Opel Karl

Hemos viajado hasta Holanda para probar uno de esos coches que están lejos de emocionar al personal, pero que cumple con su cometido de vehículo de acceso a una marca, en este caso Opel, fijando un competitvo precio base de 8.950 euros (descuentos y PIVE 8 ya aplicados). Práctico y apañado, el nuevo Karl queda encuadrado en el segmento A o de pequeños urbanos (Renault Twingo, Peugeot 108, Citroën C1, Toyota Aygo, Seat Mii, etc), aunque a diferencia de la mayoría de éstos, no tiene ninguna intención de buscar expectación con diseños y personlizaciones imposibles, terreno ya abonado por Opel con su coqueto Adam.Se repartirá, con el coqueto Adam, el espacio de Opel en el segmento A
Y es que a diferencia del Adam, disponible únicamente con una carrocería de tres puertas y con un listado de combinaciones cromáticas infinitio, el nuevo Karl (3,68 metros de longitud) sólo está disponible con un cuerpo de 5 puertas, las cuatro laterales con un generoso ángulo de apertura que facilitan la entrada y la salida de un habitáculo con otra particularidad: en España llega con una configuración de cinco plazas interiores (las dos laterales traseras con anclajes Isofix), algo poco común entre sus potenciales adversarios. Como tampoco es muy frecuente encontrarse con ventanillas traseras que, mediante manivelas, bajen hasta abajo, en lugar de los incómodas (y más baratas) ventanillas con apertura de tipo compás.En España llega con una configuración interior de cinco plazas y un precio inferior a 9.000 euros
Con una altura de 1,48 metros (la misma que tiene su hermano mayor, el Corsa de 5 puertas) y unas líneas exteriores conservadoras, os podréis ya imaginar que uno de los puntos fuertes del Karl es contar con una generosa superficie acristalada que garantiza una vislibidad ideal desde el puesto de conducción, facilitando mucho las típicas maniobras en tráfico urbano. Esta circunstancia se refuerza con la presentación interior, sin tachas en los ajustes, bien ejecutada por diseño y mejor organizada a nivel de ergonomía, con un cuadro de instrumentos a la misma altura que la consola central flotante -donde se encuentra la pantalla táctil y a color de 7′ que aglutina distintas funciones del vehículo-, y en perfecta comunión con un asiento del conductor con triple regulación (altura, longitud y respaldo) y del volante multifunción (con ajuste en altura).La calidad interior de los ajustes y la ergonomía del puesto de conducción, dos puntos fuertes
Nada más sentarnos comprobamos que cuenta con unas amplias bolsas en los paneles de las puertas para vaciarse los bolsillos, dos portavasos bajo la consola y algún otro espacio más -como el que hay sobre la guantera frente al asiento del acompañante- para dejar llaves o pequeños objetos que puede resultar de gran utilidad. A la izquierda del bloque de dirección encontramos los detalles más sofisitcados del nuevo Karl: los botones que apagan y encienden asistentes como el modo CITY de la dirección (menos pesada y resistente), el aviso de cambio de carril involuntario (basado en una cámara sobre el parabrisas) y el asistente de aparcamiento trasero; o en el propio volante, el control de crucero con limitador de velocidad o el boton que activa otra de las novedades más imporantes, ésta a nivel de confort, la calefacción en el aro del propio volante.
Esta puesta en escena sencilla, discreta, dando prioridad al espacio (maletero entre 215 y 1.013 litros con las plazas traseras abatidas) sobre cualquier concesión al estilo o al glamour, tiene continuidad con la simplificada gama que Opel traerá a España. Un único acabado, denominado Selective, que de serie incluye elementos como, asistente de arranque en rampas o seis airbags (en materia de seguridad), aire acondicionado (confort) o una de las grandes estrellas del modelo, el sistema de conectividad IntelliLink para Apple CarPlay y Android Auto con la integración de las aplicaciones del Smartphone. Este sistema se completa, a partir de 2016, con un servicio se asistencia y conectividad OnStar que, entre otras ventajas, permita adaptar 7 dispositivos móviles y hasta WiFi.

Pocos equipamientos opcionales quedan a la imaginación del cliente, que puede elegir entre diez colores para la carrocería, en pintura sólida (185 euros) o metalizada (450 euros), junto a las ventanillas oscurecidas (200 euros), el sensor de aparcamiento (160 euros) y el techo panorámico retráctil (600 euros); mientras que para el habitáculo se tendrá que conformar con unos asientos en tela (a España no llegan los de cuero) que se pueden complementar con el Pack Invierno (200 euros) con butacas delanteras y volante calefactados y Pack Selective Plus (430 euros) con llantas de 16 pulgadas (14′ de serie), faros antiniebla delanteros con función de alumbrado en curva y avisador de cambio involuntario de carril.
Por el camino de lo corriente continúa este primer contacto con el Karl, ya que en materia mecánica tampoco hay posibilidad de elegir. El único motor, de nueva generación, presente en el urbano de Opel es un gasolina tricilíndrico de un litro y 75 CV de potencia, que, asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades y beneficiado de su peso pluma (939 kilogramos en vacío), logra un consumo de carburante muy contenido de 4,5 l/100 kilómetros (104 g/km de CO2) sin necesidad de montar Start/Stop (que llegará más adelante con la versión ecoFLEX). Con suficientes agallas (170 km/h de velocidad máxima) para atreverse a salir a carretera (correcta estabilidad lineal) sin sufrir un shock (su funcionamiento es suave y el sonido aerodinámico es moderado) en el intento, donde cumple sobradamente el Karl es en ciudad: ágil, de fácil manejo y rápida adaptación.

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