Renault Clio Sport V6

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ARTESANIA PARA LOS SENTIDOS

Los fabricantes generalistas o de grandes series raras veces se detienen, hacen un alto para recrearse en la suerte de modelar coches con la pasión, para los sentidos, fuera de las lógicas impuestas por la demanda de las mayorías del mercado. Renault, una marca a la que hay que reconocerle una capacidad para la innovación por encima de cualquier duda, hace de esta valentía un arte para los sentidos, con coches propios del más atrevido de los diseñadores o de los tradicionales fabricantes de automóviles deportivos.
Con antecedentes como el Alpine, el R-5 Turbo o el Spider, la compañía francesa afirma ahora esa peculiar forma de hacer con un Clio que se sale de normas, nada menos que V6 de 3.0 litros y 230 caballos de potencia, tan espectacular que despierta una expectación a su alrededor comparable a la que estimula un Ferrari o un Lamborghini.

Por Fernando A. Marqués
Madrid, 8 may (EFE)

Diseño

DISEÑO

Imposible pasar desapercibido. El aspecto es extraordinariamente musculoso, porque han sido aumentadas generosamente todas las medidas de un Clio normal, a partir de un chasis convencional, claro está que vitaminado de tal forma que pueda soportar las torsiones e inercias de sus prestaciones, además de transferir al suelo con seguridad toda la caballería del que puede ser considerado el utilitario más rápido del mercado.
Capó, techo y portón trasero son los únicos elementos externos que este Clio comparte con su pequeño hermano Sport de 172 caballos. El resto de los aditamentos llevan al V6 a un ancho de carrocería espectacular y a una estética agresiva que anuncia un coche de armas tomar. Todo hecho de forma artesanal. La batalla, respecto a un Clio convencional, ha sido ampliada en unos centímetros para mejorar la adherencia, y las suspensiones y neumáticos utilizados bajan tanto la altura del coche que aún se refuerza más su imagen deportiva. Hay que verlo para hacerse real idea de lo que es.

Si el exterior excede todas las normas, el interior decepciona por esperarse algo exclusivo. El concepto lo merece. El habitáculo, en relajantes tonos azules, es un calco del diseñado para el Sport de 172 caballos. Con asientos de respaldo algo corto y una posición de conducción no excesivamente buena por la inclinación del volante. La palanca de cambio, sin embargo, tiene una buena ubicación, cerca del volante, elevada por una torreta en acabados de aluminio.

Motor

MOTOR

El poderoso motor V6, desarrollado conjuntamente por Renault y el Grupo PSA Peugeot Citroen, ha recibido una dosis adicional de 20 caballos respecto al original, y ha sido ubicado en posición central trasera, lo que proporciona al deportivo un fuerte carácter. EL V6 siempre está muy presente para los dos ocupantes del coche. Por su sonido ronco que cambia de timbre cuando se le estira hasta la 7.000 vueltas y por el calor que despide, que llega a calentar significativamente el habitáculo, a pesar del excepcional trabajo hecho por los ingenieros de la marca para aislar e insonorizar la mecánica.
El motor lo ocupa casi todo, hasta el punto de dejar apenas 45 litros de capacidad para pequeñas cosas en la parte trasera de los dos únicos asientos del coche. Pero los problemas en este deportivo no son ni el ruido ni la temperatura. Su fuerte carácter sí lo es, porque demanda de su conductor formación adecuada y experiencia. El Clio Sport V6 muestra unos márgenes de utilización muy amplios y por sobrepasarlo se puede pagar una cara factura.

Veamos. La entrega de potencia de este V6 no es tan explosiva como la que pudiera hacer un motor en arquitectura de cuatro cilindros, de forma que los seis cilindros la ponen en juego de una de una manera más progresiva y elástica.
Menos rabioso de lo que cabría esperar, sin embargo mueve con suficiente rapidez los más de 1.300 kilos del coche, sujetos por un arquitectura de suspensiones extraordinariamente eficiente que siempre mantiene al chasis en su sitio.
Sólo cuando se sobrepasa el límite de adherencia, para lo cual hay que emplear buenas dosis de valor, la parte trasera se descompone. Avisa suavemente, pero se llega a un punto en el que el coche puede enroscarnos, en buena medida por el escaso radio de giro del coche, que puede ser insuficiente para contrarrestar el efecto sobrevirador del tren trasero.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

El comportamiento, de cualquier forma es sorprendente teniendo en cuenta que no dispone de control de tracción ni de un sistema autoblocante. La concepción de la tracción corresponde a un coche deportivo puro, fruto de la experiencia en la Formula Uno de Renault Sport y de TWR (Tom Walkinshaw Racing), relacionado con la escudería Arrows, en cuyos talleres de Suecia se hace el montaje y afinado del Sport V6, una vez le son entregados los componentes mediante un complejo sistema logístico.
Los frenos están a la altura de las circunstancias, con discos de grandes dimensiones, que paran en poco espacio el coche, que dispone de un sistema ABS que sólo funciona al final de una frenada muy potente. A la altura no está, desde luego, el consumo, que roza y supera los veinte litros en conducción deportiva.

Renault ha fabricado un capricho para exigentes que son exigidos por un deportivo en estado puro. Una pequeña joya, numerada por cierto, llamada a ser una pieza de colección.

Ficha

FICHA

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