Fiat Freemont 2.0 Multijet 170 CV AWD, el coche de las tres caras

En esta especie de tres en uno, el Freemont AWD quiere también su parcela exclusiva con una motorización diesel de la nueva generación Multijet de 2.0 litros y 170 CV y una caja automática secuencial de seis relaciones. Ello, aparte del equipamiento de componentes específicos del más alto nivel en seguridad y confort.

En los niveles de equipamiento, el Freemont AWD, sin embargo se atiene a los cánones del resto de la gama, es decir las acepciones Urban y Lounge, estupendamente dotadas ambas y con añadidos de berlina de lujo en la segunda y más alta categoría.

En este coche, su personalidad reside en una tracción integral totalmente automatizada, de modo que, mediante una centralita electrónica y, a través de sensores, controla el grado de adherencia de las ruedas y, en función de las condiciones de rodaje o del tipo de firme, transmite la tracción al tren posterior.

El sistema opera sólo cuando es necesario, lo que facilita una minoración del consumo, y no se queda en sólo eso, pues la centralita actúa en connivencia con el sistema de estabilidad ESP y el sistema de control de tracción, sin que éste sustituya a aquél.

Por ser más claros: el sistema AWD opera, por ejemplo, cuando las ruedas delanteras penetran en firmes muy deslizantes y las traseras en normales. Por el contrario, el ESP toma el protagonismo si se producen conexiones diferentes a ambos lados del vehículo.

La opción motriz única del 2.0 Multijet II de 170 CV es una buena elección para este modelo que, por sus características, añade peso a un coche, ya de por sí, con una masa estructural considerable. Este propulsor se muestra muy capaz en la entrega de prestaciones, con una aceleración en salida parada digna de mención, una buena rapidez en la toma de velocidades punta y recuperaciones un poco más remisas, pero también dentro del buen orden. Peca, por contra, de un ruido excesivo, lo que da idea de que el refinamiento no está entre sus poderes de seducción.

La generación Multijet II, en la que se encuadra la gama motriz del Freemont, es producto de la cantera de Fiat Powertrain, la compañía de motores del grupo italiano, que ha dado muy buenos ejemplos en eficacia y vanguardia tecnológica.

Dotado de un turbocompresor de geometría variable y de una novedosa bomba de aceite, las señas de identidad de esta nueva generación están en el sistema de alimentación con inyectores más rápidos capacitados para hacer inyecciones múltiples muy seguidas.

La caja automática se caracteriza por unos desarrollos muy largos, concebidos para incurrir en la virtud de óptimos consumos, pero tampoco puede presumir de refinamiento, pues las transiciones son algo bruscas, sobre todo, cuando las aceleraciones se hacen con urgencia

Del consumo, los números ponen los atributos en lo justo. Casi 8 litros de media los cien kilómetros no se puede considerar un exceso teniendo en cuenta los condicionantes aerodinámicos, la masa a mover y el plus de gasto que implica una tracción integral. Poner también conviene aludir al contrapunto de que la prueba se ha ejecutado casi en su totalidad fuera del ámbito urbano.

Circulando, el Freemont adopta la pose segura de todos los modelos con tracción integral. Percepción absoluta de rodar pegado al asfalto y apoyos muy equilibrados en las trazadas de curvas, por cerradas que sean, sin transmitir la más mínima sensación de balanceo, pese a unas suspensiones que se revelan algo blandas.

El Fiat Freemont, en el juego de guiños que ejecuta con acierto, respecto a sus utilidades toma unas formas exteriores más acordes con el estilo de un crossover. Atlética y poderosa carrocería, con una delantera impactante por la sugerencia que encierra de fortaleza y que ahora, en la versión AWD, se posiciona aún más con un paragolpes con protección de bajos, que no se deja ver en las versiones de tracción 4×2.

No renuncia a sus características de todoterreno en el recorrido visual por la zona lateral, donde unos pasos de rueda esculpidos reafirman su imagen de poderío y donde un capó largo y muy horizontal le otorgan un plus de elegancia.

El músculo se acentúa en la zaga con un portón contundente subrayado por la contundencia del spoiler.

Hecho este apartado de las formas externas, hay que reconocer que la visión del coche como station wagon o berlina familiar es la más forzada y en la que cuesta más encontrar elementos identificativos de ese segmento.

Las cotas del coche, con sus casi cinco metros de longitud, son seguridad plena en los condicionantes de monovolumen familiar del interior. Primera consideración: comodidad a raudales en los asientos, sobre todo en el formato de cinco plazas, y espacio suficiente para viajar mucho tiempo sin sentir fatiga o entumecimientos.

La modularidad de los asientos permite hasta 32 configuraciones distintas y el uso de la tercera fila con dos asientos reafirma las propiedades monovolumen. Esta parte extrema de la zona posterior peca del defecto universal en este tipo de coches de la poca comodidad para los ocupantes, incluso niños, pero Fiat ha aportado soluciones intermedias interesantes.

Una de ellas es la apertura de las puertas traseras hasta un ángulo de 90 grados, algo que facilita la accesibilidad, incluso a esa tercera fila de asientos. No sólo eso, estos asientos del fondo pueden reclinar el respaldo hasta 6 grados con lo que existe polivalencia de ocupación. Su retirada es muy sencilla y quedan camuflados bajo el piso plano.

La visión familiar del Freemont pone el acento en los más vulnerables: los niños, pues los asientos de la segunda fila se pueden mover hacia adelante hasta 5 centímetros, con lo que adelanta su posición hacia la zona de control de los padres.

No es el único recurso, ya que en el equipamiento de serie se encuentra el sistema ‘child booster’, que facilita el levantamiento del cojín central de los asientos traseros para elevar la posición del niño ocupante hasta 10 centímetros.

Entre los habituales huecos portaobjetos detenerse en el contenedor que queda al descubierto en el asiento delantero del pasajero, debajo del cojín, con una capacidad para cinco litros.

La posición de conducción sobreelevada tiene ese plus de seguridad y los asientos agarran con solidez la zona troncal del cuerpo.

La distribución de los elementos de control está muy estudiada y perfectamente solucionada con el fuerte componente intuitivo que tienen. Todo parece estar a mano y se manipulan sin apenas distracciones.

En la consola central manda una pantalla de grandes dimensiones desde donde se pueden controlar, con gran facilidad también, los elementos de intercomunicación y de climatización. Bastante más complejo es el ordenador de a bordo con la información de viaje, manipulable desde un dispositivo en el volante, con el que cuesta familiarizarse.

Sobre el precio y, tomada como referencia, la competencia directa en monovolúmenes con el añadido de la tracción integral, este Freemont sale bien parado, pero más que por el nominal, por la excelente campaña de promoción que ha puesto en marcha Fiat para atraer clientes, y que implican descuentos de hasta 2.700 euros a rebajar sobre el precio de venta al público (el que figura en la relación del resto de gama) . Otro punto fuerte en esto de los dineros, aunque por vía tangencial, es el profuso equipamiento con componentes muy interesantes.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,888 m

Anchura 1,878 m

Altura 1,691 m

Distancia entre ejes 2,890 m

Vía delantera 1,571 m

Vía trasera 1,582 m

Peso 2.079 kgs

Capacidad depósito 77 l.

Capacidad maletero 145/540/1.461 l.

Coef. aerodinámico N.D.

Posición motor Delantero, transversal

Alimentación Inyección directa diesel por

conducto común con turbo de

geometría variable e intercooler

Cilindros 4 en línea (16 válvulas)

Cilindrada 1.956 c.c.

Potencia máxima 170 CV a 4.000 r.p.m.

Par máximo 350 Nm entre 1.750 y 2.500 r.p.m.

Velocidad máxima 184 km/h

Aceleración 0-100 11,1 seg.

Consumo medio 7,3 l./100 kms

Emisiones CO2 194 g/km

Impuesto de Matriculación 9,75 %

Dirección Piñón y cremallera.

Electrohidráulica

Diámetro de giro 11,6 m

Frenos Discos ventilados 302 mm (DEL.)

Discos 305 mm (TRAS.)

Suspensión delantera Independiente tipo McPherson con

resortes helicoidales y barra

estabilizadora

Suspensión trasera Multilink con brazos oscilantes,

barra estabilizadora, muelles

helicoidales y amortiguadores

telescópicos

Tracción Integral

Neumáticos 225/55 R 19

Transmisión Automática de seis velocidades

Equipamiento de serie Control de estabilidad ESP,

airbag frontales, laterales y

de cortina, sensores de luz y de

lluvia, asientos calefactados

Precio 32.900 euros (Urban)

34.900 euros (Lounge)

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Freemont 2.0 M-Jet 1.956 c.c. 140 CV 26.500

Freemont 2.0 M-Jet Urban 1.956 c.c. 140 CV 27.900

Freemont 2.0 M-Jet Lounge 1.956 c.c. 140 CV 29.900

Freemont 2.0 M-Jet Urban 1.956 c.c. 170 CV 29.400

Freemont 2.0 M-Jet Lounge 1.956 c.c. 170 CV 31.400

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Peugeot 3008 2.0 HDI 1.997 c.c. 163 CV 30.650

Seat Alhambra 4 2.0 TDI 1.968 c.c. 140 CV 38.500

Ssang Yong Rodius 270 Xdi 4WD 2.696 c.c. 165 CV 31.000

VW Sharan 2.0 TDI 4Motion 1.968 c.c. 140 CV 41.100

Angel Alonso

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