La continua subida de los combustibles preocupa al Gobierno de Portugal

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho (PSD, centro derecha), consideró que estos continuos incrementos conllevan mayores costes para la economía nacional, inmersa en una severa crisis que ya afecta en su día a día al ciudadano medio.

Representantes del sector del automóvil portugués han propuesto al Ejecutivo la creación de gasolineras ‘de bajo coste’, aunque de momento no han recibido respuesta.

Sólo desde que empezó el año, la gasolina de 95 octanos acumula una subida del precio medio cercana a los 15 céntimos, situándolo en 1,67 euros por litro, según los datos de la Dirección General de Energía y Geología (DGGE) lusa, organismo encargado de controlar las variaciones en el coste de los combustibles.

Estos precios suponen nuevos máximos históricos que en ocasiones vuelven a ser rebasados en apenas una semana.

Las subidas han sido justificadas por las empresas de distribución de combustibles por la cotización al alza del petróleo registrada durante los últimos meses, con el barril de Brent rozando los 125 dólares.

Sin embargo, representantes del sector del automóvil luso rebatieron hoy esta idea y recordaron que en 2008 el barril llegó a cotizar a 160 dólares, y sin embargo el precio de la gasolina era inferior.

Concretamente, llenar el depósito de este combustible costaba hace justo cuatro años cerca de un 20 % menos, según los datos del DGGE.

El precio de la gasolina en Portugal es el décimo más alto entre los 27 países de la Unión Europea y se encuentra a niveles similares a los de países como Alemania, Bélgica o Reino Unido, pese a que el salario medio de los ciudadanos lusos es significativamente más bajo -prácticamente la mitad- y ronda los 17.000 euros.

Los impuestos que gravan los combustibles representan el 55 % del precio final, muy cerca de la media europea.

El precio, sin embargo, continúa siendo en Portugal sensiblemente superior al de su país vecino, España, donde el litro de gasolina ronda los 1,4 euros.

Esta situación genera curiosas imágenes en las zonas fronterizas, con largas colas en las estaciones de servicio ubicadas en suelo español y apenas movimiento en los establecimientos lusos.

Además del combustible, la compra de un automóvil, la contratación de un seguro o las reparaciones en un taller de coches también se han encarecido en Portugal durante los últimos años, lo que ha llevado a una reducción en la circulación de vehículos, lo que a su vez lleva aparejada una caída del consumo total de combustible, según fuentes del sector.

El primer ministro luso sostuvo que su Gobierno poco puede hacer para reducir el coste de los combustibles debido a que el alza de precios se debe a ‘factores exógenos’, y subrayó que esta situación refleja la necesidad de ser más eficientes en términos energéticos y de encontrar alternativas a los combustibles fósiles.

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