BMW X5 3.0 V6

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EL JUEGO DE LOS EQUIVOCOS

Por Angel Alonso Madrid, 10 oct (EFE).

BMW ha impuesto un cambio de formas, que no de filosofía, en la nueva gama X5, con la que distingue los nuevos modelos de vehículos recreacionales, es decir ese segmento de grandes berlinas con formas de todoterreno, pero limitados tecnológicamente para la montaña o el terreno abrupto.
El fabricante bávaro, quizás influido por los modos y maneras de su antigua marca de todoterrenos Land Rover, quizás sometido a los dictados de los gustos estadounidenses, su mercado externo más mimado, quizás también acuciado por la iniciativa de su principal competidor, Mercedes, con la clase M ya asentada en el mercado, ha lanzado este X5 que muchos califican de todoterreno y que la propia marca, con bastante sinceridad, rehuye como concepto.

EN EL ASFALTO

El X5 es un excelente rodador en asfalto. Aquí, la firma muniquesa ha puesto toda la experiencia de sus berlinas al servicio de este concepto de coche. En multitud de facetas no hace más que recoger elementos probados con éxito en las berlinas de lujo de la serie 7. Con estos ingredientes el cóctel tiene que ser obligatoriamente sabroso.
Pese a sus formas, ciertamente espectaculares y sin perder el sentido de la estética, la carretera es su elemento. Juegan en pro de esta afirmación un confort de marcha inigualable con apoyos en elementos tan básicos como la posición sobreelevada de conducción, la ergonomía de los asientos, el sentido de amplitud y espacio, magníficamente aprovechado, y un equipamiento de serie casi de ensueño. Estamos, en las maneras, más ante berlinas de las series 5 ó 7, que el todoterreno que sin ningún recato muestra en sus formas externas.

Una vez dentro y circulando sus reacciones en el asfalto son abiertamente la de una berlina de lujo, con prestaciones más propias de gama alta. Excelentes recuperaciones y una estabilidad notable, en la que, salvo el largo recorrido de la suspensiones que provocan un exceso de balanceo, conforman un panorama de seguridad muy sólido.
La dirección precisaría de algo más de resistencia, pues se antoja demasiado suave y los frenos se han mostrado como muy eficaces, al tiempo que absorben la carga extra de peso sobre el eje delantero, sin respuestas extrañas, aunque, a cambio, se alarga la distancia de frenado.
EN EL CAMPO

La faceta del ocio de este coche queda muy limitada. Todo lo más a caminos forestales muy regulares y uniformes. BMW, pese a que ha jugado con una ambigüedad calculada en este modelo, despeja casi todas las incógnitas cuando se repasa las dotaciones en el frente todoterreno.
De ellas, la principal, el tipo de tracción: integral permanente, que carece de caja reductora, una decisión, según la marca tomada conscientemente, para mantener el centro de gravedad lo más bajo posible y porque el tipo de vehículo que ponía en circulación no lo necesitaba. Sin ella, prácticamente queda incapacitado para una circulación exigente en recorridos trialeros.

Sin embargo, ha cuidado al máximo otros detalles para facilitar el paso por esos caminos de tierra con las mínimas garantías. Una distancia libre del suelo de 18 centímetros, ángulos de giro programados al máximo y una tracción diseñada para empujar más de 2.000 kilos de coche en cuestas de hasta 32 grados.
MOTOR

Todo ello se configura desde el puente de mando del nuevo motor hexacilíndrico de 3.0 litros de capacidad y 231 CV de potencia, cuyo poderío queda de manifiesto en este coche. Sus desarrollos son muy progresivos, pero sin estridencias, encajando en la mentalidad de usuario americano al que parece dirigirse este modelo, producido por otra parte, al otro lado del Atlántico. En esta panorama de coche de hechuras americanas juega protagonismo primordial la caja automática de cinco relaciones Steptronic -que equipa como opción- y que es innegable representa un paso adelante en el buen hacer de BMW en este campo.
CONSUMOS

Los modos y maneras americanas del X5 tienen un capítulo aparte en los registros de consumo, excesivamente altos para lo que se estila en Europa. Durante la prueba este apartado dio de sí 17 litros cada cien kilómetros, cifra que tal como andan las cosas por aquí en materia de precios de carburantes no deja de ser un factor disuasorio, incluso para aquellos dispuestos a desembolsar los 7.600.000 pesetas de su precio de venta al público. Y eso que esta es la opción de volumen para el mercado español en competencia con el otro modelo de ocho cilindros, 4.4 litros de cilindrada y 286 CV de potencia, al que la marca le reconoce un consumo medio por encima de los quince litros, y cuyo precio supera los diez millones.

CARACTERISTICAS
CARACTERISTICAS TECNICAS Longitud 4,667 mts Anchura 1,880 mts Altura 1,707 mts Distancia entre ejes 2,820 mts Peso 2.090 kgs Posición Motor Delantero, longitudinal Cilindros 6 en línea (24 válvulas) Cilindrada 2.979 c.c. Potencia 231 CV Par máximo Nd Velocidad máxima 202 kms/h Aceleración 0-100 9,7 seg. Dirección Cremallera, asistida Diámetro de giro 10,4 mts Frenos Discos ventilados (DEL.) Discos (TRAS.)/ ABS de serie Suspensión delantera Independiente con brazos telescópicos de doble articulación Suspensión trasera Independiente, brazos integrales y barra estabilizadora Tracción Integral permanente Neumáticos 235/65 R 17 Alimentación Inyección electrónica multipunto Consumo mixto 14 l. Capacidad depósito 93 l. Capacidad maletero 450 l. / 1.550 l. Precio 7.600.000 ptas 45.676,91 euros  

GAMA X5
Mercedes ML 320

COMPETIDORES

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