Nuevo Mini

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EL REGRESO DE UN MITO

BMW empieza a desvelar formas y contenidos definitivos del nuevo Mini (3,60 m) que llegará como marca independiente desde Oxford al mercado europeo el próximo verano. La marca bávara aborda así un nuevo segmento hasta ahora desconocido para ella y para el que espera llegar a fabicar 100.000 unidades en el 2002.
Aunque los responsables de la marca han hecho especial hincapié en que el Mini no es un BMW, no ocultan que han depositado en el pequeño modelo muchas esperanzas y que incluso proyectan para el futuro estructurar una gama Mini con 4 ó 5 variantes (familiar, Cabrio, etc) y nuevos motores. De momento y gracias al lápiz del diseñador Frank Stephenson Santos, un británico con sangre española y acento andaluz, el Mini del siglo XXI muestra una carrocería de estilo moderno en el que se funden rasgos del mítico modelo del que adopta el nombre con detalles modernos como corresponde a la época actual.

Con poco más de 3,60 metros de longitud, una notable anchura no declarada y una generosa batalla, muestra una imagen compacta y estilizada sin apenas voladizos. El frontal presenta una línea muy personal con el capó ligeramente inclinado hacia abajo y con una protuberancia en el centro que discurre de arriba abajo, mientras que en la parte superior se han habilitado dos tomas de aire. La rejilla cromada ocupa buena parte de este frontal y no es de una sola pieza, ya que la apertura del capó la divide en dos. El paragolpes es de buenas dimensiones y en su parte inferior incluye una toma de aire decorada con rejilla.
Uno de los aspectos más característicos del Mini son los faros de un solo óvalo con generoso borde cromado que en su interior agrupa las luces de cruce y largas, mientras que los intermitentes y las de posición están encastradas en el paragolpes así como los antiniebla. El logo es asimismo nuevo y de su fondo desaparece el clásico color verde británico para ser sustituido por el negro. A lo largo de los bajos de la carrocería discurre una banda negra que refuerza los pasos de rueda y contribuye a darle al coche una imagen más deportiva. En los flancos y al lado de los indicadores de cambio de dirección también se han habilitado sendas rejillas de aireación, muy en la línea que BMW está implantando últimamente a sus modelos deportivos.
Para que no se parezca al Mini antiguo, las ventanillas carecen de marco pero ello no impide que cierren bien ya que los cristales terminan de encajar por arriba y por delante cuando se cierra la puerta de modo que no hay la menor filtración de aire. Los retrovisores, de buenas dimensiones, van pintados. No faltan detalles cromados como los tiradores de las puertas de diseño moderno y muy diferentes de los originales, así como la tira que discurre a lo largo de la cintura de la carrocería, o la ubicada por encima de la matrícula trasera o el remate del tubo de escape, por no hablar del fino reborde de los pilotos traseros, asimismo muy personales. El capó ofrece una buena apertura y acceso a un maletero que, sin llegar a los extremos del Mini clásico, está en consonancia con el tamaño del coche. De todos modos, el que el respaldo trasero sea partido simétricamente y abatible permite ampliar esa capacidad si es necesario.

Interior
y motor

DISEÑO INTERIOR Y MOTORES

Si en líneas generales la imagen del nuevo Mini aun siendo muy moderna transmite el encanto y el carácter del modelo predecesor, esta impresión desaparece por completo en cuanto abrimos la puerta y entramos en el habitáculo. La ruptura de estilo es total y en cierto modo el salpicadero tiene detalles que recuerdan el estilo impuesto en el Audi TT aunque es posible que todavía se realicen pequeños retoques aunque la línea no variará. Lo primero que llama la atención es la presencia justo encima del volante de dos anchos brazos de un impresionante tacómetro muy en el estilo del modelo predecesor.
El salpicadero está realizado en material plástico en el frontal y plástico negro de aparente calidad en la parte superior, aunque según el acabado el plástico podrá ser sustituido por madera; en su parte central, sobre la consola, otro inmenso reloj alberga el velocímetro, cuentakilómetros total y parcial y los demás indicadores y chivatos que controlan el buen funcionamiento del coche y está flanqueado a ambos lados por las bocas de aireación. La consola central con los mandos de ventilación-calefacción es de diseño moderno con dos amplios soportes de plástico simil metal. Por debajo del salpicadero discurre una bandeja que hace las veces de guantera, aunque según versión puede estar cerrada. El interior de las puertas es tremendamente funcional con dos generosos huecos que permitirán guardar pequeños objetos.

El habitáculo es amplio en sus plazas delanteras, con asientos bastante envolventes y regulable en altura el del conductor a base de palanca. Atrás, el espacio está delimitado exclusivamente para dos personas ya que el anclaje de los cinturones está en el centro y es imposible que pueda acomodarse un tercer pasajero. Los ocupantes de estas plazas traseras disponen de espacio para las piernas así como de una buena altura al techo.
Pocos son los datos revelados pero se sabe que debajo del capó motor se esconde el cuatro cilindros de 1.6 litros fruto de la colaboración entre BMW y Chrysler que se fabrica en Brasil. La potencia puede ser de 90 ó 115 CV y dado que el Mini tendrá tres versiones, Básico, Cooper y Cooper S, cabe pensar que la más alta adoptará la versión más potente. La transmisión corre a cargo de una caja manual de cinco velocidades.
El nuevo Mini no llegará hasta el verano de 2001 y su comercialización se realizará en algunos de los concesionarios de BMW que tendrán su área Mini, especulándose con un precio de 2.150.000 para la versión básica.

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