BMW 330cd

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UN CUPE COMODO Y PRESTACIONAL

Viendo cómo se está comportando el mercado y atendiendo a la lista de preferencias de sus propios clientes, BMW no ha tenido más remedio que decir Diego donde dijo dije… vamos, que si hace un par de años las más altas instancias de la marca defendían a capa y espada que no montarían motores Diesel en sus carrocerías cupé, ahora no solo lo hacen sino que además comienzan la gama nada menos que con el poderoso motor de tres litros y seis cilindros, con 204 caballos.

  No obstante ya tenemos en el mercado una versión cupé diesel más asequible, el 320cd, que es un excelente automóvil para quienes ven fuera de su alcance los 40.000€ del 330 cd o no vean ventajas a los 54 caballos extra, con unos consumos todavía más bajos. Básicamente el 330cd se comporta como un fantástico rodador que ofrece un grado de satisfacción enorme, y en este sentido la adopción de la carrocería de dos puertas supone una ventaja en cuanto a imagen dinámica sin suponer un gran inconveniente práctico para quienes utilicen las plazas traseras de forma ocasional.
En marcha nos gustó mucho el empuje a medio régimen, sin menospreciar la excelente estirada para tratarse de un motor de gasóleo. También es destacable la estabilidad y la facilidad de conducción en terreno rápido, como autopistas o carreteras nacionales de trazado poco enrevesado. Además es muy silencioso y el oído no nos hace recordar su combustible. Pero donde no nos acabó de convencer, comparado por ejemplo con el 330ci, fue en agilidad ni en neutralidad de reacciones. En este sentido el potente cupé diesel de BMW tiene un peso suspendido sobre el eje delantero que rompe en frenadas o aceleraciones el tradicional equilibrio de los bastidores deportivos de la marca bávara, acusando un claro efecto subvirador en apoyos fuertes.
Carlos Lera , Autocity.
9 de octubre de 2003.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

Ya hemos comentado de qué pie cojea el 330cd. No obstante tampoco conviene perder de vista que en cualquier caso, incluso en la carretera de montaña más traviesa que te puedas imaginar, este coche causa buena impresión. Eso sí, invita a prevenir antes de curar y para eso nada mejor que ser muy finos y un poco cautos al inscribir el coche en los virajes y evitar excesos con el acelerador a la salida, especialmente si decidimos desconectar el ESP, algo que no recomendamos. No tiene el límite muy lejos en ambos aspectos y se nota que es menos eficaz que otros serie 3.

De todas formas los amortiguadores ofrecen un buen tacto, duro pero no seco y con buen aporte de comodidad sin perder mucha estabilidad especialmente rodando deprisa por autopista o carreteras con asfalto en buen estado. En estas circunstancias no se dan fuertes transferencias que pongan en juego el reparto de masas y mientras sea así la sensación será excelente, consumiendo moderadamente y rodando por encima de 220 km/h sin inquietudes en tramos despejados de ‘Autobahn’.
La dirección es precisa, con el típico tacto tirando a duro de BMW que lejos de ser un inconveniente es un excelente compañero en carretera, aunque no tanto en ciudad. Los frenos por su parte puede perfectamente con el peso y las notables prestaciones del coche y no llegan a hundirse aunque se ataque a fondo un puerto de montaña prolongado, incluso con el ESP trabajando con frecuencia.
Los neumáticos en medida 225/45 en llanta de 18′ son tan imponentes como necesarios a la hora de mantener este cupé dentro de los márgenes de la carretera. Eso sí, cuando llegue el momento de sustituirlos la dolorosa será notable, y probablemente suceda con frecuencia como es costumbre en los motores diesel más potentes y dotados de montañas de par.

Motor

MOTOR

El motor es similar al que se emplea en las series 5 y 7, pero su potencia se ha quedado en 204 caballos en lugar de 218 que ofrece en estas dos grandes berlinas.

Nada más girar la llave de contacto el sonido procedente del capó es poco significativo incluso en frío. Evidentemente esta buena sensación mejora en cuanto los órganos mecánicos alcanzan la temperatura de trabajo. De hecho es más notable su rugido de seis cilindros que los traqueteos propios de la mecánica diesel. En marcha destaca por una excelente respuesta a medio régimen, aunque el embrague, pesado y un poco brusco, hace necesario cierto período de adaptación para arrancar sin tirones ni montando escándalo.
La caja de cambios de seis velocidades permite extraer todo lo que lleva dentro, con relaciones cerradas hasta quinta y una sexta orientada a los trayectos largos y desahogados. Circulemos en la marcha que circulemos la recuperación resulta excelente, apoyada en una cifra de par de 410 NM. La respuesta del motor llega hasta bastante arriba para tratarse de un diesel, pero no alcanza la alegría de un motor de gasolina con esta potencia.
Tampoco la finura es la misma cuando se trata de utilizar la potencia al salir de curvas o en asfalto resbaladizo, pues la llegada en tropel de los caballos con el suplido del turbo supera fácilmente las posibilidades del tren de rodaje. En reducciones más de lo mismo, teniendo en cuenta además que a este tipo de motor no le viene nada bien decelerar utilizando su retención.
Como conclusión podemos decir que logra un equilibrio óptimo para circular frecuentemente por autopista al ritmo que se desee, con una estabilidad imperturbable, pocos ruidos y poco consumo de combustible barato. Para este uso es mucho mejor que cualquier motor de gasolina disponible en la Serie 3. Pero cuando se trata de practicar una conducción deportiva y apurar a fondo las posibilidades del coche la respuesta se vuelve demasiado abrupta y carece de un agradable sobre régimen.

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