Renault Clio 0.9 TCE, simplemente, muy mejorado

La marca francesa pone en la calle ahora un representante del segmento urbano con argumentos suficientes para ser un referente en el mercado, condición necesaria para asegurarse un liderazgo de ventas en la marca, que queda muy cuestionado o debilitado si en la oferta sólo hay un modelo que soporta el peso de toda la gama, como está pasando en la actualidad con el Megane.

Renault ha puesto en el Clio muchos de sus conocimientos y una ilusión de superación que se traduce en muchas de las sensaciones que uno se encuentra al verlo por primera vez y que se consolidan cuando se conduce el coche.

Para encandilar a primera vista ya juega una baza segura con el primer ejercicio de diseño que ha ejecutado Laurens Van den Acker y su equipo. Ahí radica ese empaque de modelo sólido expuesto al principio, con dosis bien medidas de modernidad, aplicadas, sobre todo en el frontal, en el que domina el estilo impuesto por el concepto Dezir, que va a marcar el dibujo de los futuros modelos de Renault.

Esa delantera se concreta en una parrilla fina, estirada, dominada por un logotipo central muy visible sobre fondo negro y la inclusión de una pequeña línea de luces de día, casi pegadas a los faros, éstos de inspiración felina, rasgando e invadiendo parte del lateral. Un capó en caída pronunciada como prolongación de un parabrisas también ligeramente inclinado.

La visión de perfil muestra una arquitectura coupe con el toque sugerentemente deportivo del techo en leve caída hacia atrás, una línea de cintura baja, pero en progresión en altura hacia la zaga, unos abridores de las puertas escondidos para reflejar esa imagen de coupe de tres puertas, versión de carrocería que no va a entrar, por ahora, en esta generación y, para terminar, el recorrido unos hombros muy pronunciados en la zaga que refuerzan la personalidad del coche y la ruptura con lo hecho en el Clio en las generaciones anteriores. En esta amalgama de circunstancias decorativas no pasa desapercibida una moldura en negro en la parte baja de utilidad meramente decorativa, pero resultona.

La trasera es la faceta menos original, con un portón que deja una altura algo elevada de carga y unos pilotos al estilo actual mordiendo la zona y sus laterales.

El nuevo Clio ha operado reformas en sus cotas, las más significativas han sido reducción de la altura y el incremento de los anchos de vías, junto a la longitud.

La primera se ha traducido en una arquitectura más aerodinámica del nuevo Clio y las segundas tendrían que ver con una habitabilidad mejorada, pero que en el caso de la separación entre filas de asientos apenas se ha notado. No sucede lo mismo con el maletero, que ha ganado doce litros respecto a la versión anterior y se revela como uno de los más capaces del segmento.

La calidad percibida se concentra, de primeras, en que ya se abre este modelo con tarjeta y se ejecuta el contacto con la misma; ha desaparecido la llave. Pero, sobre todo, los toques que avalan esta afirmación están en el interior, donde aparte de una decoración modernista con recursos muy originales, como la forma de los relojes y el óvalo del cuentakilómetros digital engarzándose entre ambos resulta de lo más llamativo, la terminación y acabados aparentan un trabajo hecho a conciencia.

Domina el tono negro, pero ello no evita un ambiente alegre dentro del coche por lo bien conseguida que está la iluminación, ya que, de toda la estructura del nuevo Clio, un tercio es acristalada.

Los asientos delanteros también han tenido su avance con una banqueta más larga que ha incorporado un plus de comodidad nada desdeñable. Aparte de ello recogen con corrección y se fijan a la parte troncal del cuerpo. Está muy cuidado el tacto de las tapicerías y su conjunción con las tonalidades del ambiente.

Los dispositivos se han colocado pensando en la intuición, por lo que son de muy rápida familiaridad y su manipulación se ejecuta sin distracciones.

En la segunda fila de asientos, aunque se han dispuesto tres plazas, llegar a la ocupación plena tendrá que hacerse con niños, porque un número similar de adultos deberá que viajar muy apretado. Llama la atención la falta de reposacabezas en el asiento central.

Renault ha introducido importantes novedades motrices en el nuevo Clio, entre ellas su primer motor gasolina de tres cilindros que, con 0.9 litros de capacidad y una potencia de 90 CV, ha sido el primer contacto de EFE con el modelo.

Es un motor que tiene la virtud de un refinamiento en marcha digno de elogio, refrendado en un silencio propio de un cuatro cilindros de gasolina, pero que no puede negar esa arquitectura tri cilíndrica en algunas vibraciones y cabeceos, estos últimos, fundamentalmente, en el encendido y apagado. Una faceta ésta en la que se encuentra por debajo de otros propulsores de las mismas condiciones en marcas de la competencia.

En prestaciones se muestra muy parejo a ellos. No hay que olvidar esta configuración para advertir de que en esta faceta hay que exigirle para lo que está preparado. Se nota un empuje suave desde muy abajo, a 2.000 revoluciones, y se extiende con la misma discreción hasta bien pasadas las 5.500. Su mejor comportamiento llega en el umbral de las 3.000 hasta casi 5.000.

Se acompaña de una caja manual de cinco velocidades de desarrollos cortos, operada desde una palanca de cambios que ejecuta los engranajes con precisión y rapidez.

El punto fuerte del motor está en un consumo muy interesante que en prueba no llegó a los siete litros a los cien kilómetros, teniendo en cuenta que ha habido trayectos largos y difíciles en el medio urbano.

Cuenta con las alianzas del sistema start and stop, muy rápido en su puesta en marcha, y con un programa de conducción Eco al que se puede conectar o desconectar manualmente desde un dispositivo en el túnel central, que modifica los criterios de aceleración y de gestión del motor. La autoconfianza del fabricante encuentra su respaldo en que el depósito ha sido reducido en capacidad, pues pasa de 55 a 45 litros y asegura que no se reduce autonomía.

Otro de los grandes orgullos de Renault con el nuevo Clio está en la reducción de 100 kilogramos de peso que ha operado en el conjunto del coche, gracias a la utilización de aceros elásticos en la carrocería, el portón de polipropileno en algunas versiones, la ya citada disminución del depósito de carburante, la optimización de los pesos en llantas, líneas de escape, suspensiones del motor y el tablero del travesaño de a bordo, además del bastidor, sistema de frenado, barra estabilizadora y ejes de transmisión.

Con este ingrediente, el Clio ha reforzado su ya acreditada rodadura y la estabilidad, incluso en trayectos muy virados, sin romper lo más mínimo la regularidad en su estabilidad. Pocos, muy pocos balanceos y estupenda compensación en los apoyos.

La dirección ha ganado en su mejor conexión a los movimientos del volante, por decirlo sin rodeos, es mucho más directa, pero hay todavía algo de blandura que induce a agarrar con fuerza el volante.

Los frenos tienen un tacto esponjoso, blandengue, y no muerden con esa sensación de parar pronto el coche. Seguramente por el efecto de que los traseros están dotados con tambor, un sistema que se aleja de ese todo renovado con acierto que encierra sin disimulos el nuevo Clio

En precio, la cosa está bien: coche nuevo y en tarifas no se separa mucho de una competencia con presencia desde hace tiempo en el mercado. Elemento a favor es que toda la gama es susceptible de beneficiarse del Plan Pive. Elemento en contra: el recurso a incluir muchos equipamientos en paquetes exclusivos, una práctica comercial que empieza a coger tradición y que desvía la buenas campañas del sector hacia los clientes en los equipamientos de serie profusos y completos.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,062 m

Anchura 1,732 m

Altura 1,448 m

Distancia entre ejes 2,589 m

Vía delantera 1,506 m

Vía trasera 1,506 m

Peso 1.009 kgs

Capacidad depósito 45 l.

Capacidad maletero 300/1.146 l.

Coef. aerodinámico N.D.

Posición motor Delantero, transversal

Alimentación Inyección directa gasolina

multipunto secuencial

Cilindros 3 en línea (12 válvulas)

Cilindrada 898 c.c.

Potencia máxima 90 CV a 5.250 r.p.m.

Par máximo 135 Nm a 2.500 r.p.m.

Velocidad máxima 182 km/h

Aceleración 0-100 12,2 seg.

Consumo medio 4,5 l./100 kms

Emisiones CO2 105 g/km

Impuesto de Matriculación Exento

Dirección Eléctrica con asistencia variable

Diámetro de giro 10,6 m

Frenos Discosventilados 258 mm (DEL.)

Tambor (TRAS.)

Suspensión delantera Tipo McPherson con brazo inferior

y rectangular y barra rígida

Suspensión trasera Eje flexible

Tracción Delantera

Neumáticos 185/65 R 15

195/55 R 16

Transmisión Manual de cinco velocidades

Equipamiento de serie ABS con EBD, controles de

estabilidad y retención en

pendiente, airbag frontales,

laterales y de cortina,

automatismos de luces y

limpiaparabrisas

Precio 14.400 euros (Expressión)

15.100 euros (Dynamique)

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Gasolina:

Clio 1.2 Authentique 1.149 c.c. 75 CV 11.950

Clio 1.2 Authentique eco2 1.149 c.c. 75 CV 13.600

Clio 1.2 Expression 1.149 c.c. 75 CV 13.500

Diesel:

Clio 1.5 dCi Expression eco2 1.461 c.c. 75 CV 15.150

Clio 1.5 dCi Expression Energy 1.461 c.c. 90 CV 16.050

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Fiat Punto 0.9 Twin Air 875 c.c. 85 CV 15.100

Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 999 c.c. 100 CV 17.000

Lancia Ypsilon 0.9 Twin Air 875 c.c. 85 CV 15.200

Peugeot 208 1.2 VTI 1.199 c.c. 82 CV 15.600

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