Opel Adam S

Opel ha desarrollado uno de sus coches más bravucones sobre su modelo más cándido. De esta paradoja nace el Opel Adam S, la versión más potente y deportiva del urbano de tres puertas y 3,7 metros de longitud de la marca del rayo. Esta declinación deportiva poco tiene que ver con el resto de la gama Adam: un motor gasolina de 150 CV, unos afinados reglajes en su chasis, un peso pluma y una estética más cañera y menos aniñada, lo delatan como el más ‘malote’ de clase.

a favor- Diseño- Chasis- Relación peso/potenciaen contra- Posición pantalla multimedia- Motor a bajo régimen- Precio
La receta propuesta por Opel tiene condimentos para pasar una semana divertida al volante. Los Adam probados hasta la fecha, en los cuales la personalización extrema a veces rozaba lo cursi o incluso lo hortera, poco tienen que ver con el Adam S que recogemos en la sede de Opel España (Madrid). Es verlo por primera vez, y adiós prejuicios.
Su imagen es arrolladora de principio a fin. El look deportivo le sienta de maravilla, empezando por ese rotundo alerón posterior en la parte final del techo, los paragolpes sobredimensionados, el delantero rematado por un spoiler (ojo con los bordillos al aparcar) y unas vías ensanchadas (1.472 mm. delante y 1.464 mm. detrás), para dar cabida a unos neumáticos más grandes de 225/45 con llantas de 18′ y pinzas de freno en color rojo a juego con el color de la carrocería. Todo muy OPC.
En el interior el aroma racing lo ponen fundamentalmente los asientos deportivos baquet (Recaro) en las plazas delanteras, espectaculares a la vista y también en la sujeción en una conducción más dinámica. Penalizadas más si cabe las plazas traseras por esta configuración y con un maletero para dos pequeñas maletas (y poco más), el habitáculo se distingue por molduras específicas en salpicadero y puertas con el anagrama S, remates en color rojo en la parte inferior del volante, el pomo del cambio y la palanca del freno de mano, y los pedales acabados en aluminio.
Sutil, pero suficientemente diferenciado de sus hermanos de gama, el Opel Adam S mantiene tecnologías ya implantadas en el Adam normal como el sistema multimedia IntelliLink con pantalla a color y táctil de 7′ (en una posición algo baja), las luces delanteras de LED para la iluminación diurna y las traseras de posición, o asistentes en seguridad como el avisador de ángulo muerto o el sistema de aparcamiento avanzado que a menos de 30 km/h identifica espacios -en línea o batería- y mueve automáticamente el volante, teniendo que encargarse del freno, acelerador y cambio de marchas el propio conductor.
EN MARCHA
Hasta la fecha 115 CV era la potencia máxima de un Adam; con el motor 1.4 litros de 150 CV del S la gama da un salto cualitativo a nivel prestacional. La mecánica, asociada a una transmisión manual de seis velocidades, cuenta con inyección directa de gasolina, turbocompresor y sistema de distribución variable para las válvulas de admisión y escape. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar los 210 km/h de velocidad máxima.Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar los 210 km/h de velocidad máxima
A nivel de chasis, el eje trasero ha sido rediseñado, con muelles y amortiguadores específicos para ofrecer un comportamiento más deportivo; la dirección ha sido calibrada obteniendo unas reacciones más directas y rápidas; cuenta con la posibilidad de desconectar por completo el control electrónico de estabilidad ESP; y el equipo de frenos lo hereda de su hermano mayor, el Corsa OPC, con discos ventilados delante de 308 mm y macizo detrás de 264 mm, más que suficiente para frenar los 1.178 kilogramos de peso en orden de marcha de este Adam S.
El motor gira plano hasta las 3.000 revoluciones por minuto, sin que eso signifique que le falte brío en las salidas ya que cuenta con el mejor aliado posible: tres primeras marchas con desarrollos muy cortos. De cualquier manera, mejor llevarlo por encima de ese régimen, que es cuando los 150 CV y 220 Nm de par máximo (entre 3.000 y 4.500 rpm) se dejan notar, pudiendo disfrutar de un empuje superior y una sonoridad más gratificante. Los desarrollos de las tres primeras marchas son muy cortos y la sonoridad, grafiticante
Por su parte, las mejoras en la estructura proporcionan una mayor rigidez en el conjunto, que junto a una batalla minúscula (2,31 metros) y un centro de gravedad muy bajo, lo agarran literalmente a las carreteras más sinuosas y aumentan su aplomo y estabilidad en autovía, donde parece un coche de más rango. Cualidades estructurales ideales para una conducción rápida en carretera de montaña
En estas evoluciones, a veces, a los ingenieros se les va la mano. No es el caso del Adam, que aunque se nota un coche más duro de suspensiones, es un urbano cómodo para el día a día. Es fácil acomodarse a los baquet y encontrar una postura ergonómica, el sonido mecánico no llega a molestar, y el consumo es razonable para un motor turbo de gasolina: lejos de los 5,9 litros que promete, pero con unos contenidos 7,5 l. durante la semana de prueba.
¿POR CUÁNTO? ¿Y CONTRA QUIÉN?
El precio tarifa del Adam S es de 21.015 euros, un montante alto para un coche de su tamaño y segmento. Es verdad que con campañas y renunciando a algunos de los extras de nuestra unidad de prueba puede quedarse en torno a los 18.000 euros. Pero también es cierto que tienes un Corsa OPC de nueva generación, más habitable y de 207 CV, por 22.100 euros.
Fuera de la casa alemana, las principales alternativas al Adam S son el Abarth 595 Turismo (160 CV), equiparable en precio aunque con una configuración más radical, y el Mini Cooper (136 CV), ligeramente más caro y con un posicionamiento más premium.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More

Privacy & Cookies Policy