Daewoo Matiz Vs. Hyundai Atos

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RATONES DE CALLE

Nacidos hace ya más de un quinquenio, ambos ya han sufrido sendos ‘restyling’ que han orientado su diseño utilitario hacia lo que realmente son; segundos coches familiares de uso eminentemente urbano. Pero ahora ambos cuentan con motores más ambiciosos.
  Cuando llegó a España el Hyundai Atos, en 1998, su línea ‘minimonovolumen’ de 3,5 m de largo y 1,62 m de alto, rompió moldes al ofrecer 4 cómodas plazas con una gran funcionalidad y bajo precio. Eso sí, su apariencia estética era un tanto discutible. Tres años más tarde llegó su primer ‘restyling’ -Atos Prime- con una rebaja de altura, nueva zaga menos tajante y un frontal más elegante, con su parrilla cromada. Y ahora llega esta tercera generación, fabricada en la India y no en Corea (todavía menores costes de producción), con nuevos faros y frontal -en la línea del Getz- y una zaga modificada con luneta más grande y distintos grupos ópticos. Y aunque la célula central no varía, el coche gana 6 cm más de largo, 3 de ancho y rebaja 2 cm más su altura, hasta dejarla en 1,57 m. Desde luego, un cambio sensible desde el primer Atos formato ‘cajón vertical’.
Por su parte, el Daewoo Matiz representó en su día otra reinvención de esta fórmula minimonovolumen, pero en su caso más orientado como ‘urbanita’ nato, subrayado por su motor 3 cilindros. Con 3,5 de largo (como el primer Atos), el Matiz era un típico polivalente urbano ‘sub B’, o sea del segmento de los más pequeños frente a los tradicionales ‘B’ de 3,70 m. No era el más corto (tanto el Twingo como el extinto Seicento le ganaban, con 7 cm menos el primero y 18 el segundo, por no citar al Smart, un metro más corto) ni el más alto (apenas metro y medio), pero sí el más armonioso, con una afilada carrocería diseñada por el maestro Giugiaro, tan sólo penalizada por su estrechez (1,5 m), condicionante a su vez de su escaso ancho interior útil (1,24 m).
Equipo de pruebas Motor Mundial

Habitabilidad

HABITABILIDAD. LIGERA VENTAJA DEL ATOS

Precisamente esta estrechez limita la habitabilidad de ambos, por otra parte muy lograda en función de sus dimensiones. Pero el Hyundai es un poco más ancho (apenas 1,27 m de anchura interna, unos 3 cm más) y en coches tan pequeños se nota mucho por dentro. El salpicadero está bien resuelto y se ha mejorado, con su bandeja inferior portaobjetos. No hay guantera, pero a cambio tenemos dos prácticos cajones bajo los asientos, además de los huecos en las puertas. Los mandos de la climatización son sencillos pero funcionales, con cuatro eficaces bocas de aireación (aunque su calefacción no llegue a tener la potencia del Matiz, realmente impresionante para desempañar rápido su reducido interior).
En los dos el cuadro es de fácil lectura y están bien iluminados, de tres relojes con velocímetro y cuentakilómetros central, más indicador de combustible y termómetro de agua en el Atos, e igual pero asimétrico -velocímetro a la izquierda- en el Matiz. Ninguno lleva cuentarrevoluciones, pero sí reloj digital, y cómo no, posavasos, y ambos cuentan ahora con airbags delanteros para conductor y acompañante. En el Matiz el puesto de conducción es bastante correcto, aunque el volante no se regule ni en altura ni en profundidad (tampoco el del Atos), y el salpicadero está bien rematado dentro de su sobriedad, con el cuadro y la consola en plástico brillante aluminizado. La guantera es aceptable, aunque sin luz ni llave, y tenemos regulación de altura de faros y un cuadro sencillo, bien iluminado y con lo esencial -termómetro de agua incluido-.
Detrás, y con una batalla de 2,38 m en el Atos y 4 cm menos (2,34 m) en el Matiz, el espacio longitudinal para piernas no es demasiado holgado, pero gracias al diseño bastante vertical de los asientos se aprovecha al máximo el hueco útil, especialmente en el Matiz. En cualquier caso, y aunque el Matiz esté homologado para 5 plazas y el Atos sólo para 4, está claro que en realidad son para 4. Eso sí, la cota de altura trasera es de las mejores, superior incluso a la de algunos compactos, pese a su posición más erguida.
En cuanto a maleteros, y con estas dimensiones, está claro que no pueden ser grandes. Pero a pesar de su corta longitud, no son ridículos, con 253 litros oficiales en el Atos Prime, algo menos que antes (llegó a anunciar 263 litros, en su primera versión de 3,5 m de largo) pero aún suficiente, mientras que el Daewoo Matiz mantiene su evolución al alza, anunciando ahora 167 litros (antes sólo 105). Lo justo para un par de maletas pequeñas o para la compra del hiper (si no es muy grande). Al menos son muy cúbicos y aprovechables, con la rueda de repuesto del mismo tipo y medida que las demás bajo su plano de carga.

Motores

MOTORES. MATIZ DE VENTAJA

Daewoo ha potenciado a su benjamín con un nuevo motor 1.0, un 4 cilindros de 995 cc y 63 CV que mejora notablemente sus prestaciones frente al anterior tricilíndrico de 796 cc (que sigue también en producción). Se trata de un motor con bloque de fundición y culata de aluminio (8 válvulas) de cotas casi cuadradas, con el mismo diámetro de pistón (68,5 mm) pero menor carrera (67,5 mm, en vez de 72 mm). Con 63 CV a 5.400 rpm, y 8,9 mkg de par a 4.200 rpm, resulta más elástico y flexible que el 0.8, mejorando apreciablemente sus prestaciones, ya que la velocidad máxima sube a 152 km/h (10 más que el Matiz 0.8) y la aceleración de 0-100 km/h baja ya de 15 segundos (14,9), ya en los valores más frecuentes entre los utilitarios de su segmento. Y ello con un consumo oficial que sigue siendo muy bajo (6,4 litros/100 km, frente a los 6,1 del 0.8).

En el Hyundai Atos también tenemos ganancia de cilindrada, que pasa de los 999 cc del motor ‘Epsilon’ -el cuatro cilindros monoárbol de 3 válvulas por cilindro- a 1.086 cc ahora, merced a 1 mm más en el diámetro de pistones y otros 4 en su carrera. Por lo demás sigue siendo el mismo motor (e igual al 1.1 del Hyundai Getz, aunque en éste anuncia 63 CV en lugar de 59, bien es verdad que a 200 rpm menos). Pero lo importante es que aunque la potencia máxima no aumente el par sí, pasando de 8,6 mkg a 3.250 rpm a 9 mkg a 2.850 rpm. Por eso las prestaciones también mejoran, aunque más discretamente que en el Matiz, con una velocidad máxima de 146 km/h (antes 142), mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h se mantiene sobre los 15 segundos.
En la práctica, y dado el reducido peso de ambos coches, esta mayor ganancia motriz resulta evidente, especialmente en el Matiz que pese a sus 90 cc menos y peor respiración (culata de 8 válvulas en vez de 12) se impone ligeramente al Atos, tanto por los 4 CV teóricos de más como por una mejor aerodinámica, ya que pesan casi lo mismo (871 kg el Matiz por 884 kg el Atos). Así los 155 km/h de velocidad punta real están pero que muy bien para el benjamín de Daewoo, que a su vez acorta un segundo sobre su crono oficial de 0 a 100 km/h (14 frente a 15), clavando en 36 justos el km desde parado.
Por su parte el Atos 1.1 se muestra muy suave y flexible, con mejores recuperaciones (dentro de lo modestas de ambos) y mayor elasticidad general, así como aceptablemente silencioso a bajo y medio régimen (a alto los dos suenan igual). Pero la velocidad punta se queda por debajo de los 150 km/h (148, dos más que los 146 oficiales) y el 0-100 km/h supera los 15 segundos para situarse en 15,6, con el km desde parado por encima de 37 (poco más que el primer Atos, que nos dio 36,8). No es una gran diferencia, pero sorprende que no sea al revés, máxime cuando los desarrollos -1 km/h más corto en 5ª en el Matiz- tampoco varían tanto. Eso sí, los velocímetros de ambos coches son claramente optimistas, indicando más de 160 km/h cuando rozan los 150
Los dos permiten sin embargo llanear a 120/130 km/h sin esfuerzo, costándoles ya un poco más mantener los 130/140. Pero aunque obliguen a recurrir al cambio de manera decidida en cuanto el tráfico o el relieve se complican, sus consumos no resultan nada exagerados, gracias sobre todo a su contenido peso. Así, el Matiz 1.1 no llega a 6 litros/100 km a cruceros turísticos, rozando los 7 a 120/130 km/h, para conformarse en ciudad con un litro y cuarto más (8,2), lo que hace que los 35 litros de su depósito (igual que el Atos) no se queden tan cortos. Un consumo muy aceptable y prácticamente casi igual al oficial de la marca. Pero es que el Atos 1.1 no le va a la zaga, siendo incluso algo más sobrio en ciudad, conformándose con apenas 6 litros/100 km a 90/100 km/h, que suben a 7 a 120/130, para quedarse en casi 8 en ciudad, máximo real también en conducción deportiva. En realidad, este 1.1 gasta bastante menos que el anterior 1.0.

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