Kia Sportage 1.7 CRDI 4×2, desde la sencillez
Lo ha hecho desde el prisma de la sencillez no exenta de valores. Esta cobertura del escalón más bajo tiene como referente un motor diesel de 1.7 litros con 115 CV de potencia, una tracción simple 4×2 -únicamente a las ruedas delantera- pero, aparte, de las características mecánicas, reúne un equipamiento sencillo que lo pone en precio dentro de las hechuras de esta crisis que ha azotado como pocas al mercado.
Por ejemplo, en la confrontación del Sportage 4×2 con el 2.0 diesel de 136 CV, a mismo nivel de equipamiento, la diferencia tarifaria es de casi 3.000 euros. Eso sólo desde el punto de vista monetario, porque en la ejecución de prestaciones entre una y otra versión no hay tanta diferencia.
El Kia Sportage 1.7 CRDI acrecienta la diferencia en esta versión anticrisis aún con un nivel más bajo, propio de esta versión, que eleva la diferencia con el 2.0 CRDI hasta casi los 5.000 euros, si bien hay una eliminación algo drástica de componentes, obviando, incluso, algo tan elemental como los automatismos de luces y limpiaparabrisas, que hoy se encuentran en cualquier modelo del nivel que sea.
Acotada la faceta económica del más accesible de los Kia Sportage las sensaciones transmitidas por la mecánica quedan en un buen lugar. Es un motor perfectamente apto para mover con soltura un coche de peso alto. Esos 115 CV de registro de potencia están acordes a esa filosofía de sobriedad sin miserias.
El motor, acogido al clásico sistema de inyección directa diesel por conducto común con turbocompresor de geometría variable, juega equilibradamente con la faceta de tranquilidad que ofrece con una circulación a muy bajos regímenes de giro sin ahogos en el medio urbano. Por ejemplo, por debajo de los 80 km/h, el testigo de cambio de marcha ya demanda el engranaje de la sexta velocidad, que se ejecuta sin racanerías del motor.
Para la carretera es algo más exigente, y asegurar unas recuperaciones con un mínimo de tranquilidad, obliga a subir de vueltas. Esta versión del Sportage deja la pereza en las reacciones rondando las 2.000 revoluciones y entrega par motor con solvencia hasta algo más de las 4.000, donde, pasado ese umbral, vuelve a entregarse a la tranquilidad.
El concurso de una caja manual de seis velocidades entra en ese juego de la sencillez que aporta esta versión de acceso. Cada una de las relaciones está bien ajustada al régimen de marcha que se demanda de desarrollos cortos para agilizar los cambios enseguida y circular en marchas largas a bajas revoluciones.
La versión ha tenido un contrapunto en el consumo sobre sus pretendidas ventajas económicas. No es su punto fuerte. En un recorrido mayoritario de carretera, con escasa circulación por calles, el registro de gasto se puede considerar excesivo y rondando los nueve litros cada cien kilómetros. Objetivamente alto y desajustado respecto a la homologación del fabricante.
En su descargo, esa circulación en carretera a altos regímenes de giro puede explicar parcialmente el desajuste. Como también puede influir la ausencia en la unidad probada del sistema de parada y arranque automáticos, pese a la posibilidad de equipamiento del sistema que tiene esta versión motriz.
El comportamiento dinámico, con esta tracción simple, lo convierte en un coche eminentemente rutero, apto para el campo si los restos se limitan a vías y pistas forestales de no muy alta dificultad, aunque los rasgos todoterreno de la carrocería no se diferencian de las versiones 4×4 y equipa de serie un sistema de retención en pendiente.
Por el asfalto, este coche apunta maneras excelentes de un contundente asentamiento al asfalto, por un ancho de vías prominente, que le hace trazar con absolutas garantías. En el tarado de las suspensiones, los recorridos y el efecto de amortiguación tienen un punto muy bien conseguido para favorecer, al mismo tiempo, soltura plena de circulación y alto grado de confort al pasaje.
De componentes como la dirección, mencionar un ligero punto de dureza que se agradece en la circulación más rápida por carretera, pero llama a la queja en las maniobras ciudadanas. Los frenos, eficaces en la actuación y en la distancia de parada.
El más pequeño de la gama Sportage refleja perfectamente el ADN del modelo, pues en sus señas externas sigue, punto por punto, ese diseño atrayente y original que tiene su mejor punto de originalidad en esa muy alta línea de cintura, progresiva sin disimulos, que lleva la zona trasera a una zona acristalada muy limitada en extensión con la intención resaltada por el fabricante de sugerir en el modelo guiños de coche de raid. A la puesta en escena decorativa de esta parte del coche se suman unos pasos de rueda muy dimensionados que añaden sensación de fortaleza a la estructura.
Las formas atléticas de la parte delantera tienen correspondencia con una zaga poderosa, donde los pilotos, grandes, toman buena parte de la extensión de los flancos. Una reducción en altura de 6 centímetros acentúa la musculatura del coche.
Igualmente, no se ha descuidado el habitáculo, mejor dicho el buen ambiente que transmite al pasaje, empezando por unos asientos bien medidos en banqueta y respaldo, cómodos y que aseguran bien la sujeción. Sobre eso, una posición elevado, magnífica para tener la más adecuada panorámica, frontal, lateral y un poco menos, la trasera.
El nuevo Kia Sportage ha sucumbido a la reforma de cotas a la que no hay modelo que se resista cuando aborda el cambio generacional. En este caso, a la habitabilidad interior se traslada muy bien una ganancia de longitud en 9 centímetros, en anchura de 1,5 y en distancia entre ejes en 1, suficientes para que la convivencia entre espacio para pasaje y carga quede en muy buen lugar.
Los pasajeros tienen la referencia de una distancia entre filas suficiente para viajar largo tiempo sin entumecimientos. La carga dispone de un muy capaz maletero de 564 litros, ampliables hasta 1.353 si se abate la segunda fila de asientos. Estas magnitudes avalan la excelencia del Sportage como vehículo de ocio.
Los dispositivos de mando están en todo momento bajo control visual y manual. Es un coche de fácil manejo y la proverbial confirmación de una versión plenamente ejecutada bajo el reto de la sencillez.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
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Longitud 4,440 m
Anchura 1,855 m
Altura 1,635 m
Distancia entre ejes 2,640 m
Vía delantera 1,614 m
Vía trasera 1,615 m
Peso 1.415 kgs
Capacidad depósito 55 l.
Capacidad maletero 564/1.353 l.
Coef. aerodinámico 0,37
Posición motor Delantero, transversal
Alimentación Inyección directa diesel por
conducto común con
turbocompresor de geometría
variable
Cilindros 4 en línea (16 válvulas)
Cilindrada 1.685 c.c.
Potencia máxima 115 CV a 4.000 r.p.m.
Par máximo 26,5 kg a 2.000 r.p.m.
Velocidad máxima 173 km/h
Aceleración 0-100 12,3 seg.
Consumo medio 5,3 l./100 kms
Emisiones CO2 139 g/km
Impuesto de Matriculación 4,75 %
Dirección Asistida eléctrica
Diámetro de giro 10,58 m
Frenos Discos ventilados 280 mm (DEL.)
Discos 262 mm (TRAS.)
Suspensión delantera Independiente tipo McPherson con
muelles helicoidales,
amortiguadores de gas y barra
antivuelco
Suspensión trasera Independiente con muelles
helicoidales y amortiguadores de
gas
Tracción Delantera
Neumáticos 215/70 R 16
225/60 R 17
235/55 R 18
Transmisión Manual de seis velocidades
Equipamiento de serie ABS con EBD, sistema de control
de estabilidad y tracción,
airbag frontales, laterales y de
cortina
Precio 22.850 euros (Concept)
24.595 euros (Drive)
CARACTERÍSTICAS TODOTERRENO
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Distancia al suelo 170 mm
Ángulo de ataque 22,7 grados
Ángulo de salida 22,8 grados
Ángulo ventral 17,7 grados
RESTO DE GAMA (4×2)
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Versión Cilindrada Potencia PVP
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Gasolina:
Sportage 1.6 GDI Concept 1.591 c.c. 135 CV 20.695
Sportage 1.6 GDI Drive 1.591 c.c. 135 CV 22.440
Diesel:
Sportage 2.0 CRDI Drive 1.995 c.c. 136 CV 27.250
COMPETENCIA DIRECTA
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Modelo Cilindrada Potencia PVP
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Dacia Duster 1.5 dCi 4×2 1.461 c.c. 110 CV 15.100
Hyundai ix35 1.7 CRDI 4×2 1.685 c.c. 115 CV 24.200
Mitsubishi ASX 180 D-ID 2WD 1.798 c.c. 116 CV 23.450
Nissan Qashqai 1.5 dCi 4×2 1.461 c.c. 110 CV 22.950
VW Tiguan 2.0 TDI 4×2 1.968 c.c. 110 CV 26.310
Angel Alonso