Isuzu Vehicross

SALTAMONTES GIGANTE

Autocity te ofrece en exclusiva la prueba de un modelo radical y diferente de todo terreno deportivo. Pequeño de dimensiones y superdotado de motor, el Vehicross adereza tan explosivo cóctel con unas suspensiones y accesorios de máxima calidad. Su venta estaba restringida hasta ahora al mercado norteamericano… pero el importador de Isuzu para España ya admite pedidos a cambio de unos 7.000.000 pesetas, precio aproximado que puede fluctuar en función de la cotización del dólar.

No es fácil encontrar una unidad de Vehicross lista para sufrir los rigores de una prueba a fondo en Europa, pero gracias al importador de Isuzu en España podemos transmitiros las sensaciones producidas por un vehículo diferente, que tiene como fin superar a cualquier adversario en la mayoría de las circunstancias. Su carácter dista de ser el de un recio todo terreno tradicional. Más bien se aproxima al de un Sport Utility Vehicle, pero tomando de los modelos tradicionales la caja reductora y una altura libre superior a la de otros posibles competidores.

Carlos Lera, Autocity. 25 de mayo de 2001

DE CARRRERAS

En marcha los esquemas independientes de amortiguación en ambos trenes conjugados con unos tarados decididamente enérgicos de amortiguadores y muelles otorgan una gran confianza en conducción deportiva, aunque en el campo se vuelven excesivamente secos para mantener una mínima comodidad. De todas formas ya hemos indicado que se trata de un vehículo radical, en el que la comodidad pasa a un discreto segundo plano cuando se trata de poner a prueba su capacidad para rodar campo a través a un ritmo endiablado. Desde este punto de vista, tan extremista como la propia concepción del coche, no cabe duda de que todo funciona como debe.

Los sofisticados amortiguadores de aluminio son de los que rara vez se tiene el gusto de disfrutar en un vehículo de serie. Poseen una cámara de expansión para refrigerar el gas que comprime el elemento hidráulico, de forma que su comportamiento no se ve alterado a pesar de ser sometidos a un elevado ritmo de trabajo.

Los frenos son discos ventilados en las cuatro ruedas, algo mayores en las traseras. Su capacidad de deceleración es un poco justa para un vehículo pesado, potente y automático como éste. Para terminar, se echa de menos una dirección más directa que no precise de tantos movimiento sobre el volante para girar en virajes cerrados, así como quizá algo menos asistida.

LO MEJOR DE LO MEJOR

La respuesta del V6 de tres litros y medio es contundente e inmediata, lo que teniendo en cuenta el peso del Vehicross adquiere una dimensión extraordinaria. Sin embargo resulta muy fácil y seguro de conducir gracias al sistema TOD, que traducido viene a significar ‘par bajo demanda’. Esto quiere decir que en el caso de advertirse una pérdida de tracción en uno de los ejes el sistema electrónico traspasa la fuerza motriz automáticamente al que pueda hacerse cargo del movimiento sin derrapar. El sistema trabaja de forma autónoma en la conducción habitual, decidiendo cuando emplear dos o cuatro ruedas motrices así como variando el reparto de tracción, variando desde la trasera hasta la total en función de las necesidades. Aparte de este sistema electrónico, versión propia de los que casi todos los fabricantes de todo terrenos deportivos poseen en la actualidad, es posible seleccionar la tracción total permanente de forma manual. La caja de cambios es automática, muy del gusto del mercado norteamericano, con cuatro velocidades y directa. Su funcionamiento se procesa mediante un cerebro electrónico que elige el régimen de cambio en función de la presión sobre el acelerador, a parte de la posibilidad de selección de un programa ‘sport’ en el que se retrasa el paso de marcha hasta la zona de máxima potencia. Es en este modo de cambio cuando los 215 caballos (SAE) a 5.400 revoluciones por minuto muestran todas sus posibilidades… y a fe que no defraudan.

La reductora es un complemento muy indicado para un SUV que pretende ir mas allá. Gracias a la distancia libre al suelo y a los buenos ángulos de ataque (34º) y salida (30º) se puede llegar a lugares en los que el empleo de reductoras se haga imprescindible, (aunque en realidad estas se pueden hacer necesarias en otras muchas circunstancias sin necesidad de que el terreno se incline… y ahí no pueden hacer gran cosa la mayor parte de los SUV convencionales). El funcionamiento de esta desmultiplicación auxiliar es perfecto, demostrando que en conjunción con el cambio automático resulta más útil en ocasiones que un cambio manual, mucho más exigente con el embrague y la marcha seleccionada.

ACABADOS SOSOS

Los asientos delanteros son unos exclusivos Recaro de cuero, con una sujeción y comodidad extraordinarias, desde los que, una vez tomada la postura perfecta, se domina un salpicadero clásico y de poca personalidad, que desentona claramente con la audaz estética exterior. El equipamiento es completo aunque poco sofisticado. Esta falta de argumentos diferenciadores en el habitáculo solo se rebate recurriendo a las inserciones de fibra de carbono en las puertas. En conjunto la sensación es de vehículo esencial, con buenos asientos, buena posición al volante (de discutible colorido) y equipamiento correcto, sin concesiones al derroche de dinero, peso o complicaciones que no redunden en la conducción. Y para apoyar esta afirmación, tomo como ejemplo los asientos traseros, que son de un plástico tan grosero que se ruborizaría hasta el vendedor más pintado al calificarlos como ‘cuero de imitación’. Eso sí, los laterales se rematan con paneles tipo carbono, como en las plazas delanteras. La comodidad de los asientos posteriores está condicionada por la sequedad de las suspensiones, así como por el inexistente agarre del material de los asientos. Pero posee un envidiable espacio para las piernas, quizá excesivo dadas las dimensiones del coche y a juzgar por la escasez de maletero

INTIMIDANTE

Mete miedo, con ese extraño y musculoso aspecto de coleóptero gigante. Nunca pasa desapercibido y suscita más comentarios que muchos superdeportivos. Varias veces se pararon conductores para preguntar cuanto cuesta, qué motor lleva o cuanto corre. Del mismo modo aparcar en una calle transitada produce un ‘efecto imán’ irresistible para los chavales, que se asoman a las ventanillas dejando las huellas de sus dedos pegajosos en los cristales. No es ninguna broma lo de que parezca un coleóptero, de hecho es un recurso del que echaron mano sus diseñadores y que impresiona por su excelente resultado. A parte de agresivo es práctico en el campo, al estar protegida la chapa casi hasta la cintura por una robusta banda perimetral de plástico negro. El capó es una pura curva, acentuada por la pintura mate de su zona central y los faros delanteros están acentuados hacia arriba, como si la aceleración los hubiera estirado. El centro del frontal es un tremendo agujero, una auténtica boca por la que el radiador puede respirar aire fresco.

p>El lateral trasero tiene poca luz, mucha chapa y mucho plástico. La puerta del maletero está presidida por la rueda de repuesto, que obstruye la luneta y por tanto molesta al conductor cuando trata de mirar lo que pasa por detrás. El extremo del techo está presidido por un pequeño alerón en el que se ubica la tercera luz de freno.

p>Las llantas son unos impresionantes ejemplares de aleación ligera y acabado cromado, con cinco radios y rematadas por unos neumáticos 245/60 18 muy buenos para pistas pero algo imprecisos en carretera

GALERIA I

GALERIA II