Toyota regresa a sus raíces deportivas con el GT86 desarrollado con Subaru

El nuevo Toyota, que está siendo presentado en Barcelona a los medios de comunicación europeos, llegará al mercado español con un único acabado y una pequeña lista de opciones a un precio de 29.990 euros para la versión de cambio manual y de 33.490 euros para la opción de caja automática.

Toyota Europa ha calculado una previsión de ventas para este nuevo deportivo de 15.000 unidades en 2013, primer año completo de comercialización, aunque esta es una cifra que podría superarse a tenor del elevado interés que ha despertado este coupé 2+2 que está equipado con un motor bóxer de cilindros horizontalmente opuestos de 2.0 litros y 200 caballos de potencia.

El GT86 es especialmente importante para Toyota porque va a recuperar una percepción de la marca más emocional y creará un mayor tráfico de público en los concesionarios, según sus directivos.

La denominación GT86 es debida a la configuración cuadrada de diámetro y carrera de 86 milímetros por 86 milímetros del motor bóxer, que así es fiel a la larga historia de motores deportivos de 2.0 litros de Toyota.

El nuevo GT86, para el que se ha utilizado una nueva plataforma, aglutina los mejores elementos de los tres modelos más destacados de parte del legado deportivo del fabricante japonés, encarnado por los modelos Sports 800, el 2000GT y el AE86. De este legado deportivo también forma parte el modelo Celica, último que ha tenido Toyota en su gama de productos.

El GT86 se lanza como el único vehículo del mundo que combina un motor horizontalmente opuesto montado en la parte delantera con propulsión trasera, pero no es el primero, porque este honor le corresponde a otro Toyota, el Sports 800, con motor bóxer de dos cilindros, presentado en el Salón del Automóvil de Tokio de 1962.

El nuevo deportivo de Toyota llega después de que durante más de dos décadas -los 90 y la primera decena del siglo XXI- fueran rechazadas una tras otra las propuestas de los equipos de ingeniería de diseñar y desarrollar un nuevo deportivo que siguiera la trayectoria del Celica.

El cambio de parecer llega en el año 2005 con la alianza entre Toyota y Subaru. Las dos compañías empezaron a hablar de crear conjuntamente un símbolo de dicha colaboración y se barajó la idea de un vehículo deportivo.

Puesto que el desarrollo iba a ser conjunto, nada podría ser más natural que un motor delantero horizontalmente opuesto y propulsión trasera.

El estudio de viabilidad del proyecto del GT86 arrancó en 2006, y Toyota tuvo un especial protagonismo tanto en la fase de planificación de producto, pero también en la del diseño exterior e interior.

El papel de Subaru se concentró en el diseño técnico, con la incorporación de tecnologías y la experiencia de Toyota a elementos fundamentales del vehículo como el motor, la transmisión y la suspensión.

En la fase de Evaluación, Toyota y Subaru trabajaron conjuntamente en carreteras y circuitos de todo el mundo para refinar las prestaciones y las capacidades dinámicas del vehículo, y, finalmente, cada compañía se encargó de la experiencia de conducción definitiva de sus respectivas versiones.

El GT86, orientado a quienes disfrutan de la conducción, es un deportivo compacto de 4,24 metros, con un reparto de sus 1.239 kilogramos, entre el eje delantero y el trasero, del 53 % y 47 %, respectivamente. El centro de gravedad está a 460 milímetros del suelo.

El motor Subaru, que gira cerca de las 8.000 revoluciones, está gestionado por una caja manual de 6 velocidades procedente del Toyota IS o bien una automática de 6 relaciones derivada de la del ISF.

Fernando A. Marqués

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