Comparativa de compactos diésel

Motor, dimensiones y seguridad

Datos cedidos por
Los coches compactos, aquellos que presentan una eslora entre los 4,20 y 4,50 metros, siguen siendo por su óptimo rendimiento tanto en ciudad como en carretera los modelos más codiciados de un mercado automovilístico fragmentado y en el que las versiones híbridas vamos, los SUV, cada vez más esculpidos y con actitudes en todos los terrenos- están a la orden del día. Hasta que los todocaminos se sitúen al frente del mercado, sigue siendo en la parcela de los compactos donde las marcas protagonizan las peleas más encarnizadas. No hay nada como un coche para todo para sacar lo mejor de firmas como Audi, con su A3, Volvo, con su C30, o BMW, con su Serie 1. Dejando al margen las divisiones Premium, nuestro proveedor de fichas técnicas, JATO, nos facilita datos para realizar una interesante comparativa entre cinco modelos diésel, cinco puertas y con potencias entre los 105 y 130 caballos: el Seat León 1.9 TDI ECO Style (20.250 euros), el Opel Astra 1.7 CDTi Sport (21.600 euros), el Peugeot 308 Premium (23.160 euros), el Renault Megane Privilege 1.9 (23.620 euros) y el Volkswagen Golf TDI DPF Sport (23.560 euros).
Los 130 caballos que desarrolla el Megane le colocan al frente de la comparativa a nivel de prestaciones, muy por delante de los modelos del grupo VW, con 105 cv, y en menor medida del Astra, con 125 cv. Con el motor más grande de todos, 1.870 cc, el compacto francés también es el que ofrece el par más elevado, 300 Nm, lo que le permite salir con solvencia en cualquier situación gracias a su gran comportamiento dinámico: 9,5 segundos de 0-100 km/h y 205 km/h de velocidad máxima. Más pesados resultan el 1.9 litros del León, con la punta más reducida (186 km/h) y el Astra, que tarda en marcar los 100 km/h de parado 11,5 segundos. Los modelos del grupo VW, que son los únicos con una transmisión manual de cinco velocidades, seis tienen el resto, se ahorran el impuesto de circulación (119 gr/km de emisiones de CO2) y también son los que consumen menos en ciclo combinado: 4.5 litros/100 km, destacando los 3,9 litros en recorrido por carretera del León. Por el contrario, los 130 cv del Megane son, evidentemente, los que más contaminan (134 gr/km) y los que más gastan (5,1 litros/100 km).
Recientemente realizamos la prueba a fondo del Opel Astra y ya comentamos que nos sorprendía que un coche de tal longitud (4,419 mm, el único que supera los 4.40 metros) y batalla (2.685 mm) tenga un maletero de tan solo 370 litros de capacidad, por los 405, el tope de la comparativa, del Megane, que ni mucho es el más largo: 4.295 mm, por detrás incluso del León, 4,315 mm, otro que tampoco aprovecha muy bien sus cotas, ya que su maletero se reduce a 341 litros, por detrás de los 348 litros del 308 y los 350 del Golf. El compacto de Peugeot es el más ancho (1,815 mm) y el más alto (1.519 mm). Con los asientos abatidos, el Golf se dispara hasta los 1.305 litros de capacidad, mientras el Megane es el que queda más penalizado en este parámetro: 1.190 litros.
A nivel de seguridad, vuelve a agradarnos el Renault, que viene cargado hasta arriba con el acabado Privilege. Junto al Golf y el 308, es el único que saca un 5, la nota máxima, en la Euro NCAP. De las pocas cosas que se paga como extra en el Megane son los 180 euros del control de distancia de aparcamiento en el paragolpes delantero o los 820 euros que cuestan los faros bi-xenon con las luces laterales de maniobra. Hablamos de elementos que bien otros no lo tienen, véase, el Peugeot 308, o que son muy caros, como en el Golf: el único de los cinco que no incluye de serie el sensor de parking trasero y al que incorporárselo cuesta ¡580 euros!, más otros 580 euros si quieres disponer del delantero. El compacto de VW tampoco incluye de serie el encendido automático de luces y, junto al Peugeot, es el único que no tiene control de frenada en curva. En lo que se refiere a airbags, todos incluyen el de conductor, acompañante, de cabeza y laterales para las plazas delanteras. Los airbags laterales traseros no están disponibles en el Megane ni en el Astra, mientras que en los otros tres modelos cuestan entre 200 y 295 euros.
Las formas exteriores de estos compactos siguen un patrón común: dinamismo rozando la deportividad, ésta más acentuada en modelos como el Megane, gracias a su baja altura y unas líneas enormemente aerodinámicas y afiladas. Por la misma senda sigue el Astra, el último en renovarse y el único, junto al Peugeot 308, que con estos niveles de equipamiento dispone de serie de unas llantas de 17. El Golf, por su parte, resulta más suave en sus trazos, con una línea menos marcada y en el que sus ópticas delanteras y calandra lo invaden todo, ofreciendo una imagen más serena y familiar. Mientras que el Seat León es de los cinco el que presenta el diseño más antiguo, y al que le toca en breve retocarse para hacer frente al resto de sus competidores.

El Megane, al que añadirle la pintura metalizada cuesta 440 euros la más cara de todas-, presenta un ambiente interior extraordinario, con tela y cuero como materiales preponderantes, además de cierre centralizado con llave inteligente, dos tomas de corriente de 12V y un techo eléctrico que tan solo cuesta 708 euros más sobre el precio base. Los dos modelos del grupo VW resultan demasiado parcos, sosos, con cantidad de tono negro copándolo todo. Del Peugeot, el único que no dispone de techo eléctrico como extra, tenemos que hablar bien: la mejora en su presentación es notable con respecto a su antecesor. El Astra nos ha ganado por la elegancia que desprende su habitáculo, aunque la consola central sigue resultando confusa y poco intuitiva, y hay piezas mal ajustadas.
Sin embargo, el Astra se lleva la peor nota a nivel de equipamiento: sin volante de cuero; para que el asiento del conductor sea ajustable en altura tienes que gastarte 500 euros; otros 1.000 euros si quieres tener los dos asientos delanteros con regulación lumbar, 300 euros los elevalunas eléctricos traseros, 300 euros más por incluir el apoyabrazos central trasero y otros tantos euros por los portavasos de la parte central. Tampoco queda muy bien parado el siempre caro Golf: cada asiento delantero calefactado y con mandos de regulación eléctrica cuesta ¡2.105 euros!, por los 100 euros en los que está tasadao en el Megane. El Golf no dispone de sistemas de control de presión de neumáticos y son extras el sensor de lluvia (120 euros) y, al igual que sus competidores, los lavafaros (1.030 euros, mucho más caros que el resto).
En el equipamiento de audio y navegación todos presentan una buena nota y los matices son muy pocos, con excepción del Peugeot 308. Así, el Seat León es el único que incluye ocho altavoces y, junto al Megane, es el único que de serie dispone de conexión bluetooth, que si quieres tenerla en el Golf te cuesta casi 500 euros más. En el compacto de VW, sin embargo, solo vale 50 euros la conexión con dispositivo iPod, por los 2.200 euros del Peugeot 308 (con navegador) o 400 euros del Megane, mientras que no está disponible en el Astra y León. El único que puede incluir lector de DVD es el Megane, aunque el capricho te costará 1.450 euros. Mientras que si hablamos de sistema de navegación ninguno lo incluye de serie, siendo el Megane (490 euros) y el Astra (500 euros) los más económicos, mientras que el Peugeot vuelve a quedarse un paso atrás: 950 euros si quieres navegar con él.
En un segmento tan reñido como los compactos resulta complejo elegir un modelo concreto. Las opciones son de lo más variopintas y hay que tener muy claro el tipo de uso que se va a dar al coche. Es cierto que partimos de una categoría en la que las modelos se amoldan a multitud de circunstancias, pero no es lo mismo comprarse un Mazda3 que un Audi A3 ambos excluidos de la comparativa- ni decantarse por un motor diésel que gasolina. La distancia entre una decisión u otra es sideral. Cindonos a los modelos comparados aqu?, a la legua está que el Megane es la unidad más equilibrada: capacidad de carga, equipamiento, prestaciones, consumos y todo, por un precio ni mucho menos desorbitado. También su aerodinámico diseño, con líneas anguladas que en ningún caso favorecen la visión a través de la luneta trasera, le concede un aspecto deportivo y pulcro. Todo lo contrario sucede con el Seat León -buena relación calidad/precio, notablemente equipado, el más ahorrador de todos-, que necesita una o dos capas de barniz para hacer frente a la avalancha de nuevas propuestas que se avecina, y con el Peugeot 308, excesivamente caro para lo que ofrece y con unas formas que no convencen a la clientela más joven.

Hemos querido dejar aparte el VW Golf y el Opel Astra. El primero de ellos lo hemos incluido en la comparativa por ser el nexo de unión entre los compactos generalistas y los Premium. Y ha pasado la prueba. Resulta caro, sí, con un equipamiento de serie muy, muy justo, también, pero con un diseño elegante y urbano, una gran presentación interior y unas prestaciones de lo más recomendables para un coche diésel (1.6 TDI de 105 cv) que va a pasar buena parte de su vida recorriendo la ciudad. Por otro lado, resultan conmovedoras las nuevas formas del Astra, que nada tiene que ver con su antecesor, ahora con rasgos tomados de su hermano mayor, el Insignia, ofreciendo un estilo más moderno y dinámico, y siendo un referente desde el punto de vista de las ayudas tecnológicas. Eso sí, el propulsor diésel 1.7 CDTi no es el más ágil de todos.

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