Jaguar F-Type R Coupé V8 5.0, más allá de la satisfacción

Las sensaciones de tanta caballería ya quedaron apuntadas, aunque con 50 caballos menos, en la prueba dinámica de la carrocería cabrio del F-Type, un deportivo con una argumentación mecánica y dinámica de alto nivel, muy superior a, al que puede considerarse su antecesor en la marca, el XK, más elegante que efectivo.

En esta ocasión estamos ante la versión Coupe o cerrada del F-Type, dotada de un estilo que impone más y especialmente en este caso, ya que se trata de la versión R, que el no menos vistoso F-Type Convertible.

Con la arquitectura cerrada, el F-Type obtiene una posición distinta en el mercado, al medirse ya con los clásicos súper deportivos cerrados, firmados por la no menos clásicas marcas del este segmento de los deportivos de alto rendimiento, como puede ser la alemana Porsche o la italiana Ferrari, salvando las diferencias que pueda haber con ellos, aunque dependiendo del capítulo comparativo.

El F-Type R Coupe, con 550 caballos sobre el asfalto, se mide sin complejos en este exclusivo mercado, que impone, también, condiciones al conductor si no quiere meterse en peligrosos líos de de pilotaje.

Llevar de paseo este F-Type no implica mayores riesgos, pero tratar de hacer evidente los 550 caballos de su V8 son palabras mayores, teniendo en cuenta que se trata de un propulsión, es decir, con toda la caballería galopando en el eje trasero.

El tener capacidad de compra para gastarse 119.000 euros (casi 20 millones de las antiguas pesetas) no garantiza una conducción segura de este bólido, que, como tal, y a pesar de la ayuda electrónica embarcada, se tiene que ceñir a unas leyes físicas que, ciertamente, están ampliadas con ingeniería muy eficiente pero que imponen unos límites que por elevados pueden derivar en consecuencias también mayores.

Se ha de medir mucho en te coche prescindir o desconectar las ayudas electrónica, porque la progresión y suavidad de reacciones con ellas pueden tornarse en brutales, sin posibilidad de retorno.

En conducción dinámica, como todo GT de propulsión hay que medir mucho las llegadas a las curvas. La gran potencia de frenada de este R es un buen aliado de esta versión y el hecho de que el motor esté ubicado en la parte delantera, porque fija una mejor distribución del peso y ayuda a meter el morro en la trazada que el piloto propone a través de una dirección de asistencia eléctrica, muy rápida y efectiva.

La dirección transfiere fielmente las ordenes de guiado y proporciona al conductor una buena información del grado de giro de las ruedas delanteras, una información básica en la salida de las curvas para evitarle una excesiva sobrecarga al eje trasero e impedir el tan temido sobreviraje por la mayoría de los conductores.

La llegada a las curvas en ese tipo de deportivos es característica. Es obligado parar mucho el coche para evitar sobre esfuerzo de los trenes en el giro y poder salir con rapidez, pero necesariamente de forma muy progresiva para evitar un trallazo de la parte trasera, muy peligroso en carretera abierta y mucho menos en un circuito cerrado.

La alta efectividad del F-Type en el paso por curva se debe en gran media a un diferencial activo controlado electrónicamente que limita las pérdida de tracción de los neumáticos.

El sistema está sometido al gobierno de un motor eléctrico que actúa sobre un embrague multidisco para transferir fuerza a la rueda con menor adherencia. El diferencial activo puede hacer un bloqueo total de manera casi instantánea.

Este sistema, combinado con los controles de estabilidad y tracción, además del ABS, facilita un buen control de la entrega de potencia y la adherencia del tren posterior.

Mantenido en su banda de alto rendimiento, sin tentar los límites, este F-Type transmite al conductor una calidad de sensaciones de nivel difícil de alcanzar en el resto del mercado, salvo entre sus oponentes más directos.

No obstante, frente a un Porsche, por ejemplo, es algo más delicado de conducir y más difícil, siempre y cuando la comparación sea hecha con las ayudas electrónicas activas.

La percepción es la de ir muy agarrado al asfalto, siempre que este permanezca seco y no esté excesivamente frío, porque de lo contrario todo se convierte en muy delicado. Hay que tener en cuenta que conectar debidamente 550 caballos con el asfalto es un siempre un quebradero de cabeza para la ingeniería, muy difícil de llevar a buen término.

El compromiso final, en este caso, es de un buen nivel y supera con creces lo conseguido en la anterior familia de deportivos XK.

Si bien este R pone a la familia F-Type al más alto nivel en el mercado de los deportivos de alto rendimiento, las versiones inferiores de 340 y 380 son más que suficientes para disfrutar de una conducción deportiva llena de sensaciones, incluidas la sonoras, ya que también ofrecen una acústica deportiva de carreras.

Esta acústica es quizá exagerada en el R, ya que el sistema de sonido deportivo libera el escape de gases de tal forma que son frecuentes las explosiones cuando el motor reduce el giro.

Esta liberación se produce a través de un mecanismo de válvulas que se abre bajo carga del motor, lo que permite una transformación del sonido creciente, con las correspondientes descargas en cada cambio ascendente.

La intensidad del sonido es brutal, incluido el arranque, hasta que el motor toma temperatura, y es algo más civilizada y adecuada a la utilización urbana con este sistema activo de escape desconectado.

El sonido parte de un V8 que es exprimido por una caja automática de convertidor de par de ocho velocidades denominada Quickshift, que ofrece accionamiento manual con palanca o con levas en el volante, por cierto, de color dorado que destaca sobre los negros y tonos metálicos del resto de los elementos interiores.

Esta transmisión está configurada con desarrollos deportivos, de relación cerrada, ha sido optimizada para este motor con el objetivo obtener respuestas inmediatas cuando se demanda.

La caja funciona de una forma peculiar, que la aproxima a las peculiaridades de una transmisión de doble embrague, ya que una vez que el sistema ha cambiado a segunda, un embrague de bloqueo elimina el convertidor de par y crea un acoplamiento mecánico directo entre el motor y las ruedas motrices.

El sistema ‘Quickshift’, en el instante en que sube de relación, crea un sonido del cambio mucho más corto y nítido, al tiempo que el motor utiliza su propia inercia para dar una sensación de aceleración positiva durante el cambio de marchas.

Esta transmisión de ocho velocidades cuenta, en modo automático, con veinticinco programas diferentes de cambio para adaptarse a cualquier estilo de utilización y a las condiciones de la vía.

Para gestionar este catálogo de programas, el sistema de sensores analiza la aceleración y la frenada, las fuerzas generadas en curva, la posición del freno y del acelerador, el perfil de la carretera, si se está haciendo un ‘kickdown’ o si el vehículo está siendo conducido cuesta arriba o hacia abajo.

El funcionamiento del sistema sorprende por la rapidez y la suavidad de las transiciones e invita a la utilización manual en las fases más deportiva de la conducción.

En automático, el programa Configurable Dynamics ofrece distintos ajustes dinámicos para adaptar el comportamiento de la transmisión a distintos estilo de conducción. Se complementa con la función Dynamic Launch, que junto con un cronómetro, es un equipo para utilizar en circuito.

Y bien, con tal discurso dinámico y motriz, queda por repasar el aspecto del deportivo. Imponente a primera vista y no puede pasar desapercibido y aún menos con la pimienta sonora, que puede llegar a asustar a algunos conductores y a los peatones

Y es imponente con pureza líneas, sencillez dibujada con trazos limpios y sin complicaciones, en el mejor estilo Ian Callum, el diseñador de Jaguar Land Rover, que retoma antiguas ideas utilizando las modernas tecnologías de construcción ligera en aluminio, un material fácilmente moldeable.

El resultado del equipo de diseño es un coupé muy puro de figura muy poderosa que no es apta para conductores tímidos o reservados, porque es la antítesis de la discreción.

A los mandos del F-Type, el conductor va a ser objeto de las miradas del resto de los mortales, aunque primero mirarán la espectacularidad del coche.

Los antecedentes estéticos del F-Type están en el concepto C-X16 presentado en 2011, especialmente en las formas delanteras, que dibujan los diseños originales de la marca. En la parte trasera el diseño se separa de la tradición de Jaguar y, siendo muy moderno, busca una nueva estética muy llamativa

La silueta de esta carrocería cerrada es marcadamente coupe, con una inclinación de la línea de techo que empieza su recorrido descendente muy cerca del pilar A, combinada con una línea de cintura alta y ascendente en el último tramo, sobre el paso de las ruedas traseras.

En la trasera, la línea de techo puede ser alterada en marcha con el alerón que se despliegue automáticamente cuando se supera la velocidad de 90 km/h y no retorna a su posición hasta que se baja de los 65 km/h.

El alerón, encargado de mejorar la salida del flujo de aire superior y reducir hasta en 120 kilogramos el efecto ascensional, puede, no obstante, ser accionado a voluntad por el conductor desde el interior.

En la zona posterior, este R de motor V8 se distingue del resto de la gama del modelo por las cuatro salidas de escape ubicadas en los extremos del difusor, en lugar de las dos centrales de las versiones equipadas con el motor V6

Distintivo en el F-Type son las manillas de las puertas, dos piezas longitudinales que permanecen enrasadas cuando el coche esta cerrado y sólo sobresale cuando se activa la apertura, sea con el mando a distancia o con un minúsculo pulsador ubicado en la misma manilla que, además, esconde un dispositivos LED que ilumina hacia el suelo.

El interior no ofrece mucho espacio y marca con un tirante en el prominente túnel central el puesto de conducción del utilizado por el acompañante, un elemento que llega a ocultar la información que maneja el conductor.

Poco pueden llevar consigo el conductor y el acompañante, al menos en la cabina, porque el sitio es angosto y sin lugares donde dejar los objetos que nos acompañan a diario.

Sin embargo, el maletero, a diferencia de las versiones convertibles, ofrece un espacio de carga muy superior, por encima de los 300 litros, lo que permite viajar bien provisto de equipaje.

El conductos dispone de un puesto de conducción de inspiración aeronáutica y acabados muy cuidados, con elementos de información completos, La posición de conducción es muy deportiva y es fácil de configurar.

En la zona central, una pantalla con gráficos de buena calidad permite el control de gran número de los dispositivos destinados a la conducción, como los de ajuste de suspensión o motor.

Finalmente, esta versión, la más radical de toda la familia, ofrece una experiencia de conducción que le sitúa entre lo más granado del mercado de los deportivos de alto rendimiento, presentando batalla en lo dinámico y en lo comercial, porque con sus casi 120.000 euros se coloca en una posición imbatible

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,470 m.

Anchura 1,923 m.

Altura 1,321 m.

Distancia entre ejes 2,622 m.

Ancho de vía delantera 1,585 m.

Ancho de vía trasera 1,627 m.

Diámetro de giro 10,7 m.

Peso 1.650 kg.

Coeficiente aerodinámico N.D.

Capacidad depósito 72 l.

Capacidad maletero 310 l.

Posición del motor Delantero longitudinal

Alimentación Inyección directa, compresor

e intercooler

Cilindros 8 en V (24 válvulas)

Cilindrada 5.000 c.c.

Potencia 550 CV a 6.500 rpm

Par máximo 680 Nm a 2500-5500 rpm

Velocidad máxima 300 km/h

Aceleración 0-100 4,2 s.

Consumo mixto 11,1 l.

Emisiones de CO2 259 g/km

Impuesto de matriculación 14,75 %

Dirección Asistida, de cremallera

Frenos delanteros Discos ventilados (380 mm)

Frenos traseros Discos ventilados (376 mm)

Suspensión delantera Dobles triángulos

superpuestos de aluminio,

con amortiguación adaptativa

Suspensión trasera Dobles triángulos

superpuestos de aluminio,

con amortiguación adaptativa

Tracción Trasera con

diferencial

Neumáticos delanteros 255/35 R 20

Neumáticos traseros 295/30 R 20

Transmisión Automática Quickshift

de 8 relaciones

Embrague Convertidor de par

Precio 119.070 euros

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Coupe

Jaguar F-Type Coupé V6 3.0 S/C 2.995 c.c. 340 CV 77.220

Jaguar F-Type S Coupé V6 3.0 S/C 2.995 c.c. 381 CV 90.320

Cabrio

F-TYPE V6 3.0 S/C Convertible 2.995 c.c. 340 CV 84.400

F-TYPE V6 S 3.0 S/C Convertible 2.995 c.c. 380 CV 97.500

F-TYPE S V8 5.0 S/C Convertible 5.000 c.c. 495 CV 114.600

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Aston Martin Vanquish 5.935 c.c. 572 CV 300.075

Audi R8 V19 Plus 5.204 c.c. 549 CV 201.200

Ferrari 458 Italia 4.497 c.c. 578 CV 230.562

Mercedes-Benz SLS AMG Coupe 6.208 c.c. 571 CV 223.400

Porsche Turbo S 3.800 c.c. 560 CV 223.967

Fernando A. Marqués

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