el interior hacen que la sobriedad del diseño pase a un segundo plano, cobrando protagonismo unos tonos alegres si así se desea, y los revestimientos combinan cuero de buen tacto en volante pomo y tirador del freno de estacionamiento, con plásticos de primera calidad en puertas y salpicadero.
El sistema de sonido de serie cuenta con una pantalla situada en el centro de la consola central que además sirve para visualizar los avisos de advertencia y cuyo gran tamaño permite una lectura excelente. También trae el ordenador de viaje de fábrica y luces de lectura tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Los elevalunas son eléctricos en las cuatro puertas, pero a ver si un día Volkswagen empieza a montar en todos los coches el mismo diseño y colocación de los pulsadores en ambas puertas delanteras, porque mientras que son cómodos para el conductor, resultan menos acertados al lado contrario.
La climatización distingue dos zonas regulables por el conductor y por el acompañante mediante el mismo sistema equipado por el Golf, de buen funcionamiento y fácil manejo, mientras que las plazas traseras, que reciben la temperatura seleccionada por el copiloto, pueden manejar el flujo de aire mediante las dos salidas regulables situadas en el centro. Aunque tiene dos zonas de temperatura, como la mayoría de los sistemas de climatización carece de regulación independiente del ventilador.
Y para no dejar nada al azar, en cuanto a medidas de seguridad ofrece seis airbags (delanteros, laterales dorsales delanteros y de cabeza para las dos filas de asientos) y control de estabilidad de serie.
La lista de equipamientos opcionales es muy amplia pese a no ir mal dotado de serie (ventajas de emplear los mismos componentes en una ristra de turismos a lo largo de diferentes marcas…) y se le pueden incorporar desde sensores de aparcamiento hasta asientos de cuero con regulación eléctrica, pasando por el cargador de CD, los faros de xenón o la preinstalación del teléfono móvil entre una infinidad de accesorios.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

Desde que el uso de plataformas comunes se ha extendido como la pólvora entre casi todos los fabricantes y en especial en el grupo Volkswagen, resulta cada vez más pesado contar cómo va un coche, porque por ejemplo hay muy pocas diferencias entre este Skoda y el Golf V. Ambos comparten las suspensiones, la batalla y el ancho de ambas vías y si el checo es ligeramente más suave que el alemán puede deberse al mayor peso más que a diferencias en los elementos de la suspensión.

No obstante queda dicho que el Octavia se muestra ‘un pelín’ más blando que su primo de Wolfsburg, pero comparte con él un comportamiento muy equilibrado y seguro que admite una conducción dinámica si se precisa. El esquema de suspensión independiente en el tren trasero lo que consigue fundamentalmente es progresividad, más que estabilidad o agilidad. Las reacciones son más suaves y predecibles mejorando la comodidad sin que por ello se perjudiquen las dos características comentadas.
Al volante es muy agradable de llevar y cuando se aprieta mucho el ritmo puede iniciarse en curvas pronunciadas un claro (y conveniente en muchas situaciones) subviraje (derrapaje del tren delantero), aunque antes de llegar a este extremo se agradece una dirección de reacciones ágiles para la berlina de la que se trata. Los frenos cumplen bien su cometido y el pedal tiene un tacto muy progresivo y un tanto esponjoso, del agrado de muchos conductores.
La estabilidad es perfecta y ante todo lo que prima es la seguridad, pues resulta muy difícil sacar a las ruedas traseras de sus raíles imaginarios. Es pues una berlina con ilimitadas ambiciones ruteras: bastidor estable, preciso y cómodo; interior intachable y, como explico a continuación, motor lleno de par a medio régimen y de bajo consumo de gasóleo acompañado de un cambio de seis velocidades.

Motor

MOTOR

Si de tanto probarlo el motor TDI 1.9 lo tenía ya ‘aborrecido’ en el mejor de los sentidos, con este 2.0 creo que va a pasar lo mismo si no cambio antes de trabajo. Teniendo en cuenta lo que algunos ingenieros de Volkswagen me dicen de tapadillo, esta versión de 140 caballos es para ellos como la primera de 90 cv sobre la que se desarrollaron todas las posteriores en el caso del prolífico 1.9.

Se trata pues de una ‘versión estándar’ (veremos en breve una de 160 cv para el Golf GTI y Seat tiene una más apretada para un modelo futuro…) que aun así puede plantar cara a los mejores propulsores diesel de cuatro cilindros de la competencia. Los hay que no suenan tanto, dan prestaciones un poco más brillantes o consumen ligeramente menos, pero en general el motor ha mejorado donde le hacía falta a la ya exprimida generación precedente y mantiene la fama donde la ganó. Ha mejorado en suavidad, sonoridad y estirada y mantiene la poderosa respuesta al acelerador y el bajo consumo.
El conjunto, con la caja de cambios manual de seis velocidades y marchas largas, resulta perfecto y seguro que con el cambio pilotado de doble embrague DSG todavía es mejor. El par motor (320 Nm / 1.750 rpm) soporta sin sudores que las tres marchas más largas estén por debajo de la desmultiplicación 1:1, porque además están bastante próximas entre ellas, y como aun así la sexta no es tan larga como en el Golf se puede rodar a cruceros elevados muy alegremente. Por otro lado, manteniéndose dentro de los límites legales el consumo de combustible es bajo (menor que en el compacto de Volkswagen pese a tener 100 kilos más de peso). Skoda homologa 7,2 litros en ciudad, 4,7 en carretera y 5,5 en combinado y a nosotros nos resultó un mixto de 6,5 l./100km.

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