25 años del Saab Cabrio

Hoy día son muchas las marcas que ofrecen modelos descapotables, sobre todo desde el auge de los techos duros retráctiles. Sin embargo, hace 25 años no era tan común encontrar modelos convertibles, y menos aún de cuatro plazas. Fue en el Salón de Frankfurt de 1983 cuando Saab sorprendió al público con el 900 Concept Car de capota de lona, un descapotable de cuatro plazas con un diseño exclusivo pero con una practicidad de uso ejemplar. Los responsables de diseño fueron Valmet Automotive, una empresa con sede en Uusikaupunki (Finlandia), una de las plantas situadas más al norte del mundo.

La reacción del público y de la prensa fue muy buena, por lo que la marca decidió iniciar su producción en serie. La primera partida de 400 coches fue enviada a Estados Unidos, y el éxito fue total. En Europa llegó en 1986, y la demanda rápidamente superó la capacidad de producción, de modo que se generó una lista de espera de 12 meses. El Saab 900 Cabrio venía equipado con una capota de apertura eléctrica, y su motor era el 2.0 turbo de 175 cv. Pronto se convirtió en uno de los coches más desados, aunque no al alcance de cualquiera, pues en España costaba 6,5 millones de pesetas (39.000 euros), bastante más que un BMW 325i Cabrio, prácticamente su único rival en aquella época. Años después llegarían los Audi 90 Cabrio (desde 1992), Mercedes Clase E Cabriolet (de la generación 124; en España entre 1992 y 1997) y Volvo C70 (desde 1999) entre otros.

Sorprendía que uno de los descapotables de mayor prestigio en su época hubiese nacido en un país de climatología tan poco favorable, pero curioso es también que algunos de los mercados en los que gozó de mayor aceptación fuesen países nórdicos. Y es que al tratarse de un coche de cuatro verdaderas plazas, con amplio maletero, una capota resistente y un potente sistema de calefacción, este coche era válido para todo uso; desterrando la idea de que un descapotable sólo valía como segundo coche.En 1993 llegó la segunda generación, la cual fue un éxito de ventas

Tras vender 48.894 unidades de la primera generación, Saab renovó por completo su modelo y, en otoño de 1993, se lanzó la segunda generación, que fue retocada en 1998. Por supuesto se mejoró la capota, cuyos ajustes estaban más perfeccionados y se cambiaron los mecanismos de accionamiento. Este coche se construyó en la época en la que Saab pertencía a General Motors, por lo que su plataforma fue común a otros modelos de Opel. Fue a mitad de su vida comercial cuando pasó de llamarse 900 a 9-3, y montó una mayor variedad de mecánicas y versiones, desde atmosféricas a turboalimanetadas y de cuatro cilindros o V6. Incluso se comercializaron las deportivas y potentes versiones Aero. Con esta generación Saab triplicó el éxito de ventas de su predecesor, ya que entre 1194 y 2002 matriculó 149.145 unidades del modelo descapotable.

En 2003 salió a la calle el 9-3 Cabrio de la tercera generación, momento en el que se presentaron numerosas innovaciones técnicas, un diseño totalmente renovado y nuevas mecánicas. Aunque con diversas modificaciones a lo largo de su vida comercial, esta tercera generación es la que permanece hoy día, con una gama compuesta por motores de gasolina, diésel y biopower. Con los últimos cambios en la dirección de Saab este coche ha vuelto a construirse en Trollhattan (Suecia), tras un periodo de fabricación en la planta suiza que Magna tiene cerca de Graz. Al Saab 9-3 Cabrio actual todavía le queda cuerda, y hasta abril de 2011 llevaba matriculadas 99.535 unidades.

Con este aniversario, el Saab Cabrio ya ha entrado por derecho propio en el club de los modelos más representativos de la historia, y a su primera generación 900 Cabrio ya se le puede considerar como un clásico de alto interés. Como pequeño homenaje por este cumpleaños, Saab está construyendo una serie limitada (Independence Edition), serie a la que corresponde el modelo granate de la fotografía principal.