El Rey renuncia a dos Ferrari

También en La Casa Real están de recortes. Desde hace unos meses el Rey Don Juan Carlos es consciente de que el lujo y la ostentación en grandes dosis que tradicionalmente rodea a cualquier monarquía del mundo no está demasiado bien visto por la sociedad civil. Si en mayo se hacía pública la entrega por parte de Zarzuela del yate ‘Fortuna’ al Gobierno para que decidiese cuál es su destino final, ahora hace lo propio con los dos Ferrari regalados al propio Don Juan Carlos y al Príncipe Felipe por el vicepresidente de Emiratos Árabes y el jeque de Dubai Mohamed bin Rashid al Maktoum en noviembre de 2011, coincidiendo con el GP de Fórmula 1.Gran amante de los deportivos, la Casa Real aclara que los dos Ferrari no han sido utilizados
Según informa el semanario ‘Tiempo’, fuentes de la Casa Real aseguran que los dos Ferrari (no han sido desvelados qué modelos) están valorados en 500.000 euros, formando parte de una campaña global de obsequios que alcanzaba a otros mandatarios y personalidades de orden mundial, con el fin de promocionar la apertura del parque temático Ferrari World a finales de 2010 en Abu Dabi.Los dos automóviles llegaron a España vía área y quedaron adscritos al Patrimonio Nacional
Fuentes oficiales, según la misma publicación, insisten en dos aspectos: el primero es que ninguno de los dos Ferrari ha recorrido un solo kilómetros, estando todo este tiempo aparcados en las dependencias reales (un ‘garaje’ con casi 1.400 metros cuadrados donde se guardan Cadillacs, Rolls, Ferrari, Mercedes, entre otros muchos modelos más modernos o clásicos y de colección) y previamente de haber pagado los impuestos de aduanas que dicta la ley; el segundo es que tampoco ninguno de ellos formaba parte del parque móvil de la Casa Real, esto es, coches destinados a actos oficiales sino que formaban parte del Patrimonio Nacional.
Por último, la Casa Real ha concretado un poco más sobre el destino final que tendrán ambos vehículos. Uno de ellos, como ocurrió en el caso del yate ‘Fortuna’, se entrega al Gobierno de la nación, que hará con él lo que considere oportuno: subastarlo, venderlo, adscribirlo a algún otro organismo oficial, o hasta devolverlo a los Emiratos Árabes. El otro Ferrari irá directamente a la Guardia Real, que puede presumir de tener bajo su custodia algunas de las joyas automovilísticas más fantásticas para cualquier amante de la historia (y del presente) del mundo del motor.Los nuevos destinos de los Ferrari: Gobierno y Guardia Real

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