Ford C-Max H2

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POR UN FUTURO LIMPIO

Cada vez parece más claro que el combustible del futuro no tiene porque ser el petróleo, y a día de hoy los fabricantes han demostrado ya que hay tecnología más que suficiente para construir automóviles mucho más respetuosos con el medio ambiente, y que recurran a energías renovables que no amenacen con extinguirse (como sí sucede con el petróleo).

Si hace unos días mostrábamos lo último de Opel, el Zafira Hydrogen 3, la semana pasada fue Ford la marca que nos presentó su última creación, el Focus C-Max H2, vehículo de hidrógeno que se dio a conocer en la Conferencia de Investigación de la Asociación Alemana de Fabricantes de Vehículos, y a la que acudió entre otras personalidades el Canciller alemán Gerhard Schroder.
  Según los ingenieros de Ford, el motor de hidrógeno de combustión interna es un paso intermedio fundamental hasta que los vehículos de pila de combustible sean una realidad. De esta forma, se iría creando poco a poco la infraestructura necesaria (estaciones de servicio en las que reportar hidrógeno) para que en la próxima década este tipo de medios de transporte puedan circular sin problemas. Actualmente ya hay autobuses en Madrid que se alimentan de hidrógeno en una estación de servicio creada para su repostaje; pero esperemos que a partir de 2010 sean varios los puntos de abastecimiento.
Volviendo al coche que hoy nos ocupa, el Ford Focus C-Max H2 parte de un motor convencional de 2,3 litros y 110 cv, aunque para adaptarlo al uso de hidrógeno gaseoso comprimido se han efectuado varias modificaciones que radican principalmente en la distribución de los elementos del motor. Por ejemplo, la batería va ubicada debajo del asiento trasero, y se dispone de más sistemas de seguridad especiales y sensores adecuados a la diferente tecnología del depósito. El motor H2 ICE también requiere algunos sistemas y componentes electrónicos adicionales, como por ejemplo dos intercoolers.
Este Focus C-Max de pruebas utilizó hidrógeno gaseoso comprimido almacenado en tres depósitos a 350 bares. Dos de los tanques están situados en el maletero y el tercero está instalado debajo del suelo. Dos reguladores reducen la presión del gas hasta los 5.5 bares en el colector del motor. En total, los tres tanques acomodan una capacidad de 119 litros, lo cual equivale a 2,75 kilogramos de hidrógeno, y esto ofrece una autonomía de aproximadamente 200 kilómetros. Sus prestaciones son similares a las de un motor de gasolina, gracias a la utilización de un turbocompresor. La proporción aire/hidrógeno se puede ajustar, por lo que se puede elegir entre mezclas pobres o ricas y así lograr un control óptimo de las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno).
Enrique Marco
21 de Julio de 2004

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