Alfa 156 GTA Selespeed

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¡ COMO LOS PILOTOS DE F1 !

Selespeed, SMG, DSG, Tiptronic, Easytronic, SensoDrive… son términos que ya nos suenan a todos los conductores, y que muchos ya empezamos a tener en cuenta a la hora de elegir nuestro modelo favorito. Si bien las cajas de cambio automáticas convecionales no han triunfado nunca en nuestro mercado, las cajas ‘secuenciales’, ‘robotizadas’, ‘automatizadas’ o como se les quiera llamar (nos referimos a los cambios que carecen de embrague y se cambia de marcha mediante leves toques a la palanca o a los pulsadores), van poco a poco ganando cuota de mercado y haciéndose más populares.

  Dicho incremento de éxito no se produce por simples modas. Las cajas secuenciales de hace unos años penalizaban al coche en consumos y aceleraciones de forma significativa, mientras que hoy las hay que logran cifras de consumo y aceleraciones iguales o incluso mejores que logran idénticos modelos con cambios manuales convencionales.
Uno de los primeros sistemas considerados como rápidos y eficaces fue el Selespeed de Alfa Romeo. Aunque actualmente ya han salido algunos que llevan fama de más evolucionados (DSG de Audi o SMG de BMW), el Selespeed sigue siendo uno de los más adecuados, sobre todo para conducción deportiva. La combinación del Selespeed con un motor potente y con carácter, como el 3.2 V6 de la marca italiana, nos resulta de lo más excitante a la hora de disfrutar de la conducción en un tramo de curvas entrelazadas. Sin lugar a dudas el Alfa Romeo 156 GTA Selespeed enganchará a cualquier apasionado de la conducción. Veamos cuales son sus ingredientes.
Enrique Marco, Autocity.
1 de enero de 2004.

Selespeed

SELESPEED

Alfa Romeo posee un cambio derivado del de los Ferrari, el Selespeed, equipado con cambio mecánico de 5 relaciones, e introducción de las marchas y accionamiento del embrague robotizados. El cambio Selespeed, que puede accionarse, según se desee, mediante dos levas situadas tras el volante, o mediante el mando secuencial de tipo ‘joystick’ situado en el túnel entre los asientos, permite una nueva manera de conducir muy deportiva y efectiva.
Deportiva porque hace que el conductor se sienta al volante de un Fórmula 1, y efectiva porque los cambios de marcha son rápidos y precisos, ya que no penaliza las prestaciones respecto al manual. No hay pedal del embrague, y las marchas son fáciles de introducir, pues no se corre el riesgo de ‘rascadas’ o de bloqueos. Asimismo, el Selespeed garantiza suavidad de cambio y progresividad del par a las ruedas y, gracias al modo ‘city’, se transforma en ‘automático’, cuando queremos circular relajadamente por la ciudad.
Desde el punto de vista técnico, un cambio de marchas tradicional se realiza en tres fases: la primera, en la que el embrague se abre quitando gradualmente par a las ruedas; la segunda (de par nulo), en la que el conductor selecciona e introduce la marcha; y la tercera, en la que el embrague se cierra para transmitir de nuevo potencia a las ruedas (vuelve a dar par) y el motor empieza a aumentar de revoluciones. El cambio Selespeed efectúa estas operaciones de manera automática. Para cambiar de marcha no es necesario soltar el pedal del acelerador y pisar el embrague, ya que la centralita electrónica que controla el cambio solicita que el embrague se abra, reduce el par independientemente de cuánto se pise el acelerador y selecciona e introduce las marchas.
Por tanto, el Selespeed es un cambio manual ‘robotizado’. De hecho, es el conductor quien debe elegir la marcha que debe introducirse, pero tres actuadores sustituyen las operaciones que éste debería efectuar para cambiar de marcha de manera tradicional: uno acciona el embrague, el otro el acoplamiento y el tercero la selección de las marchas.

Al
volante

AL VOLANTE

Sentarse al volante del 156 GTA Selespeed es una experiencia inolvidable para cualquier amante de la conducción. El diseño deportivo de su habitáculo ya nos da una idea de la personalidad del coche. Los dos pedales metálicos y las levas de cambio situadas tras el volante nos siguen indicando su fuerte carácter. Pero, sobre todo, cuando giramos la llave de contacto y escuchamos su excitante melodía, la sensación de estar frente a un bólido se acentúa enórmemente.
Todas nuestras previsiones se confirman al iniciar la marcha. Mediante el display situado dentro de la esfera del cuentarevoluciones se nos informa de la velocidad engranada. En primera marcha el coche no tiende a salir, como sucede en otros automáticos o secuenciales, y es al acelerar cuando comenzamos la marcha. Para la ciudad, o para olvidarnos de cambiar, podemos seleccionar el modo ‘city’; aunque realmente la ‘leyes’ de cambio en este modo no nos parecen las más lógicas, y muchas veces pensamos que nuestra intención va por un lado y la centralita del cambio por otro.
Ahora bien, la conducción en modo secuencial y las carreteras de montaña resulta ser una combinación de lo más atrayente. Cambios rápidos y precisos sin soltar el volante nos catapultan de curva a curva. Claro que para tal disfrute tan importante o más -mejor dicho, más- es el excelente rendimiento del V6 3.2 de 250 cv. Nada más que 6,3 segundos nos hacen falta para llegar a los 100 km/h desde parado, y si nos lo proponemos la aguja del velocímetro puede llegar a los 250 km/h. Evidentemente el consumo no es parco, pero bueno, 12,1 l/100 km de media es lo que hay que pagar por poseer casi un misil de tierra. De hecho, con muy pocas berlinas podemos experimentar una conducción tan deportiva.
Por lo que se refiere al resto del coche (ver 156 GTA manual), nos enconatrmos ante un conjunto de lo más deportivo, con una estética muy atractiva pero sin resultar estridente, y con un comportamiento que sin resultar radical, sí lo podemos catalogar como muy enérgico de reacciones. El precio a pagar por tan apetecible vehículo es de 42.100 euros con cambio manual, y de 43.650 euros si nos decantamos por el GTA Selespeed.

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